Jesús rehace la humanidad, sobre todo en los más deshumanizados: en los enfermos, los desposeídos, los maltratados, los privados de derechos humanos... Domingo 4º Cuaresma (22.03.2020): “reproducir la imagen del Hijo” (Rm 8,29)

Jesús, Hijo del hombre, revisa con nosotros la vida

Comentario: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?” (Jn 9, 1-41)

Los “milagros, fuerzas o prodigios” son “signos”, es decir, indicios de otra realidad no percibida sensorial o directamente. La curación de un ciego de nacimiento sirve al evangelista para proclamar a Jesús como “luz del mundo”. El bautismo al principio fue llamado “iluminación”, y los bautizados, “iluminados”, porque habían recibido la luz de Jesús, su Espíritu. La clave interpretativa la da el evangelio de hoy: “mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo” (v. 5). Este hombre, les dice, nació ciego, pero no por pecado alguno, sino “para que manifiesten en él las obras de Dios” (v. 3b). Clave importante ante las desgracias: invitan a “manifestar las obras de Dios”, a ayudar, a curar... Lo que no quita responsabilidades exigibles cuando las haya.

Jesús cura al ciego. El gesto del barro evoca la creación primera (Gn 2,7). Es signo bautismal el hecho de enviarle a lavarse a la piscina del “Enviado” (eso significa `Siloé´). Las reacciones ante el signo expresan división de opiniones: perplejidad de vecinos y conocidos, división de los fariseos, miedo de los padres, rechazo de fariseos a Jesús y al iluminado.

Jesús reaparece y dialoga con el iluminado, le revela su identidad como “Hijo del Hombre”. El ex-ciego confiesa su fe, le adora. Jesús declara culpables a los fariseos: “dicen que ven”. Van sobrados: no creen en las obras buenas que hacen otros; así se incapacitan para captar el amor del Padre, que ama a todos y a todos quiere iluminar. Las obras de amor de Jesús son obras del Padre.

Con la expresión “Hijo del Hombre Jesús quiere subrayar su realidad humana, pero llena del Espíritu, que en su vida, manifiesta el amor de Dios. “La humanidad de Jesús, creada al ser asumida” (`ipsa asumptione creatur´ -San Agustín-) por el Hijo de Dios, cura y rehace al hombre: ilumina, impulsa a realizar el proyecto humano. “El Hijo del Hombre” revela el amor incondicional y solidario con este mundo limitado e injusto. Jesús rehace la humanidad, sobre todo en los más deshumanizados: en los enfermos, los desposeídos, los maltratados, los privados de derechos humanos...

Oración: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?” (Jn 9, 1-41)

En los evangelios, Jesús hermano, es clara tu predilección

por reconocerte “Hijo del hombre”:

unas veces sirve para expresar tu libertad al servicio del amor:

el Hijo del hombre es también dueño del sábado” (Mc 2,28); 

otras, indica tu desamparo compartido con débiles y discípulos:

el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8,20b);

el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres

y lo matarán; y después de muerto,a los tres días resucitará” (Mc 9,31);

bienaventurados vosotroscuando os odien los hombres,

y os excluyan, os insulten y proscriban vuestro nombre

como infame por causa del Hijo del hombre” (Lc 6,22);

otras, anuncia tu esperanza definitiva y última:

Entonces veránvenir al Hijo del hombre sobre las nubes

con gran poder y gloria” (Mc 13,26).

Así expresas tu ser de Mesías,

reconocido como hombre por su presencia” (Flp 2,8);

“trabajas con manos humanas, piensas con inteligencia humana,

obras con voluntad humana, amas con corazón humano...,

te haces verdaderamente uno de los nuestros,

semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado -Hebr 4,15)” (GS 22).

El pecado es justamente deshumanización:

creerse más que hombre: superhombre, dueño de los demás,

“señor absoluto de la Iglesia, señor supremo del mundo,

que no puede ser juzgado por nadie” (Gregorio VII: “Dictatus Papae”),

santidad, beatitud, eminencia...; 

o menos que hombre: infrahombre, esclavo, marginado,

sin derechos humanos, “reducido a obedecer”, sin defensa...

Al pedir fe en el Hijo del hombre, nos invitas:

a encontrarnos contigo, Dios y hombre verdadero;

a aceptar tus palabras y obras como verdaderamente humanas y divinas;

a aceptar que tu Padre es “Padre nuestro”;

a acoger a todos como hermanos que el Padre nos da;

a sentirnos habitados interiormente por tu mismo Espíritu.

Estas vivencias quedan resumidas en el “credo” del bautismo:

-¿Crees en Dios, Padre-Madre que nos crea y ama?

-¿Crees en Jesucristo, su Hijo, que vivió la verdad de la vida,

trabajó por el Reino del amor del Padre hasta morir,

y resucitó, mostrándonos la salvación definitiva?

-¿Crees en el Espíritu Santo que vive en todos,

une en Fraternidad y mueve a realizar el Reinado de Dios?

El bautismo quebranta tinieblas y regenera por el Espíritu:

ahora sois luz en el Señor” (Efesios 5,8ss);

recibimos las primicias del Espíritu (Rm 8, 23),

las cuales nos capacitan para cumplir la ley nueva del amor (cf. Rm 8,1-11).

Por este Espíritu , que es `prenda de la herencia´ (Ef 1,14)

restauras interiormente toda persona hasta que llegue

la `redención del cuerpo´ (Rm 8,23)” (GS 22);

mueves a la comprensión, a la generosidad, al dominio de sí,

llenas de alegría, de paz, de esperanza plena.

Tu vida, Jesús de la verdad, nos confronta con la realidad:

¿dónde estamos: “entre los que no ven”, o “entre los que ven”?

“Los que no ven”: viven para sí, para sus instituciones, para sus leyes...

“Los que ven”: viven para los demás, para la bondad, la justicia, la verdad...

¿Hasta cuándo vamos a seguir “quebrantando el mandato de Dios

en nombre de nuestra tradición” (Mt 15, 3.6)?:

-“los jefes de los pueblos los tiranizan..;no será así entre vosotros” (Mt 20,25s):

¿no es más humano la democracia que la dictadura... también en la Iglesia?

-“no hayhombre y mujer, todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gál 3,28):

¿no puede la mujer representar a “Cristo cabeza” en la Iglesia?;

¿no puede la mujer ser esposa de obispos y presbíteros?;

¿no puede la mujer oficialmente ser lector y acólito?

-¿No es más humano el celibato opcional que el obligatorio en la Iglesia?;

¿quiere Dios comunidades sin pastores y sin eucaristía a causa de esta ley?

-¿Es justo el trato a los sacerdotes casados, a las comunidades de base,

a los teólogos de la liberación y similares, y a sus congresos teológicos?

¡Ay la ley, siempre la ley!

Jesús, Hijo del hombre, revisa con nosotros la vida:

danos tus ojos de amor sin límite para valorar lo digno,

lo valioso, lo justo, lo libre, lo razonable, lo humanamente bueno;

todo lo que compartes con nosotros como “Hijo del hombre”.

Leganés, 22 marzo 2020

Preces de los Fieles (D. 4º Cuaresma 22-03-2020)

Estamos llamados a ser, como Jesús, “el Hijo del hombre”. Con su vida nos ha ofrecido la imagen acabada de persona humana: acepta nuestra naturaleza débil y caduca; agradece al Padre el don de la vida y el Espíritu que nos habita; nos siente hijos de Dios y hermanos de todos. Pidamos ser como Jesús diciendo: queremos reproducir la imagen de tu Hijo (Rm 8,29)

Por la Iglesia:

- que mire a Jesús de Nazaret, “explicación” del misterio de Dios;

- que se libere de leyes y tradiciones ajenas al Evangelio.

Roguemos al Padre:queremos reproducir la imagen de tu Hijo”.

Por las intenciones del Papa (Marzo 2020):

- que “los católicos en China perseveren en la fidelidad al Evangelio

y crezca en unidad.

Roguemos al Padre:queremos reproducir la imagen de tu Hijo”.

Por los servidores de la Iglesia: Papa, obispos, párrocos...:

- que eviten todo lo que pueda alejarles de los pobres;

- que destierren toda clase de vanidad en títulos, vestidos, adornos.. (PO 17).

Roguemos al Padre:queremos reproducir la imagen de tu Hijo”.

Por los gobernantes:

- que no se crean superhombres, sino servidores de quienes les eligieron;

- que eviten toda clase de corrupción, y sean transparentes en su gestión.

Roguemos al Padre:queremos reproducir la imagen de tu Hijo”.

Por los más débiles: enfermos, sin recursos, marginados...:

- que crean que tu Espíritu de amor está siempre con ellos;

- que colaboren con dicho Espíritu en la superación de sus debilidades.

Roguemos al Padre:queremos reproducir la imagen de tu Hijo”.

Por nosotros, concelebrantes de la memoria del Hijo del hombre:

- que su presencia en esta Eucaristía nos llegue al corazón;

- que su oración y acción solidaria unifiquen nuestra persona.

Roguemos al Padre:queremos reproducir la imagen de tu Hijo”.

Padre, ayúdanos a estar cerca de quienes carecen de comida, de vestido y hogar, de medicina, de trabajo, de instrucción..., de los afligidos por calamidades o enfermedad.. Queremos encontrarlos y solidarizarnos con ellos como el Hijo del Hombre, que vive contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.

Leganés 22 marzo 2020

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