"Ser santo es más sencillo, no te tiene que picar una araña divina para darte superpoderes" Los Santos, los muertos y el Jalogüin... Te das una vuelta por alguna Iglesia y sales con pesadillas para varios meses

Reliquias
Reliquias

Así es, personas que en sus vidas sencillas y cotidianas hacen milagros curando el corazón de la gente. Son personas con muchos defectos pero sus pecados no les frenan. Se lanzan a extender la luz como guerreros infatigables en este mundo oscuro. Ser santo es vivir la fe apasionadamente

La muerte es la única estación segura del tren de nuestra vida. No sabemos qué nos traerá el mañana o el pasado. Pero sí sabemos, aunque no lo pensemos, que un día dejaremos de estar en este mundo dejando el cajón de la mesilla lleno de calcetines y recuerdos que alguien vaciará

El cielo tiene que ser fantástico sobre todo porque estará mi madre, mis abuelos, y todos los amigos que me precedieron, además de tanta gente que también se harán amigos y hermanos por fin en una fiesta eterna de creatividad, comunicación y alegría infinitas. Bono Premium para todos

Podíamos decir que es cosa de los medievales, pero contemplo con cierta estupefacción que hay que ver como no sigue encantado el tema, mostrando al mundo el cadáver de un adolescente  “incorrupto”, sacándole el corazón y metiéndolo en un bote para venerarlo

¡Ay, Halloween, Jailgüin, o Jaligüen, qué pereza!  Reconozco que desde aquel video impactante de Thriler de Michel Jackon siempre me gustaron las pelis de terror y  disfrazarme o caracterizar a la chavalería de muertos, viejos, perros o gatos con el arte mágico del maquillaje…

Lo de “truco o trato” y toda esa invasión de calabazas americanas es que ya no puedo con ello… esta colonización cultural mundial en torno a los monstruos y esqueletos aderezada con bien de chuches se cargó las antiguas tradiciones de olor a crisantemos e ir a limpiar la lápida del difunto con el estropajo.  La muerte se ha quedado como algo para bromear… Hace una semana hablaba con los chicos de bachillerato sobre sus experiencias en torno a la muerte, si se les había muerto alguien o habían visto a un muertito de verdad y tan solo uno había pasado con tal experiencia. Lejanos quedaron aquellos tiempos en que se velaba al finado en casa ante los niños, las velas y las copitas de anís.

¿Quién estará en mi velatorio?

La muerte es la única estación segura del tren de nuestra vida. No sabemos qué nos traerá el mañana o el pasado. Pero sí sabemos, aunque no lo pensemos, que un día dejaremos de estar en este mundo dejando el cajón de la mesilla lleno de calcetines y recuerdos que alguien vaciará. A veces me pregunto quién estará en mi velatorio o qué dirá el cura en mi funeral. Estuve unos años yendo al tanatorio de Colmenar viejo y recuerdo cómo me pasaban el nombre con el papelito del difunto. Yo hacía lo que podía por reconfortar y dar un poco de esperanza y ternura a esas personas muchas veces desconocidas y desoladas. Y cuando volvía a la sacristía, con gran dolor tiraba el papelito a la basura pensando que un día mi nombre iría en ese papel.

Halloween
Halloween

Pero también pensaba que Dios recogía esos nombres en su corazón y que su destino, mi destino, no es perdernos en el olvido de los tiempos, sino que hay un lugar mejor que nos espera en el que no hay lágrimas ni películas malas de sobremesa de Antena 3. Que Dios nos rescata a todos y que el cielo será como un gran parque temático de programación infinita y amistades verdaderas. Lo de la “Liturgia celestial” echaba un poco para atrás, cantando cantos y salmos por toda la eternidad; eso no lo aguanta ni San Pedro, que después de tanto mandar en la tierra en el cielo ha quedado reducido a la categoría de conserje… El cielo tiene que ser fantástico sobre todo porque estará mi madre, mis abuelos, y todos los amigos que me precedieron, además de tanta gente que también se harán amigos y hermanos por fin en una fiesta eterna de creatividad, comunicación y alegría infinitas. Bono Premium para todos.

Me resulta gracioso ver la “cruzada” que a veces hacemos en la Iglesia  Católica en contra del Hallowen y la parafernalia de los esqueletos,  con lo que a veces nos gusta todo ese tema de las reliquias y los huesos y las representaciones terriblemente morbosas. “Sustituyamos el Hallowen por el Holywins, el día de los santos”. Pero a ver, ojito a los santos, que hay algunos que dan mucho miedito, muchos más que la momia o Frankestein.

Carlo Acutis, el 'influencer de Dios', beatificado en Asís
Carlo Acutis, el 'influencer de Dios', beatificado en Asís

Santos que dan miedo

Degollaciones, pechos amputados, ojos en el plato, despellejamientos, asados en una barbacoa, intestinos afuera, cabezas debajo del brazo ,etc etc etc. Te das una vuelta por alguna Iglesia y sales con pesadillas para varios meses. Yo suelo comentar a mis amigos curas que un día escribiré un libro que se titule “cosas raras de los santos” y vais a flipar en colorines, porque las hagiografías, dígase vida de los santos, son a veces terribles. “Cuanto más raro mejor”. Y bueno, podíamos decir que es cosa de los medievales, pero contemplo con cierta estupefacción que hay que ver como no sigue encantado el tema, mostrando al mundo el cadáver de un adolescente  “incorrupto”, sacándole el corazón y metiéndolo en un bote para venerarlo. Vaya. A mí personalmente esos de las reliquias siempre me ha dado repelús. Una cosa es guardar el pañuelo de tu madre y otra besar sus huesos todos los meses, como yo hice durante toda la infancia con el pobre D. Bosco, que también está repartido por el mundo como la suerte de la lotería. No digamos Santa Teresa de Jesús que hasta Franco tenía un brazo… O San Diego de Alcalá que le cortaron los brazos y las piernas. Un día se lo metieron en la cama a Carlos II a ver si se curaba pero parece que no funcionó…

Ser santo es ser de Dios. Recuerdo el cuentecito ese de la catequista que le pregunta a los niños en la Iglesia ¿Quienes son los santos? Y el niño listo miró la vidriera y dijo con aplomo viendo los vitrales “Los santos son los que dejan pasar la Luz”. Así es, personas que en sus vidas sencillas y cotidianas hacen milagros curando el corazón de la gente. Son personas con muchos defectos pero sus pecados no les frenan. Se lanzan a extender la luz como guerreros infatigables en este mundo oscuro. Ser santo es vivir la fe apasionadamente. Los santos son de fuego. Los más famosos suelen arrastra multitudes, no digo nada de San Antonio, que es el mío, que es top. Pero ser santo es más sencillo, no te tiene que picar una araña divina para darte superpoderes.  Todos estamos llamados en la vida a ser santos, como decía arriba, a vivir apasionadamente nuestra fe, nuestra Iglesia, nuestra misión de hacer del mundo el lugar que Dios soñó. Como D, Bosco, como Carlos Acutis, como Teresita de Jesús, como San Francisco Javier… Diferentes, pero todos brillando con su carbón como chispas de fuego en este mundo miedoso y aburrido. Santos.

Y no olvidéis vuestro buñuelos, preludio de la vida celestial.

AVISILLOS.

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Todos Los Santos
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