Ez 47, 1-9. 12; Sal 45; Jn 5, 1-16
“Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres quedar sano?». El enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y echa a andar». Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado” (Jn 5, 5-9).
“Así pues, amadísimos, si bien todo tiempo es bueno para ejercitarse en la virtud de la caridad, estos días cuaresmales nos invitan a ello de un modo más apremiante; si deseamos llegar a la Pascua santificados en el alma y en el cuerpo, debemos poner en interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si todas las otras y cubre la multitud de los pecados” (San León Magno).
¿Eres consciente de tu debilidad, y por ello sabes caminar humilde por la vida?