¿Caes en la crítica eclesiástica? 28 IV Sábado de Pascua

28 IV Sábado de Pascua
28 IV Sábado de Pascua

La mundanidad

28 IV Sábado de Pascua 

Texto bíblico 

El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra». Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor (Act13, 44-48) 

Comentario 

Al principio, la gran resistencia al cristianismo fueron los mismos judeo-cristianos, quienes fundados en sus tradiciones se opusieron a la predicación de Pablo y de Bernabé. Los apóstoles, ante la actitud impermeable de algunos judíos, decidieron anunciar el Evangelio a los gentiles. 

No es una actitud del pasado. La resistencia que se percibe a las enseñanzas del Papa en algunos círculos católicos, pone de manifiesto la actitud de quienes se obstinan en sus ideologías, buscando su vanagloria en vez de buscar la gloria de Dios. A esta reacción Francisco la denomina “nueva mundanidad”. Dice el texto bíblico: “Los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio” (Act 13, 50) 

Es muy luminosa la enseñanza del Papa: “La mundanidad espiritual, que se esconde detrás de apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal. Es lo que el Señor reprochaba a los fariseos: «¿Cómo es posible que creáis, vosotros que os glorificáis unos a otros y no os preocupáis por la gloria que sólo viene de Dios?» (Jn 5,44). Es un modo sutil de buscar «sus propios intereses y no los de Cristo Jesús».” (Flp 2,21). (EG 93) 

Propuesta 

¿Caes en la crítica eclesiástica? 

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