En la experiencia de tu debilidad, ¿percibes tu orgullo herido, o reaccionas humildemente? III Viernes de Cuaresma

III Viernes de Cuaresma
III Viernes de Cuaresma

El Cristo de la Paciencia y Humildad

III Viernes de Cuaresma 

Texto evangélico 

«¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos» (Mc 12, 28-31). 

Paso de Pasión: Cristo de la humildad y paciencia 

Más vale el hombre paciente que el héroe, el dueño de sí que el conquistador de ciudades” (Prov 16, 32). “Más vale el paciente que el soberbio” (Ecl 7, 8). “Mas tú, Dios nuestro, eres bueno y verdadero, paciente y que con misericordia gobiernas el universo” La caridad es paciente” (1Cor 13, 4). 

Consideración 

Sobrecoge la actitud del Señor, quien pudiendo solicitar la intervención de los ángeles, queda humilde y humillado ante los que le ofenden, le insultan, y lo humillan. 

A veces nos duelen nuestros propios errores y nos humilla nuestra fragilidad. En esos momentos, la Providencia nos ofrece la ocasión de reaccionar con humildad. María, la Madre de Jesús, canta su Magnificat porque Dios ha mirado su humildad. En algunos casos se traduce que ha mirado su humillación. 

El que se humilla será enaltecido. Una prueba para objetivar si se avanza por el camino espiritual es la humildad. Donde no hay humildad no hay verdad.

Pregunta 

En la experiencia de tu debilidad, ¿percibes tu orgullo herido, o reaccionas humildemente?

Volver arriba