5 de octubre, xxvii domingo del tiempo ordinario 

Texto bíblico 

“Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería” (Lc 17, 5-6). 

Reflexión

Pocas veces, como en la semana pasada, se acumula la memoria litúrgica de santos tan queridos: el 29 de septiembre, los Santos Arcángeles; el 30, san Jerónimo; el 1 de octubre, santa Teresa del Niño Jesús; el 2, los Ángeles Custodios; el 3, san Francisco de Borja; y el 4, san Francisco de Asís, día que culmina el tiempo especial señalado por los Papas, dedicado a custodiar la creación.

Hoy el Evangelio pone en nuestros labios la súplica apostólica a Jesús: «Auméntanos la fe». Y viene a la memoria la expresión que el Señor dijo a la mujer: «Hija, tu fe te ha salvado» (Lc 8,48); o lo que afirmó del centurión: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe» (Lc 7,9). En Cafarnaúm, viendo la fe de los que transportaban al paralítico, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados» (Lc 5,20). Y al ciego de Jericó: «Anda, tu fe te ha salvado» (Mc 10,52).

¡Cómo no recordar la expresión con la que Isabel recibió a su prima María!: «Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá» (Lc 1,45). El evangelista san Marcos refiere la respuesta que Jesús da al padre del niño endemoniado: «“Todo es posible al que tiene fe”. Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: “Creo, pero ayuda mi falta de fe”» (Mc 9,23).

Resulta extraña, sin embargo, la forma en que el ángel se dirige a Zacarías: “Quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno” (Lc 1,20). Jesús, dirigiéndose a sus apóstoles, les echó en cara: «¿Dónde está vuestra fe?» (Lc 8,25). Y también les exhortó: «Tened fe en Dios» (Mc 11,22).

Propuesta 

En situaciones críticas, permanece en la fe.