Seamos testigos del Amor en la familia que históricamente nos ha tocado vivir Jesús bendice a toda familia (Sagrada Familia: Jesús, María y José (2ª lect. (31.12.2023)

La familia de Nazaret superó sus problemas desde el Amor

Comentario: revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia” (Col 3, 12-21)

Esta fiesta fue instituida por León XIII en 1893 con carácter facultativo. Benedicto XV la declaró obligatoria en 1921. En 1969 empezó a celebrarse en este domingo. Los cristianos coptos celebran la “huida de la sagrada familia a Egipto” (6 noviembre) y la llegada a Nazaret (24 mayo). La finalidad de la fiesta es ofrecer a las familias el modo evangélico de vida. Se supone que en la familia de José, María y Jesús, brilló el amor divino. Amor que vivió en situaciones varias y arriesgadas: embarazo singular, sin que el esposo sepa de qué va la cosa; piensa en dejar a su novia en secreto; obligados a emigrar; el niño se pierde de forma libre, con disgusto de sus padres; adulto, deja el hogar y trata de fundar otra familia con quienes le siguen; su familia de sangre piensa que está loco.

El texto comentado pertenece a la sección exhortativa de Colosenses (3,5-4,6). Sección que, a su vez, se divide en dos apartados: normas generales de la vida cristiana (3,5-17 + 4,2-6, y normas para los diversos roles sociales: esposos, hijos, amos y siervos... (3,18-4,1). El fragmento tiene parte de reglas generales (vv. 12-17) y de otras particulares de diversos estamentos (vv. 18-21).

El principio inspirador de vida, en esta carta, es: “aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra” (Col 3, 2). Literal: “centraos en lo de arriba, no en la tierra” (“tà áno froneîte, mè tà epí tês guês”). “Froneîte” deriva de “frén”: diafragma, membrana que envuelve un órgano (corazón, hígado, vísceras..), De ahí significa también: corazón, pensamiento, deseo, tendencia que orienta y ciñe a la persona. Puede traducirse por “desead”, “aspirad”, “pensad”, “ceñíos” lo de “arriba”. De “arriba” nos viene la elección de existir y el amor que nos hace santos. Por eso, subraya: “como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de...”. Es la base de la conducta cristiana personal y social.

Por lo tanto, si miramos la vida de Jesús, no podemos proponer el patriarcado, vigente en su época, ni los “códigos  domésticos” del Imperio Romano, que recogen textos del Nuevo Testamento (Col 3,18-21; 1Pe 2,11-3,12; Ef. 5,21-6,9; 1Cor 11,2-10; 2Cor 11,2-3; 1Tim 2,11-12). Contemplamos y descubrimos la actitud fundamental cristiana en las varias formas de familia que se dan en diversas sociedades. Teniendo en cuenta los diversos modelos de familia, el cristiano procura vivir el amor, el respeto, la ayuda mutua, la realización personal, de acuerdo con el evangelio de Jesús.

Al aceptar el evangelio, recibimos la fuerza del Espíritu que nos relaciona con el misterio de Dios como hijos a quien el Padre ama, y con Jesús, como hermano mayor, que nos reúne en su comunidad. La misión del cristiano es la misma de Jesús: anunciar y realizar el Reino. “En la Iglesia hay unidad de misión, pero diversidad de servicio” (Vat. II: Decreto AA  2). Cada uno realiza la misión según los diversos dones y servicios. Todos somos “compañeros en misión”, “cuerpo apostólico” que sigue a Jesús, “otros Cristos”, “elegidos de Dios, santos y amados”.

De aquí el uniforme ideal de Jesús: “revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos(jaridsómenoi: conceder gratis) cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor(agápen), que es el vínculo de la unidad perfecta”. El Amor es el don, “el camino más excelente” (1Cor 12,31). Él envuelve y contiene todas las virtudes y carismas.

Del amor de Jesús surgen y se alimentan diversas virtudes: “Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo. Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados”. Toda actividad está afectada por el amor divino:Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.

El Amor aplicado a la familia. Leemos un “código doméstico”, más breve que Ef 5,22s y más tolerable actualmente que 1Tim 2, 9-15. Para valorarlo bien es necesario conocer el contexto en que fue escrito. El marido era jefe de familia. De aquí: “Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad(“agapâte”: amad gratis) a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas”. La matización, “como conviene en el Señor” y el “amad”, invitan a vivir el amor de Jesús hasta la muerte. Igualmente el trato entre padre e hijos: “Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan el ánimo”. Lo importante, pues, es vivir el amor de Jesús en cualquier situación de familia, digna del ser humano.

Oración: “revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia” (Col 3, 12-21)

Jesús. “ungido por el Espíritu de Dios”(Lc 4,18):

Tú quieres restaurar nuestra vida desde el corazón;

para ello nos has dado tu mismo Espíritu;

Espíritu que “da testimonio a nuestro espíritu

de que somos hijos de Dios” (Rm 8,16).

Por ello, leemos exhortaciones a vivir “el amor primero” (Apoc 2,4):

como elegidos de Dios, santos y amados,

revestíos de compasión entrañable, bondad,

humildad, mansedumbre, paciencia.

Sobrellevaos mutuamente y perdonaos

cuando alguno tenga quejas contra otro.

El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor,

que es el vínculo de la unidad perfecta.

Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón:

a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo.

Sed también agradecidos.

La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza;

enseñaos unos a otros con toda sabiduría;

exhortaos mutuamente.

Cantad a Dios, dando gracias de corazón,

con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y todo lo que de palabra o de obra realicéis,

sea todo en nombre de Jesús,

dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos,

como conviene en el Señor.

Maridos, amad a vuestras mujeres,

y no seáis ásperos con ellas.

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo,

que eso agrada al Señor.

Padres, no exasperéis a vuestros hijos,

no sea que pierdan el ánimo” (Col 3, 12-21).

En tu nombre, con tu Espíritu, queremos vivir:

curar cuerpos y espíritus con tu mismo Amor;

acercarnos a las personas, sobre todo a las más débiles;

dar gratis lo que somos y tenemos: tiempo, escucha, ayuda...;

comunicar tu paz: nadie es enemigo, todos hermanos;

cargar con las miserias propias y ajenas es nuestra cruz;

orar en común para sentir tu “Amor primero”.

Jesús, vecino de Nazaret, hijo de José y María:

tu vida compartió la cultura familiar;

creciste en sabiduría, en estatura y en gracia

ante Dios y los hombres” (Lc 2,52);

allí despertó tu amor al Amor del Padre Dios.

Mira nuestras familias, culturalmente distintas:

más igualitarias, de configuración diversa...;

todas buscan la mutua ayuda.

Danos tu Espíritu,lleno de “compasión entrañable, bondad,

humildad, mansedumbre, paciencia”.

Preces de los Fieles (Sagrada Familia. 31.12.2023)

La familia de Nazaret superó sus problemas desde el Amor. Esta fiesta nos anima a ser testigos del Amor en la familia que históricamente nos ha tocado vivir. Pidamos hoy por nuestras familias, estén en la situación que estén, y sean el tipo de familia que sea. Digamos: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Por la Iglesia:

- que su vida sea realmente: “sacramento del amor infinito de Dios”;

- que esté cercana a los que peor lo pasan en la vida.

Roguemos al Señor: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Por las intenciones del Papa (diciembre 2023):

- que “las personas con discapacidad sean el centro de atención social”;

- que “las instituciones promuevan programas de inclusión y participación activa”.

Roguemos al Señor: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Por todas las familias:

- que sean respetados sus sentimientos amorosos;

- que sus miembros se sobrelleven y se perdonen.

Roguemos al Señor: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Por los migrantes, sin techo, víctimas de violencia...:

- que sean atendidas sus familias en todos los aspectos;

- que tenga ánimo y trabajen por superar la situación.

Roguemos al Señor: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Por nuestras comunidades:

- que haya diálogo sincero, confiado, dispuesto a colaborar;

- que el amor de Jesús sea el alma de nuestras relaciones.

Roguemos al Señor: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Por la reforma de la Iglesia:

- que todos los ministerios estén abiertos a mujeres y a casados;

- que haya libertad de pensamiento, de expresión, de elección de cargos...

Roguemos al Señor: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Por esta celebración:

- que avive el amor de Jesús a la humanidad;

- que nos fortalezca en el compromiso por el Evangelio.

Roguemos al Señor: “queremos, Señor, tener tus entrañas”.

Queremos, Jesús de todos, como elegidos de Dios, santos y amados, revestirnos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia”. Ayúdanos a vivir así en tu Iglesia, tú que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

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