No estamos solos Invocaciones al Esíritu Santo

Invocaciones al Esíritu Santo
Invocaciones al Esíritu Santo

Letanía

Invocaciones al Espíritu Santo 

Ven, Espíritu Santo; Consolador; Abogado; Defensor; Paráclito; Maestro; Testigo: ¡Ven! 

Ven, Amor trinitario; Huésped divino; Ayudador generoso; Discreción magnánima; Luz santísima; Consejero interior ; Orante secreto: ¡Ven!  

Ven, Espíritu de Dios; Respiración de Dios; Fuerza de Dios; Amor de Dios; Sabiduría de Dios; Ciencia de Dios; Temor de Dios: ¡Ven! 

Ven, Belleza esencial; Bondad divina; Inspiración estética; Vibración mística ; Éxtasis enamorado; Ciencia infusa; Verdad suprema: ¡Ven! 

Ven, Espíritu de gracia; Espíritu de Cristo; Fuente de piedad; Impulsor de amor; Amor de los amores; Luz del cielo; Gozo del alma: ¡Ven! 

Ven, Aliento de vida; Amigo del alma; Abrazo de misericordia; Perdón de los pecados; Padre de los pobres; Paz del alma; Padre de huérfanos: ¡Ven! 

Ven, Salud de los enfermos; Dador de todo don; Brisa en hora de fuego; Gozo que enjuga las lágrimas; Fuente del mayor consuelo; Descanso de nuestro esfuerzo; Tregua en el duro trabajo: ¡Ven! 

Si ninguna oración se pierde, si eres Tú quien ora en nosotros, si Jesucristo ha rezado por los suyos y por los que crean en Él por la palabra de ellos, para que el mundo crea que somos amados como Él ha sido amado, Espíritu Santo, derrama tus dones, haznos permeables al consuelo que supera toda tentación de desesperanza. 

Más que nunca, Espíritu Santo, te necesitamos. Solo por tu fuerza cabe resistir el combate en tanta debilidad como nos aqueja. Nada exterior parece ya motivo de consuelo, y solo nos queda dar crédito a que Tú permaneces y vienes en ayuda de nuestra débil condición. 

“Tiempos recios” dirá la Santa, y el Libro Sagrado afirma que “nada nuevo hay bajo el sol”, que ya sucedieron circunstancias semejantes, y en tiempos de éxodo, de exilio, de extermino, de persecución y de soledad, se dejó sentir tu mano providente. Espíritu Santo, no abandones la obra de tus manos y déjanos gozar la paz del alma, el consuelo interior, la fuerza suficiente, el conocimiento sapiencial de la historia, el acierto en la opción debida. Ven, Espíritu Santo. 

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