Iconos de Pascua: La cuarentena 

Cuando leemos la Biblia, sobre todo los pasajes de los primeros libros del Génesis, lo hacemos sabiendo que son relatos teológicos, no narraciones históricas, aunque contengan un tratado de antropología iluminador. Por el texto sagrado, sabemos que todo ha sido creado, que el ser humano goza del don de la libertad y puede elegir entre el bien y el mal. Se nos explica que los grandes relatos de la Biblia son como parábolas llenas de sabiduría y referentes para saber cómo actuar según Dios. 

Y sorprendentemente, cuando estamos confinados, viviendo los efectos de una pandemia universal, me viene a la memoria el relato del diluvio, y cobra fuerza lo que en él se describe, cuando las aguas lo anegan todo y solo se salvan Noé y su familia, encerrados en el arca. 

Interpreto que nos está sucediendo algo parecido, que el diluvio, más allá de que fuera histórico o no, nos describe una situación de emergencia mundial, y de manera semejante a la actual, se salvan los que se encierran en sus casas, se aíslan y permanecen en la estrechura doméstica de sus metros cuadrados. 

El relato del diluvio universal termina con la imagen de la paloma con una rama de olivo en el pico, como mensaje de esperanza, y vemos salir de nuevo a todas las especies de animales, y a la familia de Noé, que repueblan la faz de la tierra con una nueva generación. 

No sé si nos sucederá a nosotros que el confinamiento y la cuarentena nos conviertan en personas nuevas, con más bondad, capaces de recrear un mundo nuevo y mejor, capaces de convivencia, como describe el relato bíblico. 

Al recordar la cuarentena del diluvio, me viene a la memoria la cuarentena de Moisés en lo alto del Monte Sinaí, donde permaneció a solas con Dios en un trato íntimo con Él, de tal forma que llegó a transfundirse en su rostro la luz divina. 

Vivimos los efectos del aislamiento, y cabe que nos esté resultando muy gravoso. La referencia a las cuarentenas de Noé y de Moisés nos puede ayudar a superar estos efectos. En el caso de Noé, por la convivencia que se intuye al estar encerrados en familia, y con los animales, una especie de paraíso; y en el caso de Moisés, por el ejemplo contemplativo que nos ofrece. 

En ambos relatos comprobamos que los dos personajes son modélicos, capaces de obedecer, de convivir y de orar. 

Propuesta 

Ante los efectos que se prolongan, y en el tiempo de la cuarentena pascual, ¿te encuentras con capacidad de convivencia con los que te acompañan, y de permanecer a solas con Dios?