La experiencia sinodal ha desenmascarado la injusticia infligida al Pueblo de Dios “El fin de una pérdida colectiva de la propia identidad como Iglesia sinodal”

Ensancha el espacio de tu tienda” (5)

La Conferencia episcopal de Canadá reconoce que “la experiencia `sinodal´ en curso ha despertado en los fieles laicos, la idea y el deseo de implicarse en la vida de la Iglesia, en su compromiso en el mundo contemporáneo y en su acción pastoral» (DEC 15). Es una afirmación gravísima. Deja en evidencia a la Institución, que afilia a la Iglesia sin que los “afiliados” tengan “idea” de qué es la Iglesia. Con razón la gente sencilla y no tan sencilla identifica la Iglesia con el clero y asimilados. Quienes, con el pretexto de dar culto a Dios, se dan culto a sí mismos. Los que “lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros... Alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí” (Mt 23,4-7).

Desde aquí, habría que relativizar mucho de lo afirmado por el mismo Documento de la Etapa Continental: “las síntesis enviadas por las Iglesias de todo el mundo dan voz a alegrías, esperanzas, sufrimientos y heridas de los discípulos de Cristo. En sus palabras resuena lo que está en el corazón de toda la humanidad”. De todos es sabido que no todas las síntesis recogen el parecer real de los discípulos de Cristo. Ejemplo llamativo ha sido el informe elaborado por la Conferencia Episcopal Española:

- ¿La jerarquía ha podado el sínodo español? Podado no, pero sí recortado, pulido y limado... Ha querido dejar bien claro que esas propuestas más avanzadas sobre el celibato opcional o el acceso de la mujer al altar “sólo se plantearon en algunas diócesis y por un número reducido de personas” (RD 12.06.2022. José Manuel Vidal).

- “El documento peca de retórica: ensarta, sin recato, una farragosa retahíla de viejos tópicos y sugestivos clichés habituales en la corporación. La mayoría de las diócesis han propuesto graves problemas: celibato opcional, la mujer al ministerio, bendición a las parejas homosexuales, abusos a menores… La jerarquía pasa por alto estos problemas; mejor dicho, los “cocina”. Los vaporiza. Resalta lo pastoral y catequético de las propuestas y disimula ladinamente las de mayor calado” ( RD 09.07.2022. Pepe Mallo).

La experiencia del proceso sinodal está dando fruto, sin duda. Así lo recoge el DEC:

- “voces de gran amor por la Iglesia, voces que sueñan con una Iglesia capaz de dar un testimonio creíble, una Iglesia que sepa ser Familia de Dios inclusiva, abierta y acogedora” (CE Zimbabwe. DEC 16).

- “Al compartir la pregunta fundamental, `¿cómo se desarrolla este caminar juntos en tu Iglesia particular hoy?´, se ha observado que la gente pudo darse cuenta de la verdadera naturaleza de la Iglesia y, a esta luz, han sido capaces de ver la situación de su Iglesia particular” (Bangladesh. DEC 16).

- “se constata una fuerte movilización del Pueblo de Dios, alegría de reunirse, caminar juntos y hablar libremente. Algunos cristianos, que se habían sentido heridos y alejado de la Iglesia, volvieron durante esta fase de consulta” (República Centroafricana. DEC 17).

Los fanatismos, los prejuicios, las sospechas... también están apareciendo:

- “No me fío del Sínodo. Creo que se ha convocado para introducir más cambios en las enseñanzas de Cristo e infligir más heridas a su Iglesia” (contribución individual desde Reino Unido. DEC 18).

- “El énfasis en la sinodalidad puede presionar para adoptar en la Iglesia mecanismos y procedimientos centrados en el principio de la mayoría democrática” (DEC 18).

- “Algunos expresaron dudas sobre el resultado del proceso, debido a la percepción de la Iglesia como una institución rígida que no quiere cambiar y modernizarse, o por la sospecha de que el resultado del Sínodo esté predeterminado” (CE Canadá. DEC 18).

El clericalismo aparece en muchas vertientes. Desde el miedo a perder derechos del clero hasta la pasividad laical, fruto de la historia eclesial, o los abusos clericales:

- “ha habido resistencias, falta de participación, comunidades que no se incorporaron..., muchas no están acostumbradas a esta forma de vivir la Iglesia... Algunos dirigentes y pastores no asumieron el papel animador y conductor correspondiente. Varias diócesis se quejan de la falta o del débil involucramiento de los sacerdotes” (CE Chile. DEC 19).

- “la relación entre sacerdotes y fieles es en muchos lugares difícil. Se critica la distancia que se percibe entre clero y laicos. En algunos lugares los sacerdotes se experimentan incluso como un obstáculo para una comunidad fructífera” (CE Austria. DEC 19).

- “Constante referencia al impacto de la crisis de los abusos sexuales del clero... Tema espinoso, sin resolver... Urgencia de reconocer el horror y el mal causados, y de aumentar los esfuerzos para proteger a los vulnerables, reparar el daño... y reconstruir la confianza... Que se reconozcan y enmienden los abusos del pasado” (CE Australia. DEC 20).

La violencia social (enfrentamientos, persecuciones, guerras...) se deja sentir:

- “dando rienda suelta a fanatismos... y a persecuciones, incluso masacres. Se observan formas de incitación sectaria y étnica que han degenerado en conflictos armados y políticos a menudo sangrientos” (Iglesia maronita. DEC 21).

- “En relación al genocidio contra los tutsis, que tanto ha dividido al pueblo ruandés, debería profundizarse mejor el tema de la comunión, con vistas a una auténtica sanación de la memoria colectiva...” (CE Ruanda. DEC 21).

El logro mejor de la experiencia es la conciencia de dignidad y vocación comunes:

- “momento crucial y precioso para darse cuenta de que los bautizados, compartimos la dignidad y la vocación común de participar en la Iglesia” (CE Etiopía. DEC 22). 

- “Ha crecido la conciencia de que quienes han recibido la gracia del bautismo caminen juntos, compartiendo y discerniendo a qué les llama el Espíritu. Hay profunda conciencia de que caminar juntos es el camino para ser una Iglesia misionera” (CE Japón. DEC 22).

- “la dignidad común y la misión común al servicio del Evangelio exige el encuentro con las hermanas y hermanos de otras confesiones” (DEC 22).

La experiencia sinodal ha desenmascarado la injusticia infligida al Pueblo de Dios. Lo que tenía que haber sido conducta normal se hizo “excepcional”. Como si la sinodalidad fuera un invento de ahora, y no la forma original eclesial. Un vestigio claro: “En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído” (He 14,23). Pablo y Bernabé, tras evangelizar, dejaban presbíteros, elegidos por la comunidad. Esto dice la palabra traducida por “designar”: “xeirotoneo” (xeir: mano y teino: extender”: extender la mano para votar, votar con la mano elevada).

Hoy sorprende como excepcional la libertad de hablar y elegir en común:   

- “El Pueblo de Dios ha destacado el carácter excepcional de la experiencia de expresarse libremente en momentos de encuentro especialmente organizados, sin limitaciones de agenda y con un enfoque específico en seguir la inspiración del Espíritu Santo. La gente comentó que era la primera vez que se les pedía que hablaran a pesar de que llevaban décadas asistiendo a la Iglesia»”(CE Pakistán. DEC 23).

- “Otra imagen se refiere a una experiencia de liberación y nueva vida: la cáscara del huevo que se rompe para dejar que una nueva existencia despliegue sus alas” (DEC 23).

- “El fin de una pérdida colectiva de la propia identidad como Iglesia sinodal. Utilizando una imagen bíblica, se podría decir que el proceso sinodal ha marcado los primeros pasos del retorno de un exilio, cuyas consecuencias afectan a todo el Pueblo de Dios: si la Iglesia no es sinodal, nadie puede sentirse realmente en casa” (DEC 24).

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