Mística y magia: ideas sueltas en torno a un vínculo interesante

Una definición de mística/místicos (Gershom Scholem, 35)

 - Fenómeno histórico

- Surge en medio de momentos de crisis: ¿de qué crisis? ¿es la mística una crisis? ¿tiene una función crítica contra algo?

- “Los místicos son hombres que por medio de la propia experiencia íntima y de su especulación sobre ésta descubren nuevos planos de significado en su religión tradicional” (Scholem).

La mística/místicos se adentran en el mundo de la divinidad.

Lenguajes – nombres divinos – letras – atributos divinos – concentración de energías.

Conociendo los nombres divinos el místico ingresa en el dispositivo de la magia.

“La concepción que considera al nombre de Dios como suprema concentración de la potencia divina está ligada a un mundo de ideas que originalmente se hallaban en conexión con la magia y otras concepciones que refieren a la especulación mística propiamente dicha” (Gershom Scholem).

“La idea de una estructura y de una esencia mágicas en la Torá puede ser comprobada ya en un Midrás bastante temprano” (Gershom Scholem) / Midrás: “Los midrashim (plural de midrash) son parte de la Torá oral; son enseñanzas contadas en forma de historias, que explican pasajes y leyes toraicas” (Enlace Judío)

Hay, por tanto, un orden oculto en la Torá, pero que debe mantenerse oculto porque ese orden da el “poder de hacer milagros y resucitar a los muertos” (Gershom Scholem).

La Torá fue usada con fines mágicos a través de la invocación del nombre divino o de la combinación de letras para formar un nombre. Hay nombres con efectos mágicos.

Giorgio Agamben también menciona esto en “Magia y felicidad”, capítulo de su obra “Profanaciones”.

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Agamben dice que lo que más recriminan los niños del mundo adulto es que los adultos no pueden realizar magia / pensar el imaginario-comprensión de lo que es el mundo adulto y lo que es el mundo infantil.

Agamben dice que la magia permite llegar a la felicidad, a obtener el genio de la botella. Y Agamben entiende la magina como una hybris, como una arrogancia o un exceso. Hay un descontrol, un desborde. La mística con ello aparece como un exceso, como una desmesura > Modelo del dios Dionisios (el dios loco creador del vino en el mundo griego, dios que es asesinado pero que resucita). El vino y Hafiz, tradición sufí y musulmana.

Agamben dice que sobre la tierra hay una sola felicidad posible: “creer en lo divino y no aspirar a alcanzarlo” > el nombre de Dios no puede ser poseído. En el judaísmo Dios es “Hashem”: el no-nombrado/ El Tao-Te King: “el tao que puede ser pronunciado no es el tao eterno”. ¿Teología negativa en el vínculo de la magia/mística? ¿hay una suerte de teología negativa en la vinculación magia-felicidad?

 La magia tiene un poder evocativo más que creador. Con ello, pareciera que el conocimiento de la Torá supone evocar o llamar a Dios con los nombres divinos o con las letras formando el nombre divino. Por ello Agamben dice que “la magia es parte de la tradición de los nigromantes y de los cabalistas (mística judía) los cuales dicen que la magia es esencialmente una ciencia de los nombres secretos. Toda cosa, todo ser tiene de hecho, más allá de su nombre manifiesto, un nombre escondido al cual no puede dejar de responder. Ser mago significa conocer y evocar este archinombre. El nombre secreto es para él solo el símbolo de su poder, de vida y de muerte, sobre la criatura que lo lleva” (Agamben, “Profanaciones”) 

Alguna vinculación con Walter Benjamin y acerca del lenguaje: hay una lengua secreta, una contraseña. La creación es lingüística.

El rabino Roberto Feldmann en su conversación con Cristian Warnken (https://www.youtube.com/watch?v=-fBFvJV0yGY&t=1385s) recuerda (minuto 21) que el idioma hebreo está formando de 22 letras, las cuales – y durante la edad media – sirven para empezar a pensar el Tarot. De ahí es que las palabras Torá y Tarot estén relacionadas (22 letras del alefato hebreo; 22 arcanos del Tarot).

La primera letra del alefato es la alef cuyo valor numérico es 1. La primera carta del Tarot es el Mago. El mago tiene todas las herramientas, las usa a su favor pero con una estructura. Se parece al loco, pero el loco es libre (nuevamente Dionisios; la desmesura).

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Leonardo Boff en “El águila y la gallina” habla que la carta del mago es una filosofía de vida. El mago tiene una mano apuntando al cielo y una mano apuntando a la tierra (los derviches – sufismo, cuando bailan tienen una mano hacia el cielo y hacia la tierra. Son verdaderos mediadores entre lo divino y lo humano; Ana Morales: https://www.anamoralesblog.com/los-derviches-misticos-danzantes/ )

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El mago posee herramientas para hacer magia. Dice Boff: es “ícono de la existencia humana extendido entre el cielo y la tierra, entre lo finito y lo infinito, entre lo material y espiritual. Representa el desafío de construir un centro que acoja y sintetice dinámicamente las dos partes” (p.54).

El mago conoce el nombre secreto. El niño es mago en cuanto invoca (evoca) una lengua secreta. Cuando inventa un nievo nombre va en camino a la felicidad.

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