05 Octava de Navidad
Año Santo de la esperanza
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro” (1 Jn 3, 1-3).
Esperanza
La esperanza serena el ánimo.
La esperanza equilibra el carácter.
La esperanza anima en el combate.
La esperanza compromete en la entrega.
La esperanza adelanta la luz en la noche.
La esperanza intuye el bien posible.
La esperanza acrecienta la oblación.