Jesús no exige vocación matrimonial o celibataria a los futuros Apóstoles Domingo 3º TO (26.01.2020): Jesús se “convierte” y nos convierte al Reino

La detención de Juan apresura la promulgación del Evangelio

Comentario: “convertíos porque está cerca el reino de los cielos” (Mt 4, 12-23)

Leemos el inicio de la vida pública de Jesús. En Galilea comienza a reunir al pueblo mesiánico, y desde allí lo enviará a todo el mundo (Mt 18, 16-20). Tres escenas:

  1. a) La detención de Juan provoca la vuelta a Galilea (4, 12-17). Logran cerrar la boca de Juan y brota el torrente del Espíritu en Jesús. Los teólogos escolásticos del siglo XIII hablaban de la “conversión” de Jesús. La conversión no sólo es del mal moral (pecado) al bien, de la increencia a la fe. A Dios se convierte quien entiende sus signos, acepta su llamada, acoge sus dones, obedece su voluntad. Así la sirofenicia (Mt 15, 21-28; Mc 7,24-30), “convierte” a Jesús a hacer la voluntad divina: curar a su hija. Aquí “al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retira a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún”. Cumple la profecía de Isaías (8,23-9,1) en la tierra de las antiguas tribus de Zabulón y Neftalí, junto al mar de Tiberíades. “El pueblo que habitaba en tinieblas, en tierra y sombras de muerte.. vio una luz grande”. “Comenzó a predicar diciendo: `convertíos porque está cerca el reino de los cielos”. Llama a mirar a Dios, como hace él,porque está cercasu reino” de vida, de justicia, de paz, de alegría, de amor...  
  2. b) Llamamiento de los primeros discípulos (4,18-22). Los discípulos no solicitan entrar en el grupo de Jesús, como ocurría con los maestros judíos. Él llama a solteros y a casados. Llama al reino y deja en opción libre el estado civil. Es un dato cierto que “el Nuevo Testamento, en el que se conserva la doctrina de Cristo y de los apóstoles, no exige el celibato de los sagrados ministros, sino que más bien lo propone como obediencia libre a una especial vocación o a un especial carisma (Mt19, 11-12). Jesús mismo no puso esta condición previa en la elección de los Doce, como tampoco los Apóstoles para los que ponían al frente de las primeras comunidades cristianas (1Tim 3,2-5; Tit 1,5-6)” (San Pablo VI: Encíclica “Sacerdotalis coelibatus”, n. 5).
  3. c) Actividad misionera de Jesús en Galilea (4,23): en las sinagogas anuncia el Evangelio del reino y realiza signos liberadores (“cura enfermedades y dolencias del pueblo”). Lo que “convierte” a su Dios es la Buena Noticia del “Reino cercano” y las obras que lo hacen creíble. Sus oyentes saben de qué habla cuando habla del “Reino de los cielos”: del amor de Dios, su justicia, su paz, el cuidado de los más débiles (pobres, viudas, huérfanos...), su alegría...

Oración: “Convertíos porque está cerca el reino de los cielos” (Mt 4, 12-23)

Hecho de vida: “40 años de cura al margen”:

“Creo que tres rasgos han definido mi proceso y mi estilo de ser cura:

- Ser cura obrero: como opción existencial por ser uno más, por estar con los de abajo, por asumir la causa de los de abajo como propia. Ganarme la vida con mi trabajo y un trabajo manual, precario, sin privilegios. Ser cura obrero significa desprofesionalizar el servicio religioso o evangélico. No vivir de la religión. Dar gratis lo que es gratis, lo que no tiene precio. Desclericalizar el ministerio, siendo uno más pero sin renunciar a ser uno mismo.

- Ser cura casado. Compatibilizar ministerio y matrimonio, viviendo la sexualidad, la paternidad, la familia como sacramentos de encuentro con Dios, de realización personal y creyente. Reivindicar no sólo la opcionalidad del celibato sino la desclericalización por motivos de sexo, de orientación sexual, de opción matrimonial, plenamente compatible evangélica y teológicamente; sólo una disciplina eclesiástica no puede frenar la libertad, diversidad e igualdad personal y comunitaria.

- Ser cura comunitario. La comunidad es el ámbito adecuado para una igualdad radical (nadie es más que nadie), para una fraternidad real, para una diversidad de carismas y ministerios no sólo aceptados sino animados por la comunidad. Ser comunidad es la primera y principal manera de ser plenamente iglesia. Es nuestro modo de ser iglesia. Y en ella, cada carisma tiene su lugar. Ser cura es uno más, siendo uno más y siendo uno mismo”. (Web de moceop.net: “40 años de cura al margen”. Deme Orte. 01.06.2013).

Cristo Jesús, este “hecho de vida” se ha multiplicado:

estos discípulos nos vienen llamando a tu Reino:

“queremos lanzar un grito de libertad en la Iglesia; 

libertad que llevamos buscando hace muchos años...; 

libertad que incluye vivir la fe desde comunidades de iguales,

colaborar en los ministerios en las comunidades...;

reconocer los derechos humanos en las comunidades de Jesús;

creer y alcanzar su plenitud humana; 

sentimos que la libertad para elegir estado y hogar... 

es un derecho no sometido a ninguna imposición de ley...”

(Nota de prensa de Moceop. Madrid, 22 de Noviembre de 2.006).

Jesús, misionero del Padre, necesitamos acercarnos a ellos:

con espíritu de amor y buen juicio, de libertad y realismo;

su situación es “enfermedad y dolencia” del pueblo cristiano:

que sufre la falta de presbíteros y obispos cercanos;

que no puede celebrar la eucaristía semanalmente;

que ve cómo buenos pastores son degradados, “reducidos”, marginados...

Con tuEspíritu están escritas estas palabras:

“los curas que abandonan el ejercicio del sacerdocio...

muestran una fortaleza mucho más seria de lo que mucha gente se imagina...

Estoy convencido, por propia experiencia, de que tomar esa decisión

es una de las cosas más serias que hay en la vida.

Las presiones de conciencia, de familia, de amigos y superiores y, sobre todo,

las presiones religiosas y sociales suelen ser tan fuertes,

que... pueden llegar a constituir un muro insalvable,

un problema que el sujeto nunca alcanza a resolver...

Es impúdico, en un caso así, hablar de debilidades y traiciones...

Si los curas dejaran el clero, pero para seguir viviendo solos,

o sea para ser toda su vida unos tipos raros,

bastantes personas no tendrían en eso la menor dificultad.

El escándalo no es que se salgan, sino que se salgan

“para irse a vivir con una mujer”...

No entiendo por qué ahora, para amar más al Señor,

sea necesario amar menos o, lo que sería más grave,

no amar a otra persona...

El control de la autoridad eclesiástica sobre la sexualidad humana

es uno de los abusos de poder más fuertes y más violentos...

Jesús... ni habló de este asunto...;

su respeto, al afrontar esta cuestión,

tiene que ser el paradigma del gobierno eclesial.

La libertad de los curas casados,

al cargar sobre sus conciencias la decisión última...,

es el paradigma de una fe... responsable de sus propias decisiones...

Estos hombres han tenido la libertad y el coraje de tomar la propia vida

en sus propias manos, para conducir esas vidas como ellos veían

que era lo que más y mejor cuadraba con su propia humanidad”

(J. M. Castillo, en “Curas casados. Historias de fe y ternura”, R. Alario

y T. Cortés, coord. Moceop. Albacete 2010. Pág. 339-355).

Tú, Jesús, al conocer el arresto de Juan, empiezas a predicar:

convertíos porque está cerca el reino de los cielos”.

Hombres y mujeres de toda condición son llamados

a sentir el amor del Padre,

a compartir sus vidas como hermanos,

a curar las enfermedades y dolencias del pueblo.

Ilumina a quienes nos presiden para que actúen con tu misma libertad.

Queremos seguir tus huellas, beber y comer de tu mismo Espíritu.

Ven, Espíritu de Cristo; conviértenos a tu reino, a tu amor, a tu libertad.

 Leganés, 26 enero 2020

Preces de los Fieles (D 3º TO-A 26.01.2020)

La Iglesia necesita reformas: Hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en otras épocas pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces de vida. No tengamos miedo de revisarlos”, dice el Papa Francisco (EG 43). Pidamos hoy la libertad de Jesús, diciendo: “aquí estamos, Señor, envíanos.

Por nuestro mundo:

- que se sienta escuchado y atendido por nosotros;

- que se abra a la oferta evangélica de la realización humana.

Roguemos al Señor: “aquí estamos, Señor, envíanos.

Por la Iglesia de Jesús:

- que ofrezca y comunique a todos la Buena Noticia del Reino;

- que “no exija más que lo indispensable” evangélicamente (He 15,28).

Roguemos al Señor: “aquí estamos, Señor, envíanos.

Por las intenciones del Papa (Enero 2020):

- que “los cristianos, los que siguen otras religiones y

las personas de buena voluntad,

promuevan la paz y la justicia en el mundo”.

Roguemos al Señor: aquí estamos, Señor, envíanos.

Por los servidores de la Iglesia:

- que promuevan los carismas y los respeten;

- que estén de verdad al servicio de las comunidades.

Roguemos al Señor: “aquí estamos, Señor, envíanos.

Por los más débiles:

- que los emigrantes encuentren la vida que vienen buscando;

- que los parados que no pueden trabajar sean remunerados;

Roguemos al Señor: “aquí estamos, Señor, envíanos.

Por nuestra comunidad celebrante:

- que estemos dispuestos a colaborar para bien de la comunidad;

- que acojamos y agradezcamos a los servidores su trabajo.

Roguemos al Señor: “aquí estamos, Señor, envíanos.

Acepta, Padre de todos, nuestra vida a favor de tu Reino. Que tu Espíritu anime nuestra comunidad con sus dones. A tu Reino queremos convertirnos constantemente. Como Jesús, tu Hijo y Hermano nuestro, que vive resucitado por los siglos de los siglos.

Amén.

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