“Debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien al misterio pascual” La Ascensión del Señor “esclarece el misterio humano” (2ª lect. 12.05.2024)

“Cristo resucitado, con su muerte, destruyó la muerte y nos dio la Vida” (GS 22)

Comentario:que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo” (Ef 1, 17-23)

En la lectura segunda hay dos partes: plegaria de petición (vv. 17-19), y la obra de Dios en Cristo y en la Iglesia (vv. 20-23). Los versículos 15-16 (no leídos), motivan la plegaria: “habiendo oído hablar de vuestra fe en Cristo y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mis oraciones”. “Fe en Cristo y amor a todos los santos” son notas de identidad cristiana.

Se dirige al “Dios de Jesús, Padre de la gloria”. Pide “espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo” (v. 17). Con la misma confianza de Jesús en el Padre: “Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?” (Lc 11, 13). La relación filial lleva a pedir al Padre “espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo”. “Sabiduría”: saber vivir como Jesús, y “revelación”: ver su presencia y voluntad en la vida.

También pide queilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis”:

  1. a)cuál es la esperanza a la que os llama”;
  2. b) “cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos”;
  3. c) “y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros…”.

La expresión “ojos del corazónse vincula a la fe. Así lo entiende Job cuando, tras no comprender su sufrimiento, acepta la voluntad incomprensible de Dios: “Te conocía solo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos” (Job 42,5). En los Hechos de los Apóstoles, tras la conversión de Pablo, se narra su envío a los gentiles “para que les abras los ojos, y se vuelvan de las tinieblas a la luz y del dominio de Satanás a Dios; para que reciban el perdón de los pecados y parte en la herencia entre los que han sido santificados por la fe en mí” (He 26,18). Pablo a los corintios les reconoce queel Dios que dijo: Brille la luz del seno de las tinieblas ha brillado en nuestros corazones, para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios reflejada en el rostro de Cristo” (2Cor 4,6). El corazón para la Biblia simboliza el espíritu humano en su totalidad: conoce, siente, quiere, decide, actúa... Cuando el espíritu humano hace suya la fe de Jesús, conoce, siente, quiera, actúa, como Jesús, Dios humanizado. Vive según el corazón de Jesús: confiando en el Padre, amando gratis, esperando la glorificación plena. Cuatro vocablos resumen la actividad divina en nosotros: poder (dinámis), energía (enérgueia), potencia (crátos), fuerza (isjíos). Sinónimos que expresan las maravillas que Dios realizó en Cristo y que realizará también nosotros: “el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre” (Jn 14,12).

En la segunda parte se describe lafuerza poderosa que desplegó (“enérguesen”) en Cristo”: a)resucitándolo de entre los muertos”, b)y sentándolo a su derecha en el cielo”, por encima de todo principado (arjé), poder (exousía), fuerza (dinámis) y dominación (kiriótes), y por encima de todo nombre (ónoma) conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro”. Estas potencias señoras del mundo dieron muerte a Jesús, pero no pueden con la fuerza divina que actúa en Cristo resucitado. c)Y todo lo puso bajo sus pies” (alude al salmo 8,7). d) Al Resucitado “lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo”. e) “Ella es su cuerpo, plenitud (pléroma) del que llena todo en todos”. La Iglesia completa y prolonga a Cristo. Toda realidad, incluida la Iglesia, es completada por Cristo.

Dios ha puesto al Resucitado como el que llena todo en todos”. La esperanza cristianase extiende al mundo entero: el cristiano, “asociado al misterio pascual, configurado con la muerte de Cristo, llegará, corroborado por la esperanza, a la resurrección. Esto vale no sólo para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual” (GS 22).

Oración:que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo” (Ef 1,17-23)

Jesús resucitado, cabeza de todos, amados del Padre:

celebramos hoy tu libertad plena;

tu nueva vida supera espacio y tiempo;

los poderes de este mundo no pueden ya contigo;

eres nuestra cabeza: tu vida es nuestro alimento,

            tu mente sigue iluminando la nuestra,

            tu voluntad guía nuestra realización.

El Padre, Padre tuyo y nuestro, Padre de la gloria:

te envío como noticia de su amor inmenso;

los pobres se alegraron al conocerte;

los enfermos y marginados encontraron tu salud y tu mesa;

los “limpios de corazón” te abrazaron en todo ser humano.

Celebramos hoy, Jesús hermano, tu gloria:

te dejaste conducir por el “Espíritu de sabiduría y revelación”;

él te llevó al desierto para sembrar el reino del amor;

él te acercó a los débiles para fortalecer su dignidad infinita;

él endureció tu rostro para denunciar toda injusticia;

él te sostuvo hasta la muerte en su amor universal y gratuito.

El Amor, Jesús, te ha llevado a la Vida plena:

has sido entronizado, glorificado, en el “Dios-Amor”;

hoy pedimos a tu Dios, al “Padre de la gloria”:

que “ilumine los ojos de nuestro corazón para que comprender

la esperanza a la que nos llama,

la riqueza de gloria que nos da en herencia,

la extraordinaria grandeza de su poder

en favor de nosotros”, tus hermanos.

Tú, Jesús resucitado, sigues actuando el Amor:

tú “le estás pidiendo al Padre que nos dé otro Paráclito,

que esté siempre con nosotros, el Espíritu de la verdad.

El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce;

nosotros, en cambio, lo conocemos,

porque mora con nosotros y está en nosotros.

Tú, Cristo vivo, “no nos has dejado huérfanos,

has vuelto a nosotros;

el mundo no te verá, pero nosotros te vemos y vivimos,

porque tú sigues viviendo.

Sabemos que tú estás en tu Padre,

y nosotros en ti y tú en nosotros” (Jn 14,16-20).

Tu Espíritu nos asegura siempre tu consuelo y ayuda:

nos alienta y sostiene en la realización del reino del Amor;

nutre la fe en tu Amor en toda situación;

tu Padre y tú seguís actuando” (Jn 5,17).

Queremos que tú seas nuestraCabeza, sobre todo”:

y nosotros, “tu cuerpo, plenituddel que llena todo en todos”;

hermanos de todos, como tú;

abriendo nuestros brazos a todos, empezando por los más débiles;

“muriendo por todos, como tú;

creyendo que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que,

en la forma de sólo Dios conocida,

se asocien a tu misterio pascual” (GS 22).

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