Por las personas buenas: que las valoremos como el mejor tesoro humano, y nos dejemos guiar por su vida ejemplar Todos los Santos (01.11.2020): intercesores y guías de nuestra vida

Las “bienaventuranzas son líneas básicas, “constitucionales, del cristiano

Comentario: “vuestra recompensa será grande en el cielo” (Mt 5, 1-12)

Hoy contemplamos “la vida del mundo futuro”. Vemos en Dios a todos los santos que nos han precedido en el camino de Jesús. Los tenemos como intercesores y guías nuestros. La Eucaristía, “mesa de la Iglesia peregrina” anticipa “el banquete del reino de los cielos” (orac. después de la comunión). Mateo nos dice que a Jesús “lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania” (4, 25). Es decir, Jesús habla a judíos y no judíos (paganos): “Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba...” (5, 1-2). Utiliza una forma literaria común en la Biblia: “dichosa la persona...” (Sal 1,1). Sus “bienaventuranzas” son líneas básicas, “constitucionales” de su Pueblo. Desde el amor del Padre se entienden: felices quienes aman gratis, a todos y en toda ocasión.

Bienaventurados los pobres en el espíritu”. En la Biblia se detectan: a)“Pobreza económica” o carencia de bienes materiales (alimentos, vestidos, vivienda, salud...). b)“Pobreza social” o carencia de bienes sociales (libertad, fama o prestigio, influencia, poder...). c)“Pobreza espiritual”: eligen ser pobres, no acumulan y comparten.

Bienaventurados los mansos, los sufridos”. Soportan esfuerzos y sacrificios por liberar, curar, dar de comer, acompañar... Sólo el amor gratuito lo entiende y explica.

Bienaventurados los que lloran”. Se lamentan de todo mal, le duele el desamor, el desamparo, la enfermedad, el hambre, etc.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia”. Hacer “justicia” a cualquier vida es ayudar a vivirla en plenitud. Quien ama a todos quiere la vida de todos. Su “hambre y sed de justicia” se concreta en los que tienen menos vida.

Bienaventurados los misericordiosos”. Sólo quien ama, se compadece incluso del quien no se lo merece (“miseri-cor-dia” = “dar el corazón al miserable”. Amar con amor gratuito y universal es un ejercicio que produce felicidad cuando se dirige hacia nosotros y hacia los demás. A todos nos ha puesto en la existencia el Amor del Padre.

Bienaventurados los limpios de corazón”. El amor limpia el corazón. Quien ama no engaña, no actúa con mala intención, no tiene “agenda oculta” de maldad alguna.

Bienaventurados los que trabajan por la paz”. El amor reconcilia, perdona y pide perdón, trabaja por la felicidad de todos. Hacer la paz es eliminar injusticias, procurar medios para bien vivir, aceptar y aceptarse, vivir en armonía consigo y con los demás.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia”. “La causa de la justicia” es causa de Dios y del ser humano. Si nos “persiguen”, nos viene la “dicha de sufrir” por Amor. La sociedad basada en poder, brillo y riqueza no tolera la alternativa del Reino del Amor; desacredita e incluso persigue cruelmente. “Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros”.

Oración: “vuestra recompensa será grande en el cielo” (Mt 5, 1-12)

Bienaventurado Jesús:

Hoy recordamos a “Todos los Santos”, “los dichosos”;

lejanos en tiempo y lugar, y familiares y amigos de hoy;

somos conscientes de la Comunión de los Santos, 

los apasionados por el bien de la humanidad,

quisieron “hace salir sol y bajar lluvia sobre justos e injustos”;

algunos, sin conocerte, vivieron este amor (Mt 25,40).

Como “bienaventurado” te recordamos a Ti, Cristo Jesús:

leemos el proyecto y la silueta de tu vida;

proyecto y silueta que viste encarnados en José y María;

ocho pasos o líneas transversales de tu existencia;

ocho fuentes de alegría y gloria, aval y certeza de vida.

Sólo desde el Amor se entiende este camino:

sólo el Amor hace un corazón desprendido, capaz de compartir;

sólo el Amor sufre y llora solidariamente;

sólo el Amor produce hambre y sed de justicia universal;

sólo el Amor da el corazón a quien no se lo merece;

sólo el Amor libra el corazón de intenciones desalmadas;

sólo el Amor trabaja la solidaridad, la armonía, la paz;

sólo el Amor da la cara y soporta persecución por la justicia.

La fe en ti, Cristo Jesús, conduce a este camino:

te creemos don del amor de Dios a la humanidad;

al creerte nos participas tu mismo Espíritu:

“por participación... aspiramos el Espíritu Santo”

(S. Juan de la Cruz, Canc. 39, 5);

tu Espíritu que nos hace sentir su amor:

nos da conciencia de ser hijos del Padre;

nos libera de la esclavitud de la ley;

nos pone en la pista de las bienaventuranzas.

La fe es actitud trasversal de las bienaventuranzas:

la fe que actúa por el amor” (Gál 5,6)

que alegra nuestra existencia;

que se manifestó en Ti, Cristo Jesús;  

del que nada nos puede separar (Rm 8,39);

que es fuente de dicha, de libertad, de sentido de vida;

como el Padre me ha amado, así os he amado yo;

permaneced en mi amor...

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros,

y vuestra alegría llegue a plenitud” (Jn 15, 9-11).

Cristo Jesús, afiánzanos en tu amor:

cuando apoyo y paz nos alegran la vida;

cuando nos visitan la tribulación, la enfermedad...;

cuando la “noche del alma” nos oscurece el sentido...

Que tu Espíritu nos ayude a responder al Amor:

nos haga compartir nuestros bienes con los necesitados;

nos dé a sentir la compañía de todos los santos;

nos guarde en la fidelidad a su amor incondicional.

Preces de los Fieles (Todos los Santos 01.11.2020):intercesores y guías de nuestra vida

El Papa Francisco nos ha recordado que “la Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio” (EG 114). Pidamos estas gracias diciendo: “afiánzanos en tu amor”.

Por la Iglesia universal:

- que viva del amor que “le otorga sentido, hermosura y atractivo” (Ev.G 34);

- que “no se obsesione... con doctrinas que intentan imponer” (Ev G 35).

Roguemos al Señor: “afiánzanos en tu amor”.

Por las intenciones del Papa (noviembre 2020):

- que “la inteligencia artificial” mejore nuestra sociedad;

- que “el progreso de la robótica esté siempre al servicio del ser humano”.

Roguemos al Señor: “afiánzanos en tu amor”.

Por nuestro mundo:

- que los países desarrollados “ayuden a los pobres, los respeten, los promocionen”;

- que “economía y finanzas vuelvan a una ética a favor del ser humano” (Ev G 58).

Roguemos al Señor: “afiánzanos en tu amor”.

Por los gobernantes:

- que eviten eficazmente la corrupción política y social;

- que trabajen por la igualdad de oportunidades y el bienestar de todos (Ev G 60).

Roguemos al Señor: “afiánzanos en tu amor”.

Por las personas buenas:

- que las valoremos como el mejor tesoro humano;

- que nos dejemos guiar por su vida ejemplar.

Roguemos al Señor: “afiánzanos en tu amor”.

Por esta celebración:

- que el Espíritu Santo afine nuestra conciencia para “aspirar” su amor;

- que la comunión con Jesús sea comunión con los más débiles.

Roguemos al Señor: “afiánzanos en tu amor”.

¡Ven Espíritu Santo sobre nuestra comunidad! Queremos encendernos con el mismo amor que llenó el corazón de Jesús, de María y José, de los titulares de nuestra parroquia..., de los cristianos buenos que no precedieron y viven por los siglos de los siglos.

Amén.

Jaén, 01.11.2020

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