Primeros ecos a “El Cristo interior” de Javier Melloni La importancia de ampliar los modelos antropológicos

1. Estoy comenzando a leer la obra El cristo interior del jesuita y teólogo español Javier Melloni editado por Herder en 2010. En esta obra de 151 páginas, Melloni ofrece una tercera vía de acercamiento a la experiencia de Jesucristo. A ella la denomina “cristología interior”. Dice el autor: “interior no significa ajena al mundo, sino revelación de lo que el mundo alberga. Brota desde dentro de las cosas y de las personas no como un esfuerzo, sino como el desarrollo de una semilla (Lc 13,19), como la germinación de un núcleo oculto pero siempre presente en todo.

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En esta cristología interior se colocan muchos acentos en la experiencia que tenemos de, con y por Jesucristo: de (la opción de fe en cuanto estructura normativa); con (en cuanto experiencia de encuentro transformador); por (camino hacia el Padre). En esa experiencia pensamos en cómo el interior recupera también un elemento olvidado por la forma de ser humano; o también cómo desde esa cristología interior se va desvelando un camino “hacia lo real” como lo denomina Melloni. Por lo “real” se entiende la experiencia de conocer el mundo, la naturaleza, a los otros, la vida y cómo en ellos conocemos la presencia misteriosa de Dios.

  1. Para acceder a ese “real” debemos comprender la vinculación entre nuestro cuerpo-espíritu y la matriz de la cultura. A la vez, en esta cultura van surgiendo una serie de desafíos en orden a ampliar modelos antropológicos, o formas de ser humano, formas de humanizar, formas de dotar de sentido a nuestras prácticas sociales, espirituales, políticas, religiosas, educativas.

2. A partir de la lectura de las primeras páginas de Melloni, quisiera pensar algunos elementos que pueden ser parte de estos modelos antropológicos más integrales-integrados-integradores. Los elementos que surgen (hasta ahora) son: una estética, una ética, una poética, una patética. Ellas, pienso, permiten hacernos contemporáneos con Jesucristo mismo a través de este enfoque de la cristología interior. En la estética accedemos a un camino de sensibilidad, de las formas, de una disposición ante lo encarnatorio, en cuanto Jesucristo es la imagen visible (estética) del Dios invisible (Col 1,15). En relación a la ética se está pensando en el éthos, en el espacio de convivencia entre los diversos. Un espacio de comunión sustentado en la vivencia íntima con los otros y con la naturaleza, espacio propio de lo real. Pensamos la poética como construcción. Poética viene del póiesis griego que busca crear e imaginar. El poeta tiene una visión que supera la superficialidad y busca adentrarse en ese espacio más hondo de lo real. Y finalmente la patética en cuanto vivencia del pathos emoción-sentimiento. Los seres humanos somos animales de emociones. Nos emocionamos y emocionamos. En estas dimensiones se hacen patentes las dimensiones del cognos-del oidos-del actio/praxis: del entendimiento, de la escucha, de la acción. Estas tres dimensiones son la totalidad de lo humano.

3. Con las dimensiones señaladas anteriormente podemos pensar incluso una antropología de la cristología interior, el reconocimiento de una profundidad, de un anhelo infinito, de la importancia de la nutrición tanto física como espiritual. Hemos de propiciar entre nosotros:

  1. Modelos senti-pensantes (emoción y pensamiento; razón y corazón)
  2. Modelos eco-humanos (vinculación con la naturaleza desde la lógica de Laudato Si’ por ejemplo).
  3. Modelos teo-estético-patéticos (fundados en Dios (lo teo), con una visión más amplia de la realidad (lo estético) acentuando la conmoción que surge ante lo real (lo patético).
  4. Modelo antropológico del proceso de ser.-humanos, ser proyectos, ser lanzados a la trascendencia.
  5. Modelos antropológicos en la ternura, la compasión y la alianza (memoria, promesa, futuro).
  6. Modelos antropológicos del discernimiento, de la evangelización de la mente y del corazón.
  7. Modelos antropológicos en la sanación-salvación-liberación.

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El pensamiento tiene forma de agua, es dinámico, fluye, renueva, hace fecundo. Es necesario encontrar el agua del conocimiento, de la escucha y de la puesta en práctica de la historia que avanza.

  1. Finalmente pensar algunos autores que pueden acompañar el proceso de lectura, pensamiento y creación de los modelos anteriores:
    1. María Zambrano y la lógica poética.
    2. Gastón Bachelard y el conocimiento de lo imaginario.

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