"Gracias José Luis por lo que has aportado al sufrido pueblo latinoamericano" José Luis Caravias. Un cura con los pobres

El Papa y José Luis Caravias
El Papa y José Luis Caravias

"El librito Vivir como hermanos. Reflexiones bíblicas sobre la hermandad  (1971) tuvo una difusión inusitada, con numerosas ediciones no solo en español, sino en portugués, inglés y alemán"

"El libro está claramente en el espíritu y el estilo de la Teología de la Liberación; vio la luz poco después del Sínodo de Medellín, que revolucionó la Iglesia en América Latina, el mismo año que el libro programático de Gustavo Gutiérrez Teologia de la liberación. Perspectivas (Lima, 1971)"

En aquellos años 70, muchos campesinos paraguayos fueron apresados y torturados por tener y usar este “panfleto altamente subversivo”

"El gobierno paraguayo del dictador Alfredo Stroessner persiguieran al libro y a su autor hasta ser secuestrado y expulsado del país"

En las últimas semanas la noticia del fallecimiento de Hans Küng llenó las páginas de los medios de comunicación, particularmente de la web de Religión Digital; merecidamente por la relevancia de este gran teólogo contemporáneo, del que hablaré en este blog en otra ocasión sobre todo por su importancia en el diálogo interreligioso. Pero poco más de una semana antes falleció también otro gran teólogo misionero, el jesuita José Luis Caravias (1935-2021), que ocupó mucho menos espacio en los medios; particularmente en este web en la que publicó a mediados de la semana pasada un hermoso artículo: El Dios de Jesús no castiga con pandemias”.

Allí decía, entre otras cosas que “echarle la culpa a Dios es una estrategia para escurrir de nuestros hombros la responsabilidad”, “se ha abusado gravemente de la bondad de la Naturaleza”, “las ganancias altamente egoístas de unos pocos empobrecen a la mayoría de la humanidad”. Su vida estuvo marcada primero con el trabajo con los campesinos, sobre todo con las Ligas Agrarias Cristianas, y luego en la formación da sacerdotes y laicos, especialmente con las Comunidades de Vida Cristiana.

 Al saber de su muerte, recordé unos sencillos libros suyos que había leído hace muchos años, en mis días de estudiante de teología y luego en los primeros años de cura, y que habían sido muy importantes para mí, para mi trabajo con grupos de jóvenes y en mis años de párroco en comunidades rurales. Unos pequeños libros de poco más de cien páginas que fueron una referencia en aquellos años de ilusión y ganas de cambiar la Iglesia y el mundo; de construir una Iglesia popular, donde los pobres fueran los primeros, y un mundo de hermanos donde reinara la justicia y la paz: Vivir como hermanos, Dios es bueno y Cristo es esperanza, publicado en España el primero por Zyx y los otros dos por su sucesora, Ediciones HOAC.

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El librito Vivir como hermanos. Reflexiones bíblicas sobre la hermandad  (1971) tuvo una difusión inusitada, con numerosas ediciones no solo en español (en Paraguay, Argentina, Ecuador, Perú, Colombia, España…), sino en portugués, inglés y alemán.

Nació en Paraguay en 1970, en el seno de las Ligas Agrarias Cristianas; como  reflexiones bíblicas trabajadas en grupos que poco a poco se fueron realizando entre los campesinos organizados. “Si no salimos de las estructuras opresoras, Dios no podrá jamás reinar entre nosotros –dice el franciscano Mauricio Alcaraz en la Presentación de la primera edición-… Vivir como hermanos está lleno de verdad y esperanza… No ha aparecido por un gusto intelectual del autor, sino por el contacto fecundo de la Palabra de Dios con el sencillo y sincero Pueblo campesino… Dios ha escuchado el gemido de su Pueblo oprimido”. Este franciscano define a Caravias en otro lugar como alguien que le enseñó a “soñar y actuar en la búsqueda de tejer otros mundos posibles”.

El libro está claramente en el espíritu y el estilo de la Teología de la Liberación; vio la luz poco después del Sínodo de Medellín, que revolucionó la Iglesia en América Latina, el mismo año que el libro programático de Gustavo GutiérrezTeologia de la liberación. Perspectivas (Lima, 1971). Tiene tres partes muy sencillas, pero muy incisivas. La primera es “Fuimos creados Hermanos”. La segunda “La hermandad rota. Triunfo del egoísmo”. La tercera es la más extensa, “El aprendizaje de la hermandad”; va desde el reconocimiento de que el pueblo de Dios es un pueblo de esclavos, hasta la dura lucha por la liberación, la explotación de los pobres y la caída de las estructuras injustas.

Finalmente, la cuarta “Hermanos en Cristo, el Libertador de los oprimidos”. El librito concluye con una reflexión final, “¿Por qué los cristianos de ahora no sabemos vivir como hermanos?” y una despedida “Los pobres, la única esperanza”: “Los poderosos hace tiempo que han demostrado que nos son capaces de arreglar el mundo. Están atados a sus propios intereses, pues el triunfo de la hermandad ería el fin de sus privilegios. Ya es hora de que la fuerza de los pobres, multiplicada por el espíritu de Cristo. Entonces será posible cambiar el desorden actual del mundo entre de lleno a construir un mundo de hermanos”. Una de las razones que hizo este y los dos libros siguientes especialmente útil, son las numerosas citas bíblicas que contiene, con la invitación a ser trabajadas en grupo.

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No es de extrañar que en poco tiempo, en 1972, el gobierno paraguayo del dictador Alfredo Stroessner persiguieran al libro y a su autor hasta ser secuestrado y expulsado del país. Estuvo viviendo, primero en el Chaco argentino –donde también fue perseguido por la triple A y la dictadura argentina- y después en Ecuador, donde conoció a Monseñor Proaño, quien –con sus propias palabras- “curó mi complejo de hereje”.

Luego Perú y Colombia. Por fin pudo volver a Paraguay con la caída del régimen en 1989. En aquellos años 70, muchos campesinos paraguayos fueron apresados y torturados por tener y usar este “panfleto altamente subversivo”. Pero se hicieron nuevas ediciones clandestinas del libro en Paraguay, y pronto empezó a llegar a los campesinos de Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Brasil, México, Bolivia, El Salvador, España, los chicanos de Estados Unidos, India, Filipinas...

Más de 30 años después y tras sufrir en los primeros años las duras críticas del gobierno uruguayo, Caravias escribía: “El libro se publicó en ambiente difícil, tanto económica como políticamente, pero con corazones llenos de esperanzas, en plena actividad de las Ligas Agrarias… Este hijo mío, tan discutido al nacer, se ha convertido en propiedad del pueblo y honra del Paraguay”.

Dios es bueno (1973) y Cristo es esperanza (1974), también con numerosas ediciones en distintos países, responden claramente al subtítulo de cada uno: “El Amor de Dios visto desde el Antiguo Testamento” y “El Amor de Dios visto desde el Nuevo Testamento”. En ambos, el trabajo más importante es la selección de citas bíblicas para trabajar en los grupos de base. Recuerdo haberlos utilizado mucho en nuestros encuentros de Revisión de vida con grupos de jóvenes en los años 80 y 90 y luego con mi grupo de El Prado.

El mismo autor manifiesta este aspecto en la Introducción de Dios es bueno: “El presente libro, sacado de la meditación y el diálogo con el pueblo sencillo, casi se reduce a una selección de citas bíblicas, sin más pretensiones que fomentar con su sencillez este diálogo de Amor que desde hace muchos siglos comenzó entre Dios y los hombres.  Son trozos de meditación para ser digeridos lentamente… Una sola idea es el eje central que ha motivado el criterio de selección de las citas bíblicas: Dios es bueno, Dios es Amor.  Creo que éste es el mensaje más importante que nos quiere dar la Biblia”. Y en la Introducción de Cristo es esperanza: “Lo más importante del presente libro son las mismas citas bíblicas, el contacto directo con la Fuente… Conocer y amar a Jesús es lo más humano, lo más grande, lo más liberador y revolucionario que se puede hacer en el mundo”.

Luego vendrían otros muchos libros más, la mayoría con el mismo carácter popular y algunos algo más complejos; hasta una treintena: Liberación campesina (1975), Religiosidad campesina y liberación (1978), Luchar por la tierra (1983), Biblia, fe, vida. Introducción a la Biblia (1984), Teología de la Tierra. Los problemas de la tierra vistos desde la fe, con Marcelo Barros (1988), Idolatría y Biblia (1988), Que es la Biblia (1990), Cristo hermano (1991)… Y los últimos: De Abrahán a Jesús. La experiencia progresiva de Dios en los personajes bíblicos (2001), Discernimiento comunitario sobre nuestra opción por los pobres (2005)… Fe y Dolor. Respuestas bíblicas ante el dolor humano (2013) y Dios en mi vida. 60 años de jesuita (2014).

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Gracias José Luis por lo que nos has aportado y sobre todo por lo que has aportado al sufrido pueblo latinoamericano.

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