¿Cuál es tu ofrenda al Señor? II Viernes de Adviento

II Viernes de Adviento
II Viernes de Adviento

El árbol del incienso

13 II Viernes Adviento: El árbol del incienso 

“El Señor habló a Moisés diciendo: Di a los israelitas que reserven ofrendas para mí. Me reservaréis la ofrenda de todo aquel a quien su corazón mueva. aceite para el alumbrado, aromas para el óleo de la unción y para el incienso aromático” (Ex 25, 1-2.6). 

El incienso 

El incienso es una de las referencias más frecuentes en la Biblia, pues se le menciona 145 veces. Quizá no relacionamos el incienso con un árbol del que se saca la resina para elaborarlo. A la hora del culto, sin embargo, es una de las ofrendas más sagradas que se hacen a Dios y se contempla cómo el humo sube hacia lo alto: “Suba mi oración como incienso en tu presencia” (Sal 141, 2). 

La oración 

La adoración, el culto y la alabanza se expresan en la liturgia con la ofrenda del incienso. La Biblia presenta como oficio sacerdotal la ofrenda del incienso: “Te hago saber que voy a edificar una Casa al Nombre de Yahveh, mi Dios, para consagrársela, para quemar ante él incienso aromático, para la ofrenda perpetua de los panes presentados” (2Cro 2, 3). Cuando los Magos de Oriente se postraron ante el Niño Jesús en adoración, entre los presentes que le ofrecieron se cita el incienso: “Entraron en la casa; vieron al niño con María, su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y  le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.” 

Propuesta 

¿Cuál es tu ofrenda al Señor?

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