La historia de la ley del celibato demuestra claramente este hecho: los máximos dirigentes no ven el mal que esta ley ha producido, y sigue produciendo en la Iglesia Agosto nos recuerda un martirio “de película” por el celibato

Los sacerdote casados siguen sufriendo “martirio” 

Estos últimos días de agosto (24, 26, 27 y 28), leyendo las meditaciones de Castillo sobre el capítulo 23 del evangelio de Mateo, he percibido con claridad la ceguera de mucha gente buena religiosamente. La mentalidad farisaica impide conocerse a sí mismo. “Esto explica, dice Castillo, el hecho de que haya tanta gente de Iglesia, que está incapacitada para darse cuenta del mal que hace. Incluso cuando se trata de personas que llegan a ocupar cargos importantes” (J.M. Castillo, “La religión de Jesús. Ciclo C (2018-2019)”. Desclèe De Brouwer. Bilbao 2018, p. 326). La historia de la ley del celibato demuestra claramente este hecho: los máximos dirigentes no ven el mal que esta ley ha producido, y sigue produciendo en la Iglesia

¿Cuándo la Iglesia dejará libres para ejercer sus “talentos” -vocación, valía cultivada-, dados por Dios, a los sacerdote casados? Sería gesto de amor y respeto a la voluntad divina. “¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber? ¿Acaso no tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer hermana en la fe, como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?(1Cor 9,4-5). “Si no se contienen, cásense; es mejor casarse que abrasarse” (1Cor 7,9). Esto es la voluntad de Dios, acreditada en la Biblia. Y no el destierro, la “reducción” laical, la marginación, la exclusión...., modos diversos de “fusilamientos”, de martirios, siempre indignos del nombre cristiano.

Memoria de la iglesia argentina (18 agosto 1848)

Argentina conserva la memoria de Ladislao y Camila, mártires por el derecho humano a formar una familia. Por saltarse la ley del celibato -ley humana-, fueron condenados. Interpretaron su enamoramiento como voz de Dios. Y decidieron ser fieles al “núcleo más secreto y sagrario del ser humano, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de su conciencia” (GS 16). Tuvieron un hijo que no llegó a nacer por la brutalidad de la ley humana, que se impuso al derecho humano más elemental y a la ley de Dios: “¡no matarás!”.

A mediados del siglo XIX, exactamente el 18 de agosto de 1848, Ladislao Gutiérrez y Camila O´Gorman fueron fusilados por romper el voto de castidad él y por escándalo público los dos. Al menos dos películas han interpretado su historia. Las dos películas llevan título de mujer. Un sacerdote y una mujer, enamorados, aceptan su amor como don de Dios y “salen a buscar la tierra prometida” para cumplir la voluntad divina. “Camila O'Gorman”, película de 1910 dirigida por Mario Gallo, con Blanca Podestá en papel de la joven. Y “Camila”, dirigida en 1984 por María Luisa Bemberg, nominada al Oscar a la mejor película extranjera. Susú Pecoraro e Imanol Arias son los protagonistas. En Internet, tecleando sus nombres, tenéis su tragedia con detalle. Hermosa es la narración de Lucía Gálvez, escritora licenciada en historia: vida, pasión, fuga, delación, ejecución de dos enamorados fieles a su conciencia.

En 1847 se despertó el amor entre Camila y Ladislao

Siempre es un misterio el hecho de enamorarse. Una persona despierta en nosotros una atracción especial. Su aspecto físico, su voz, su mirada, su sonrisa, su forma de tratarnos, su manera de pensar... todo lo que vamos descubriendo nos agrada. Suscita sentimientos, deseos, sueños, imaginaciones... que nadie hasta ahora había suscitado. La vamos haciendo centro de nuestra vida. Nuestro tiempo y espacio empiezan a girar en torno a ella. Las esperas duelen como el hambre o la sed. El mundo, la vida, el trabajo, la familia, todo... tiene ya otro sentido. Los psicólogos lo comparan con una fiebre alta. Afecta todos los niveles personales. Tiene riesgos, como situación límite, y no permanece mucho tiempo de la misma manera. Experiencia muy agradable, hay en ella una llamada a cuidarla, a profundizarla, a darle un cauce humano. La persona creyente ve ahí la voz del Creador que no quiere que “el hombre esté solo” (Gén 2,18) e intima el “sed fecundos y multiplicaos” (Gén 1,28).

Ladislao y Camila interpretaron su amor desde el Amor de Dios

Se sintieron llamados a vivirlo en libertad. Decidieron salir de Buenos Aires, y emigrar hacia Río de Janeiro (Brasil), donde poder encontrar su “tierra prometida”. El 11 de diciembre de 1847, en sendos caballos, salen hacia la provincia de Corrientes. Con ayudas diversas, llegaron al pueblo de Goya, donde nadie les conocía. Para vivir abren una escuela de niños. Durante unos meses encuentran la paz, a pesar de saber que les perseguían. El 23 de Diciembre de 1847, Adolfo O'Gorman, padre de Camila, había denunciado ante el gobernador que su hija había sido seducida y raptada por el párroco. El gobernador Manuel Rosas, “Restaurador de las Leyes y el Orden”, ordenó apresar a la pareja, y conducirlos a la cárcel. En agosto de 1848, un sacerdote irlandés, Michael Gannon, que conocía el caso, les descubrió y avisó a las fuerzas del gobierno.

Reconocieron su libertad de decisión

Ante las insinuaciones de violación, Camila negó rotundamente que hubiera sido violada y sostuvo su participación libre en el enamoramiento y en la trama de la huida. Los llevaron hacia Buenos Aires. La presión social precipitó un juicio sumarísimo. Condenados a muerte, son fusilados en la mañana del 18 de agosto en el Cuartel General de Santos Lugares de Rosas(actualmente localidad de San Andrés, General San Martín). Camila estaba embarazada de ocho meses. Ladislao hizo llegar a su ya mujer (en conciencia, ante Dios), para animarla a dar la vida por amor, este mensaje: “Camila mía: Acabo de saber que mueres conmigo.Ya que no hemos podido vivir en la tierra unidos, nos uniremos en elcielo ante Dios.Te abraza...Tu Gutiérrez”.

Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres(He 5,29)

Aún la Iglesia no ha asumido prácticamente este principio. Sobre todo cuando se trata de sus propias leyes. Ella cree que sus leyes son la voluntad de Dios. En este caso toleró la muerte de tres personas: Ladislao, Camila y el hijo “non nato” de ambos. “¡Para mayor gloria de Dios!”, decían atrozmente. Cuando hacemos de nuestras leyes humanas un absoluto no reparamos en medios y llegamos a extremos inauditos. El poder siempre encuentra justificación para imponerse y dar por bueno lo que en sí es perverso. Los asesinos argentinos tenía base teológica en el Papa Urbano II que, hacia el año 1090 en carta al obispo Godofredo Lucano, llegó a afirmar: “A los asesinos de excomulgados, según el uso de la iglesia romana, les impondrás una satisfacción proporcionada a la intención que hayan tenido. Pues no consideramos que sean homicidas los que, ardiendo en el celo de su católica madre contra los excomulgados, resulte que han destrozado a algunos de ellos” (Epist. 132. PL 151, 394. Ver también MANSI, XX, 713). Semejante disparate perdura aún como doctrina de la Iglesia al incluir como “magisterio de la Iglesia” la “condena, la reprobación y el rechazo” (DS 1.492) de la siguiente proposición atribuida a Lutero, por el Papa León X en 1520: “quemar herejes es contra la voluntad del Espíritu Santo”. (cf. DS 1.483, D 773).

Jaén, 29 agosto 2019

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