IV Martes de Adviento 

Profecía 

“¡Un rumor...! ¡Mi amado! Vedlo, aquí llega, saltando por los montes, brincando por las colinas.Es mi amado un gamo, parece un cervatillo. Vedlo parado tras la cerca, mirando por la ventana, atisbando por la celosía. Habla mi amado y me dice: «Levántate, amada mía, hermosa mía y vente»” (Cat 2, 8-10). 

Icono: La Visitación de María a su prima 

Los últimos papas han contemplado la escena de la visitación de María a Isabel, su prima, y han visto en ella a la Mujer eucarística, a la nueva arca de la alianza, la Virgen de la prontitud…

Cumplimiento de la profecía 

“María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.  Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre” (Lc 1, 39-41). Ella es la gacela y lleva en su seno al cervatillo. 

Consideración 

Una anciana y una joven, la madre del Precursor y la madre del Mesías, dos mujeres en estado de buena esperanza, que se abrazan. Representan a la Antigua Alianza y a la Nueva Alianza. Momento luminoso de la Historia de Salvación. 

Adviento real 

Cada vez que hacemos algo a nuestro prójimo, se lo hacemos a Cristo. No solo debemos contemplar las escenas evangélicas y contemplar el Misterio de la Encarnación; tenemos la posibilidad permanente de vivirlo en nuestras relaciones. 

Actitud recomendada 

“Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones” (Sal 32, 1-3). 

Propuesta 

¿Tienes alegría interior, como el pequeño Juan, ante la proximidad de Jesús?