Dios nos hace misericordia
23 de diciembre: IV Martes de Adviento
Hazte mensajero de paz.
“¡Qué alegría cuando me dijeron: | «Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.
Desead la paz a Jerusalén
Por mis hermanos y compañeros, | voy a decir: «La paz contigo».
Por la casa del Señor, nuestro Dios, | te deseo todo bien” (sal 121, 1-2.8-9).
La paloma con el ramo de olivos es imagen de paz. “Al atardecer, la paloma volvió con una hoja verde de olivo en el pico” (Gn 8, 11). El cántico del salmo 121, cántico de peregrinación hacia la ciudad santa, que hoy nos ofrece la liturgia, se convierte en anhelo de paz, no solo para la ciudad de Jerusalén, sino para todos los lugares en guerra. El profeta había anunciado: “Ya no estoy enfadado. Si me diera zarzas y cardos, combatiría contra ellos, los quemaría todos juntos. Pero no se acoge a mi cuidado. ¡Que haga la paz conmigo! ¡Que conmigo haga la paz! Llegarán días en que Jacob echará raíces, Israel echará brotes y flores, y sus frutos llenarán el mundo” (Is 27, 4-6).
La filología del nombre de la ciudad de Jerusalén permite interpretar su significado como ciudad de paz. “La doble mención de la paz evoca el nombre de Jerusalén (ciudad de paz en la etimología popular); por su parte, los espinos arrancados y quemados evocan (en hebreo) el nombre de Samaría” (Nota bíblica CEE).
Es tiempo de allanar los caminos, de ablandar el corazón, de convertir las lanzas en podaderas, de desear la convivencia pacífica de las naciones.
Hazte mensajero de paz.
También te puede interesar
Dios nos hace misericordia
23 de diciembre: IV Martes de Adviento
Canta o reza el "Magnificat"
22 de diciembre: IV Lunes de Adviento
Acoge a María en tu casa
21 de diciembre: IV Domingo de Adviento
Lo último