El primer pastor de la Iglesia sabe que sin su consentimiento los pastores amazónicos no se atreverán a aplicar sus conclusiones En torno a “Querida Amazonía” (I): “Hay que responder a los impulsos del Espíritu” (GS 11)

“Resonancias” del Papa no coinciden con la de los Padres sinodales

“Resonancias” en el Papa de este camino de diálogo y discernimiento

Al “el sentido de esta Exhortación”dedica el Papa tres números que, creo, merecen comentario detallado. Tras “escuchar las intervenciones y leer las aportaciones de los círculos menores”, el Papa quiere expresar: “las resonancias que ha provocado en mí este camino de diálogo y discernimiento”. Reconoce al Sínodo como un “camino de diálogo y discernimiento”. No es poco reconocer que aquí está el Espíritu que mueve a la Iglesia a dialogar y a discernir la voluntad divina en esta circunstancia. Así los cristianos descubrimos “los signos verdaderos de la presencia y de la voluntad de Dios” (GS 11). Pero no debería quedarse sólo en reconocer. “Hay que responder a los impulsos del Espíritu”, como dice el Vaticano II (GS 11), actuando conforme a dicho discernimiento. Tras conocer la actuación del Papa en este tema, se tiene la impresión que ya en la introducción, está preparando el silencio, el escaso eco, la “no resonancia” de las solicitudes, el no aceptar o desentenderse de las resoluciones que el Sínodo solicita que sean adoptadas por quien debe coronar la comunión.

En otros sínodos, el Documento papal aceptaba unos puntos, rechazaba o ignoraba otros, culminaba el actuar. Aquí aporta “un breve marco de reflexión que encarne en la realidad amazónica una síntesis de algunas grandes preocupaciones que ya expresé en mis documentos anteriores y que ayude y oriente a una armoniosa, creativa y fructífera recepción de todo el camino sinodal” (n. 2). Se trata, pues, de enmarcar “algunas preocupaciones” en la Amazonía real con el fin de “ayudar y orientar” en la recepción eclesial del Sínodo. No rechaza el Documento Final, pero dice cómo hay que recibirlo de forma “armoniosa, creativa y fructífera”. No dice ciertamente que este es el único modo de recibir el documento. Es su “resonancia”, su reacción. Ni definitiva ni única. Es una de las actitudes propias del Papa actual, digna de agradecer, humilde, abierta. No cierra, pero tampoco abre caminos, intransitables según ciertos sectores eclesiales. Que otros los abran. Según el cardenal M. Cherny, secretario especial de este sínodo, son “preguntas en evolución, cuestiones que no han sido resueltas por el Santo Padre”... y que “permanecen sobre la mesa y serán maduradas”. “Quiero presentar oficialmente ese Documento” (final del Sínodo). dice, pero sin citarlo, invitando a leerlo íntegramente. Aprecia en él los problemas de la Amazonía, tratados por gente que los conoce mejor que él y la curia romana. Incluso les alaba la vida, el sufrimiento y la pasión con que trabajan en la Amazonía (n. 3).  

El Papa pide a Dios tres gracias muy importantes. Manifiesta así la mejor voluntad, que espera será correspondida por todos los cristianos: a) que “toda la Iglesia se deje enriquecer e interpelar por ese trabajo”; b) que los pastores, consagrados, consagradas y fieles laicos de la Amazonia se empeñen en su aplicación, y c) que pueda inspirar de algún modo a todas las personas de buena voluntad (n. 4). Tres gracias difíciles.

a) “Dejarse enriquecer e interpelar por ese trabajo”. En nuestra Iglesia tenemos sectores totalmente cerrados a dicho trabajo. Recordad alguna perla del cardenal Müller sobre el Sínodo y su orientación: “han expulsado a Jesús del Sínodo para la Amazonia... El Señor dio su vida para la salvación de los hombres, no del planeta”. Y un escritor destacado del Opus Dei: “Después de leer el Documento final del Sínodo recién terminado..., no puedo menos de reconocer que no le falta alguna razón a un periodista que comentó: `este documento parece redactado por la secretaria de una ONG internacional; por algún departamento de la ONU; por el comité de propaganda de un partido político, más que por un Sínodo de la Iglesia católica´... Apenas se habla del Espíritu Santo, y se emplea casi siempre el término Espíritu, que puede significar muchas cosas; no he encontrado -no descarto que se me haya pasado inadvertida- la palabra Salvación, que Cristo nos ofrece y que también los componentes de la Amazonia necesitan; y no se menciona el anuncio del Credo, de la Verdad, del arrepentimiento por el pecado; de la Vida Eterna, etc.” (Ernesto Juliá: Primera mirada al Sínodo. Religión Confidencial 02/11/19).

b) “Que los pastores, consagrados, consagradas y fieles laicos de la Amazonia se empeñen en su aplicación”. Buena gracia si hay libertad apostólica que debe venir de quienes presiden las Iglesias: Obispos y Papa. El primer pastor de la Iglesia, aun no residiendo en la Amazonía, sabe que sin su consentimiento los pastores amazónicos no se atreverán a aplicar sus conclusiones. Quizá los religiosos y fieles -más libres evangélicamente- se aventuren. Si no quiere contradecirse, tiene que “empeñarse en su aplicación”, sobre todo quien “invita a leer íntegramente el documento con las conclusiones del Sínodo”y pide la voluntad de Dios para que religiosos y fieles laicos se impliquen. Es lo que pregunta el obispo emérito, Nicolás Castellanos: “¿Entonces el Espíritu Santo no habló por la voz unánime de los pueblos originarios y por los Padres Sinodales? ¿No era una oportunidad de ejercicio de la sinodalidad de los pastores, del pueblo indígena con el sucesor de Pedro? ¿Por qué se quebró la voz autorizada y reconocida de los Padres Sinodales?”.

Sin aceptar las conclusiones y solicitudes del Sínodo, no es posible aplicar el Documento Final en esta situación: “20.000 comunidades indígenas a orillas del Amazonas, se ven privadas tiempos largos de la Eucaristía de los domingos. Una ley tardía, un canon del Concilio de Letrán (1139) priva a los pueblos originarios del derecho divino de celebrar y participar en la Eucaristía de los domingos... La mujer sigue marginada en la Iglesia. No tiene derecho a participar en la toma de decisiones... Qué lejos estamos del comportamiento de Jesús, que nunca reprochó a ninguna mujer y es más, las mujeres formaban parte del movimiento de seguidores de Jesús” (N. Castellanos. RD 17.02.2020).

La “resonancia” del Papa ante “esta acuciante necesidadle lleva a lo de siempre: “exhortar a todos los Obispos... a promover la oración por las vocaciones sacerdotales, ser más generosos, orientando a los que muestran vocación misionera para optar por la Amazonia..., revisar estructura y contenido de la formación inicial y permanente de presbíteros para el diálogo con culturas amazónicas.... Formación eminentemente pastoral y de la misericordia sacerdotal” (Querida Amazonía, n. 90). Bien distinta de la solicitud de los Padres sinodales que piden “ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad..., pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana... en las zonas más remotas de la región amazónica” (Doc. Final n. 111). 

c) “Que pueda inspirar de algún modo a todas las personas de buena voluntadEsta gracia está siendo recibida por infinidad de personas. Pocas veces en la historia humana se ha extendido tanto la conciencia del peligro ecológico y el compromiso con la casa común. Pocas veces también ha crecido la conciencia de que ordenar sólo a varones célibes y marginar a la mujer es un atentado contra los derechos humanos (formar una familia, igual dignidad de hombres y mujeres). “¿Una vez más la Iglesia se va a empeñar en imponer, al mundo y a la historia, lo que el mundo y la historia han demostrado ya sobradamente que la Iglesia no tiene poder para eso, ni está en este mundo para eso?” (José María Castillo. RD 17.02.2020).  

Leganés, 27 febrero 2020

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