El amor como Pascua

Hace algunos días estuve leyendo algunas propuestas del teólogo alemán Karl Rahner (1904-1984), específicamente en al artículo "Sobre la relación entre la naturaleza y la gracia". En ella, Karl Rahner hace una profunda crítica a lo que él denomina el "extrinsecismo", es decir, a la consideración de que - en sus palabras - "la gracia aparece como un mero añadido o segundo piso, muy bello en sí, que Dios, por su libre disposición, coloca sobre la naturaleza". En otras palabras, el extrinsecismo es la idea de que la gracia es algo meramente exterior al ser humano, algo "que viene de fuera", que no está desde siempre, (ese será el gran aporte de Rahner) en el ser humano. }

La relación entre naturaleza y gracia hace referencia a la relación que se puede establecer entre Dios y el ser humano, entre la dimensión trascendente e histórica. Es ante esa comprensión meramente exterior de la gracia, que Karl Rahner postula que en el ser humano existe lo que él denomina el "existencial sobrenatural", es decir, la presencia de una orientación por medio de la cual el ser humano busca a Dios, está abierto a acoger una potencial revelación de Dios, a entender que en el ser humano existe una condición "ontológica" (es decir, propia de él) por medio de la cual la gracia de Dios (depositada desde siempre en el ser humano) permite captar y encontrarse con Dios. En sencillo: el Dios amor, el Dios de la gracia, ha dado al ser humano - desde siempre - la gracia de poder encontrarse con Él. 

En esta lectura, me encontré con el siguiente párrafo: "Dios crea así a un ser al que pueda amar de esta manera: el hombre. Le crea de modo que el hombre pueda dar cabida a este amor que es Dios mismo; que lo pueda y lo tenga que recibir a un tiempo como lo que es: el milagro eternamente asombroso, el regalo inesperado, indebido".

Cuando leí este párrafo, pensé en cómo la Pascua tiene que ver con ese amor "eternamente asombroso" que Dios manifiesta al ser humano. Es más, ese hallazgo del párrafo tiene que ver con la Pascua, en cuanto Dios también se va encontrando en las reflexiones teológica de estos maestros y maestras de la fe, como es Karl Rahner. La teología nos puede ayudar a pensar cómo el Dios de la Pascua tiene que ver con ese amor encontrado. 

Este Dios que nos ha creado con la capacidad de amarlo, también nos ha creado con la capacidad de amar a los demás y de amarnos a nosotros mismos, en una bella y profunda triple dimensión del amor. Dios crea a una creatura capaz de recibir ese amor. Y eso, sin duda, es Pascua, es Resurrección. El Dios-Amor es el centro gravitacional de toda vida.

¡Soy un apasionado por la teología!

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