6 de Julio, XIV Domingo del Tiempo Ordinario 

Texto evangélico 

“Designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino” (Lc 10, 1-4). 

Reflexión

Si no tuviéramos más textos que el presente, en el que se nos refiere el envío de Jesús a los suyos, nos asaltaría un extraño pensamiento de incomprensión, debido a la dureza de la enseñanza, como si se tratara de algo imposible.

Cabe interpretar que se trata de una misión rápida y que los discípulos no deben excusarse en pertrecharse con mayor equipamiento, sino obedecer con prontitud. Sin embargo, en un contexto más amplio, esto contradice la imagen que el evangelista presenta de Jesús: alguien capaz de la mayor ternura, comprensión y perdón.

Interpreto que la exigencia que el Maestro pide al discípulo no es tanto que se abstenga de lo necesario, sino que confíe en Él. En otros pasajes, Jesús se ha mostrado solidario con los pobres, anfitrión de los pecadores, amigo de los suyos.

Propuesta 

Fíate de Jesús.