Te necesitamos a ti, a tu madre y a tus discípulos, imbuidos de Espíritu Santo Jesús pone “el mejor vino” en la boda de la vida (Domingo 2º C TO 16.01.2022)

La experiencia acredita que “la Iglesia no es el mejor de los mundos”

Comentario: Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda” (Jn 2, 1-12)

Tras la experiencia bautismal, Jesús inicia su ministerio, llamando a discípulos. Hoy se hace presente en una boda. Realiza “el primer signo que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él” (Jn 2, 11). Este signo no consta en los sinópticos. Se piensa que es “una creación de la propia comunidad” del evangelista (G. Fontana, en Los Libros del Nuevo Testamento. Ed. A. Piñero. Ed. Trotta 2021, p. 1325) para explicar la sustitución de la tradición judía por la alianza en el Espíritu. “La madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda” (2,1b-2). “Boda”, signo de la vida. Todos estamos invitados a “la boda de la vida”.

La boda con su banquete es imagen de los tiempos mesiánicos: me desposaré contigo para siempre” (Os 2,18.21-22); “preparará el Señor... un festín de vinos de solera” (Is 25, 6-8); “como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo” (Is 62,5); “recuerdo el amor que me tenías de novia” (Jer 2,2). Boda sin vino es la Antigua Alianza: “Griterío en las calles por la falta de vino, ha desaparecidola alegría...” (Is 24,11). 

Jesús participa en la boda de la vida poniendo “el mejor vino”. A esta vida, dominada por la ley del más fuerte, sin honda alegría, llega Jesús con su bautismo de “Espíritu Santo y fuego”. El texto incluye símbolos: “al tercer día”, (resurrección), “la boda en la que falta el vino” (la antigua alianza), “Caná (“adquirir”) de Galilea” (de los gentiles; la humanidad será la nueva esposa), “el vino” (símbolo del amor), el nº “seis” (signo de lo incompleto), “las tinajas de  piedra” (signo de la Ley: tablas de piedra), “el agua” (medio de purificación). Jesús hace llenar las tinajas, pues él da la alegría básica: “volveré a vosotros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría” (Jn 16,22).

El evangelio explica la sustitución de la alianza basada en la Ley, por la basada en el Espíritu. Jesús inaugura una nueva relación con Dios, no a través de la Ley, sino por el Espíritu de Dios. Quien cree a Jesús recibe su mismo Espíritu, que le da conciencia de ser hijo de Dios, dotado del amor y la libertad los hijos. La boda sin vino es el mundo, lleno de oscuridad y amor interesado. Jesús trae el vino nuevo, el amor-Espíritu bueno. Jesús convoca -Iglesia- a vivir de su mismo Espíritu, aportando la “luz y la vida” que nacen del Espíritu: verdad, igualdad básica, libertad, fraternidad, realización plena...

La experiencia acredita que “la Iglesia no es el mejor de los mundos... Es un trozo de mundo rociado de ceremonias” (M. Descalzo). Ocurre: cuando cuando antepone la ley al evangelio, cuando brilla el rito más que el amor, cuando recrea jerarquías e impone leyes no exigidas por el evangelio, cuando avasalla la libertad personal con condenas a priori, cuando impide celebrar la “memoria” de Jesús por exigencias ajenas a Jesús, cuando pide privilegios, cuando concede honores y títulos de autobombo personal...

Aparece la confianza de María en su hijo. Confianza aunada con la libertad de Jesús. El tono despectivo de “mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora” (Jn 2, 4), hace descubrir a María la cruz que supone la voluntad de Dios. En la cruz, también la llamará “mujer” al encomendarla al discípulo amado (Jn 19,26). “Quizá está declarando que en adelante su relación va a ser distinta: ya no es su hijo, sino el `Hijo del hombre´” (G. Fontana, oc. p. 1326). La entrega de Jesús es total: su familia es quien hace la voluntad divina (Lc 8,21). Nos da a María como madre de todo “hijo del hombre”.

Oración: Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda” (Jn 2, 1-12) 

Jesús, hijo de María, hermano nuestro:

te contemplamos con tu madre y discípulos en una boda;

boda en la que se acaba el vino de la alegría;

así cabe imaginar nuestro mundo: una “boda sin vino”;

queremos la vida y la impedimos nacer y crecer;

invitamos a la fiesta y hacemos imposible alegría;

nos decimos hermanos y carecemos de corazón común;

nos reconocemos iguales y muchos no tienen voz ni dignidad;

todos queremos vivir, pero la mayoría no tiene con qué;

nos creemos libres, pero vivimos esclavos por dentro y por fuera:

ignorancias, miedos, odios, avaricias, desenfrenos...,

coacciones, imposiciones injustas, marginaciones...

Te necesitamos a ti, a tu madre y a tus discípulos:

imbuidos del Espíritu y sembrando sus frutos:

“amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad,

lealtad, modestia, dominio de sí” (Gál 5,22-23);

con María, tu madre, observadora y provocadora:

descubriendo carencias e injusticias;

destapando llagas e intentando curar;

escuchando las quejas de los no escuchados...

No tenemos excusa, Jesús resucitado, para desentendernos:

ya ha llegado “tu hora”;

ya nos has entregado tu Espíritu;

ya vino el vendaval de tu fuerza perdonadora;

ya nos inundó el manantial de agua viva;

ya tu madre nos repite: “haced lo que Él os diga”.

Nuestra Iglesia es capaz de hacerte caso:

bebemos diariamente tu Espíritu de amor y vida;

Espíritu capaz de hacer de la vida una “boda con vino abundante”;

Espíritu que insinúa bien tu voluntad, tu reino, tu evangelio;

Espíritu que fortalece la libertad guiada por el amor...

Hoy te pedimos humildemente por todos tus discípulos:

que nos dejemos llevar de tu Espíritu, “señor y dador de vida”;

que pongamos a disposición de los necesitados lo que nos sobra;

que enajenemos el arte y lujo de nuestros templos en favor de la vida;

que ahorremos gastos superfluos para quien no tiene lo necesario;

que compartamos el trabajo y la mesa fraternal; 

que todos puedan hacer tu voluntad: “haced esto en memoria mía”;

que eliminemos leyes humanas que impidan celebrar la eucaristía;

que los sacerdotes casados ejerzan el amor pastoral, don tuyo;

que también las cristianas puedan representarte en todo ministerio;

que haya libertad de enseñanza e investigación del Evangelio...

Preces de los Fieles (D. 2º C TO 16.01.2022): Jesús pone “el mejor vino

Jesús inicia su ministerio público alegrando una boda. Eso es lo quería hacer toda su vida: alegrar la sociedad con el mejor vino. El vino de su Espíritu, capaz de producir “amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, lealtad, modestia, dominio de sí” (Gál 5,22-23). Pidamos seguir a Jesús diciendo: “Queremos vivir como tú, Señor”.

Por las comunidades cristianas:

- que se sientan convocadas por el amor de Jesús;

- que tengan el Evangelio como norma suprema de vida.

Roguemos al Señor: “Queremos vivir como tú, Señor”.

Por las intenciones del Papa (enero 2022):

- por “todas las personas que sufren discriminación y persecución religiosa”;

- que “encuentren en las sociedades en las que viven el reconocimiento

de sus derechos y la dignidad que proviene de ser hermanos y hermanas”.

Roguemos al Señor: “Queremos vivir como tú, Señor”.

Por quienes presiden la Iglesia:

- que estén atentos, como María, a las necesidades de la vida;

- que “no apaguen el Espíritu...” (1Tes5,19).

Roguemos al Señor: “Queremos vivir como tú, Señor”.queremos vivir en tu Espíritu.

Por la reforma sinodal de la Iglesia:

- que nos dejemos llevar del Espíritu y su libertad;

- que el evangelio, la vida de Jesús, sea el criterio fundamental.

Roguemos al Señor: “Queremos vivir como tú, Señor”.

Por nuestra sociedad, pueblo, barrio...:

- que crezcamos en responsabilidad compartida;

- que cuidemos la educación en verdad, libertad, democracia...

Roguemos al Señor: “Queremos vivir como tú, Señor”.

Por esta celebración:

- que nos sintamos en familia, animados por el Espíritu de Jesús;

- que nos incite a actuar en favor de las personas más débiles.

Roguemos al Señor: “Queremos vivir como tú, Señor”.

Es tu Espíritu, Jesús de Nazaret, quien nos ha convocado. Nos hemos dejado seducir por tu amor sincero y comprometido. Este amor desinteresado queremos que anime toda nuestra vida. Por los siglos de los siglos.

Amén.

Leganés (Madrid), 16 de enero de 2022

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