Nota previa:Cada oración tiene dos partes (1 y 2). Cada parte puede leerla una persona distinta. El presidente puede decir la invocación inicial, la titulación de la oración e introducir el Padrenuestro.

Invocación inicial:

-Alabado sea el santísimo sacramento del altar.

-Sea por siempre bendito y alabado.

1.- ORACIÓN DE LOS NIÑOS

1. Aquí estamos niños de nuestra(s) comunidad (es), (parroquia, pueblo, ciudad...).

Muchos hemos comulgado por primera vez este año.

Estamos creciendo en estatura, en sabiduría, en bondad...

Nos gusta el deporte, tener amigos, pasarlo bien...

Sabemos que nuestro trabajo ahora está centrado en el colegio:

por eso nos levantamos temprano;

hacemos lo que debemos, no solo lo que nos gusta;

nos centrarnos en nuestras tareas, sin distraernos;

queremos aprovechar el tiempo...

2. Jesús resucitado, presente en el pan de la eucaristía:

tú nos invitas a acercarnos a tu vida:

“dejad que los niñosse acerquen a mí...

pues de los que son como ellos es el reino de Dios” (Mc 10,14).

Tú nos bendices con la fuerza de tu Espíritu:

y nos haces valientes para vivir en verdad;

nos ilusionas para estudiar y jugar limpio en la vida;

quieres que seamos disciplinados y sencillos;

nos invitas a respetar, a ser solidarios, a colaborar...

Que el pan y el vino, tu presencia resucitada, alimente nuestra vida.

Todos: Padrenuestro...

2.- ORACIÓN DE LOS JÓVENES

1. Los jóvenes lo tenemos siempre difícil;

el paro juvenil es mayor que nunca;

los sueños chocan con la cruda realidad...;

nos quieren utilizar por todas partes...

También la comunidad cristiana nos resulta problemática:

nos gustaría que fuera una familia más libre;

nos duele su organización tan poco democrática;

los ritos y ceremonias, inamovibles, apenas nos dicen nada...

2. Jesús resucitado presente en el pan compartido:

tu vida tan libre, tan volcada en todos... no nos deja indiferentes;

queremos beber de la energía que animaba tu vida:

del misterio que llamabas “Padre”;

del Espíritu de verdad y bien, de amor y de paz;

de la amistad contigo, tan sana, tan sincera, tan abierta...

Gracias, Jesús siempre joven, por venir a nuestra vida.

Todos: Padrenuestro...  

3.- ORACIÓN DE LOS ADULTOS

1. Los adultos somos la base amplia de la sociedad:

llegar a la madurez es la aspiración de la vida;

volcados hacia los hijos y los ancianos;

sosteniendo el tejido social: trabajo, relaciones, política...

Es normal que la comunidad cristiana sea adulta:

la opción de fe requiere disponer de sí mismo, elegir;

vivir en amor gratuito y universal tiene sus riesgos;

participar en la comunidad exige compromiso.

2. Jesús resucitado, siempre pan de vida:

alimento para construir el Reino de la dicha humana;

en la comunidad cristiana tú eres nuestro hermano mayor:

compartes con todos el Amor del Padre Dios;

tu palabra y tu vida siguen actuando en nosotros;

tu Espíritu nos está poco a poco convirtiendo en tu Cuerpo.

Queremos vivir contigo, trabajar contigo, esperar contigo...

poniendo lo mejor de cada uno al servicio de la vida;

creando comunidad de amor y de ayuda...

Todos: Padrenuestro...

4.- ORACIÓN DE LOS ANCIANOS

1. Somos los abuelos, los mayores, los jubilados, los ancianos...

Hemos dado ya la parte más productiva de nuestra vida:

el trabajo, los hijos, el vigor de nuestro cuerpo y alma...

vivimos de forma distinta: más tiempo libre, viajes, hogar...

somos más libres para hablar y actuar...

La iglesia, la parroquia, es nuestra familia:

aquí encontramos siempre verdad, ánimo, comprensión, ayuda...; 

en ella confiamos hasta el final de nuestra vida.

2. Jesús resucitado, alimento de vida hasta el final:

en tu camino no hay jubilación: somos peregrinos hasta el cielo;

por tu Amor “no nos acobardamos sino que,

aun cuando nuestra persona exterior se vaya desmoronando,

nuestra persona interior se va renovando día a día...;

Lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno” (2Cor 4, 16-18).

Permítenos, Jesús de la eucaristía, disfrutar de tu Reino:

bendiciendo el pan y el vino de la hermandad;

disminuyendo el sufrimiento en lo que podamos;

colaborando con obras, con alegría, con amor, con deseo del cielo.

Todos: Padrenuestro...

5.- ORACIÓN DE LAS FAMILIAS

1. Nuestra sociedad reconoce diversos tipos de familia:

hombre y mujer con hijos y sin hijos;

hijos con solo padre o madre;

hermanos solteros de por vida;

parejas del mismo género...

Ninguna familia es perfecta;

todas proceden del deseo de amar y ser amado;

cada uno trata de sacar adelante su familia;

todos quieren cuidar el amor que ha nacido.

2. Jesús resucitado, pan grande, familiar:

viviste en familia con María, José y otros “hermanos y hermanas” (Mc 6,3);

sin lazos de sangre, formas una familia nueva:

asentada en el Amor que nos sostiene a todos;

son también tu “madre”, tus “hermanos” (Mc 3,34s).

En la familia de tu amor hay sitio para todos.

Gracias, Jesús de la eucaristía,

por alimentar todas las mesas con tu amor sin medida.

Todos: Padrenuestro...

6.- ORACIÓN DE LOS QUE SUFREN

1. La primera prioridad de Jesús son los enfermos:

es de lo que más habla el evangelio;

enfermos de cuerpo, de espíritu, sociales...

Los marginados encontraban en Jesús acogida, comprensión, ayuda:

leprosos, tullidos, prostitutas, fanáticos, pecadores, excluidos...;

profesiones socialmente no correctas (pastores, cobradores de impuestos...);

empobrecidos por el paro, la deudas, las malas cosechas...

2. Jesús resucitado, pan “conmovido” por toda miseria humana:

seguimos escuchando tu palabra:

“venid a mí todos lo que estáis cansados y agobiados,

que yo os aliviaré” (Mt 11,28);

“dales vosotros de comer”... (Mt 14,16).

“Danos, Jesús de todos, entrañas de misericordia ante toda miseria humana;

inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado;

ayúdanos a estar disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.

Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad,

de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella

un motivo para seguir esperando” (Plegaria eucarística V/b).

Todos: Padrenuestro...

7.- ORACIÓN DEL MUNDO DEL TRABAJO

1. El trabajo es esencial a la persona humana:

desarrollamos nuestras capacidades, humanizamos la naturaleza;

adquirimos bienes para vivir y colaboramos al bien de todos.

También en tiempos de Jesús había empresarios, terratenientes;

  y obreros que acudían a la plaza a ser contratados;

el paro era tan frecuente como en nuestro tiempo.

En una parábola Jesús alaba al dueño de una viña

que emplea a todos los que puede,

y a todos les paga lo que necesitan para vivir.

2. Jesús resucitado, obrero y artesano:

tú quieres que todos trabajen y puedan vivir dignamente;

a todos llamas a organizar relaciones laborales justas;

todos tienen derecho a trabajar y vivir del fruto de sus manos;

los bienes de la tierra tienen que llegar a todos.

Danos tu Espíritu creativo para encontrar caminos que lleven:

al trabajo digno y adecuado;

a unas relaciones dignas dentro del trabajo;

a unos modos de vida donde sea posible la amistad, la libertad, el amor.

Todos: Padrenuestro...

8.- ORACIÓN DE LAS COMUNIDADES CRISTIANAS

1. “Dios ha querido que vivamos en su amor y seamos dichosos,

no individual y aisladamente, sino formando un pueblo

que le conozca de verdad y le sirva santamente”.

Jesús es la cabeza de nuestras comunidades cristianas:

su Espíritu habita en nuestros corazones;

tenemos la misma dignidad y libertad de hijos de Dios;

amarnos como él ama es la norma básica de convivencia;

tarea común es la vida en verdad, en amor, en justicia, en paz... (LG 9). 

Cada uno colabora con sus cualidades para el bien común:

apóstoles, profetas, maestros de la fe, obras singulares,

atención a enfermos y dadores de ayuda material,

administradores de la comunidad, servidores de las celebraciones...

2. Jesús resucitado, presente “donde hay dos o tresreunidos en tu nombre”(Mt 18,20):

En nuestra comunidad todos queremos ser “semejantes...;

humillándonos,hechos obedientes hasta la muerte”; (Flp 2, 7-8)

Deseamos ser tu memoria, “tu cuerpo y tu sangre”:

para anunciar y realizar tu vida en amor;

para sembrar tu palabra y hacer obras como las tuyas y aún mayores (Jn 14, 12);

para vivir entre nosotros y con quien nos tratemos:

“tu amor paciente, servicial y sin envidia;

sin vacías apariencias ni importancia alguna;

sin juego sucio ni búsqueda del propio interés;

renunciando a la venganza e intentando la reconciliación;

alegrándonos con la justicia, y amando la verdad;

disculpando, creyendo, esperando, soportando todo lo necesario

para que el reino de Dios venga sobre todos” (1Cor 13, 4-7).

Todos: Padrenuestro...

Jaén, junio 2019