¿Te crees invulnerable, perfecto, o necesitado de perdón? Martes Santo

Martes Santo
Martes Santo

La inifdelidad de los discípulos de Jesús

Martes Santo      

Texto evangélico 

Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿adónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde». Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti». Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces” (Jn 13, 36-38). 

Comentario 

Las secuencias del Evangelio, que narran la quiebra de la fidelidad de los discípulos, no solo la de Judas, sino también la de Pedro, y la de los doce, cabe que nos escandalicen, y sin embargo, es una constante en el pueblo escogido por Dios, de la Iglesia y de sus ministros. Ante la secuencia que hoy se proclama en la Liturgia, no cabe ni esconder la cabeza, ni ser pretenciosos. Solo la humildad y la súplica de perdón son reacciones correspondientes.

Imagen – El apóstol Pedro 

Hoy quedamos todos desmitificados, si los más íntimos del Señor prevaricaron, si aquel en el que Jesús había puesto sus ojos, le niega, si uno de los suyos le traiciona, si el grupo de discípulos sale en desbandada, aunque me duela debo advertirme, por si yo también niego, caigo en renunciar y me alejo del Señor. 

La traición 

Quizá nos convenga escarmentar en cabeza ajena. En vísperas de los días santos, la denuncia de la traición nos hace conscientes de nuestra fragilidad y necesidad de misericordia. Jesús no denuncia para que el discípulo se sonroje, sino para suscitar el arrepentimiento. 

Propuesta 

¿Te crees invulnerable, perfecto, o necesitado de perdón? 

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