A los dos, Jesús, les costó entender tu vida: atados a sus tradiciones, defendían sus leyes por encima de todo; querían hundir a sus enemigos y brillar en poder y gloria Dos Apóstoles decisivos en la Iglesia (San Pedro y San Pablo 29.06.2025)

Jesús misionero del Amor divino: que el Papa y sus colaboradores sean Evangelio

Comentario:me está reservada la corona de la justicia” (2Tim 4, 6-8.17-18)

En una sola fiesta, celebramos la memoria de los Apóstoles más decisivos en la primera Iglesia. Celebrar el “día del Papa”, no debía marginar a Pablo. El obispo de Roma es “sucesor de Pedro”, y continuador de la misión de Pablo. La cabeza de la Iglesia es Cristo (Col 1,18; 2,19; Ef 1,22). San Basilio (s. IV) llamaba “vicario de Cristo” al “pobre” (Mt 25, 31ss). Pedro y Pablo representan toda la Iglesia.

La carta 2Timoteo se centra en la figura de Pablo: educación, noticias, sufrimientos, próximo fin, recomendaciones a los dirigentes de las iglesias. Leemos dos fragmentos del cap. 4. El primer fragmento interpreta la vida de Pablo como:

a) “bebida que se derrama en ofrenda:estoy a punto de ser derramado en libación(spéndomai: “estoy siendo ofrecido en libación”) …” (v. 6). Metáfora de la Carta a los Filipenses: “si mi sangre se ha de derramar (lit.: “si soy derramado en libación”: ei spéndomai), rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría” (Flp 2,16-17). Libación, parte de ritos religiosos antiguos, es derramar o rociar una bebida como ofrenda a la divinidad.

b) combate deportivo: “He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe” (v. 7). Combate aclarado en la carta a los Efesios: “nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso”. Al ser humano hay que amarlo. El combate del cristiano es “contra principados, potestades, dominadores de este mundo de tinieblas, espíritus malignos del aire. Son las pulsiones negativas que nos tientan e impulsan a vivir en mentira, egoísmo, odio, venganza, soberbia… El cristiano las combate con “las armas de Dios: la verdad, la justicia, la prontitud, la fe, la salvación y el Espíritu que es la palabra de Dios” (6,12-17). Así, reconoce: “he conservado la fe”. Sin obras (de verdad, justicia, diligencia, fe, realización, dejarse llevar del Espíritu) no hay fe.

c) esperanza en el amor de Dios:Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor (“egapecósi”: aman, viven en agape) su manifestación” (v. 8). Esta esperanza la expresa Pablo en carta a los Filipenses: “corro hacia la meta, hacia el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús” (Flp 3,14) De modo similar, la carta a Santiago: “Bienaventurado la persona que aguanta la prueba, porque, si sale airosa, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que lo aman” (Sant 1,12).

El segundo fragmento proclama la confianza que todo apóstol tiene en el Señor: “el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Y fui librado de la boca del león. El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén(1Tim 4,17-18). Es el balance de su vida: el Amor le ha acompañado y fortalecido en su ministerio como a Jesús Mesías. Espera la plenitud del cielo, y vive agradecido al Amor: “a Él la gloria por los siglos...”.

Oración:me está reservada la corona de la justicia(2 Tim 4, 6-8.17-18)

Recordamos, Jesús, a dos Apóstoles decisivos en tu Iglesia:

a Pedro, cabeza del primer grupo apostólico,

que te reconocióMesías r Hijo de Dios vivo”;

a quien dijiste: “tú eres Pedro y

sobre esta piedra edificaré mi Igle­sia” (Mt 16,13ss);

a Pablo, cumplidor celoso de la Ley,

que perseguía a muerte tu Camino;

a quien elegiste “para llevar tu nombre

a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel” (He 9,1-19).

A los dos les costó entender tu vida:

estaban atados a sus tradiciones religiosas;

defendían sus leyes por encima de todo;

querían hundir a sus enemigos

y brillar en poder y gloria.

Pedro se opuso a la entrega de tu vida:

te llevó aparte y se puso a increparte:

«¡Lejos de ti tal cosa, Señor!

Eso no puede pasarte».

Tú te volviste y le dijiste:

«¡Ponte detrás de mí, Satanás!

Eres para mí piedra de tropiezo,

porque tú piensas como los hombres,

no como Dios»” (Mt 16,22s).

Pablo evolucionó desde el fanatismo egoísta:

respiraba amenazas de muerte contra tus discípulos”;

camino de Damasco, lleno de odio orgulloso:

una luz celestial lo envolvió con su resplandor;

oyó una voz que le decía:

«Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?».

Dijo él: «¿Quién eres, Señor?».

Respondiste: «Soy Jesús, a quien tú persigues.

Pero levántate, entra en la ciudad,

y allí se te dirá lo que tienes que hacer»” (He 9,1-6).

De ambos conservamos su servicio al evangelio:

ambos son testigos de tu resurrección;

ambos se sienten iguales ante tu Amor;

se encuentran en Jerusalén y comparten tu evangelio;

se interpelan, acuerdan sincera y cordialmente (Gál 1,18; 2,1ss).

Gracias, Jesús, por el servicio de Pedro:

reunió a los discípulos desconcertados

y los animó en la misión;

su servicio no es imperialismo romano;

nos dejó su amor a la fraternidad:

mostrad estima hacia todos,

amad a la comunidad fraternal” (1Pe 2, 17).

Gracias, Jesús, por el servicio de Pablo:

“¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!;

es que me han encargado este oficio…;

¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio,

anunciándolo de balde...;

siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos

para ganar a los más posibles…;

me he hecho todo para todos, para ganar,

sea como sea, a algunos…;

todo lo hago por causa del Evangelio,

para participar yo también de sus bienes” (1Cor 9,16-23).

Jesús misionero del Amor divino:

abre el corazón de la Iglesia al Espíritu que nos habita;

que el Papa y sus colaboradores sean Evangelio;

queremos colaborar en el servicio de Pedro y Pablo

orando y aportando nuestra mejor ayuda.

rufo.go@hotmail.com

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