El silencio de los obispos sobre el celibato (28)

Con este título, hace casi catorce años (10-06-2005), “La Coordinación Nacional del Movimiento de Presbíteros Casados del Brasil” ofreció su voluntad de diálogo a toda la Iglesia. Querían poner “un punto de partida para un diálogo franco y respetuoso con los Señores Obispos locales, con la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) y con el Santo Padre Benedicto XVI, sobre el Presbítero casado y su ministerio hoy en la Iglesia”. Creo que merece la pena recordar estas sugerencias tan humanas y, por ende, acordes con el Espíritu de Jesús. Son de sentido común, según el Evangelio, la cultura actual y la situación vigente en la Iglesia.

“Sugerencias para un diálogo con el Episcopado y el Pueblo de Dios” (I)

Con este título, hace casi catorce años (10-06-2005), “La Coordinación Nacional del Movimiento de Presbíteros Casados del Brasil” ofreció su voluntad de diálogo a toda la Iglesia. Querían poner “un punto de partida para un diálogo franco y respetuoso con los Señores Obispos locales, con la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) y con el Santo Padre Benedicto XVI, sobre el Presbítero casado y su ministerio hoy en la Iglesia”. Creo que merece la pena recordar estas sugerencias tan humanas y, por ende, acordes con el Espíritu de Jesús. Son de sentido común, según el Evangelio, la cultura actual y la situación vigente en la Iglesia.

“Ministerios para el Tercer Milenio”

1- El “IV Congreso Internacional de los Presbíteros Casados Católicos” (Brasilia DF. Brasil, 25-28-07-1996) con su tema: “Ministerios para el Tercer Milenio”, resaltó, entre otras ideas:

- que “la Iglesia institucional es una realidad histórica que, a lo largo de los tiempos, tomó diversas formas culturales; ... y por fidelidad al llamado de los signos de los tiempos, debe encarnarse, como su Fundador, en la cultura e historia del pueblo de Dios, en la democracia participativa y en la comunidad; ...

- que nuestro matrimonio es un camino que lleva a nuevos ministerios que el Espíritu de Jesús nos tiene guardados en la Iglesia; ...

- que nuestro ministerio principal es vivir la fe con las hermanas y hermanos dispersos, sobre todo, los marginalizados por la sociedad; ...

- que nuestra inserción en la vida familiar, en las comunidades y en los movimientos sociales del pueblo de Dios pueden mostrar la presencia evangelizadora de la Iglesia en estos sectores”.

El Jesús del Evangelio rehabilita a los equivocados

2- “La existencia actual de presbíteros casados en la Iglesia latina, más concretamente en estos últimos cuarenta años (desde 1964), se ha visto como una piedra de tropiezo, en algunos sectores de la Iglesia. Pero, observando el Evangelio (Mt 16,18; Mc 8,33; 14,68; Jo 21,17) constatamos que Pedro, en un momento de su vida, indicado por Jesús como Satanás (“!Quítate de mi vista Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino de los hombres”. Mc 8,33), luego después fue escogido como la piedra angular (Sal 118,22) en la que se atrevió a edificar su propia Iglesia (Mt 16,18).

Si Jesucristo, razón de ser de la Iglesia, procedió de esta manera, ¿por cuáles motivos la Iglesia no podría, ella también como Cristo, acoger sus Pedros dispersos y abandonados, como nuevas piedras para la renovación eclesial evangelizadora que el Espíritu, través de los signos de los tiempos, está pidiendo? (GS 11).

¿Debe el presbítero casado continuar en el ostracismo de su actividad profesional, viviendo como un ciudadano sin compromiso, al margen del pueblo de Dios?

Con sinceridad y seriedad ¿cuál sería la actitud de Jesús, Jesús el del Evangelio (Mt 5,20; 8,3; 8,14-15; 9,10; 10,34; Mc 8,2; Jo 2,7; 4,7; 8,10; 9,3; 10,7; 13,14; 20,16; 21,16), delante de este hecho?”.

“Fariseísmo profundamente arraigado”

3- “Sabemos que muchos obispos y sectores de la Iglesia Latina desean y oran por una reforma en la Iglesia con relación a la restauración del presbiterado casado en la Iglesia Occidental y, tal vez, este sea el momento, que Jesús escoja para que se hable, dialogue, estudie con la libertad del Espíritu de Dios, este delicado y feliz asunto.

`A veces, cuando recibo noticias de la salida de padres y religiosos, me pongo triste, a punto de llorar. Es uno de los momentos más negros de la Iglesia después del Concilio. No sé bien lo que Dios quiere, al permitir todo esto. Sé, es verdad, que todo esto quiere decir que existe urgente necesidad de reforma. Tal vez Dios permite, porque ve que las reformas no se producen sin cierta violencia. La Iglesia es tan difícil cuando debe reconocer sus defectos y, por consiguiente las reformas. Es un cierto fariseísmo que anida en ella profundamente arraigado. Sin embargo soy muy optimista, a pesar de las lágrimas que muchas veces se me escapan´ (Buenaventura Klopenburg, Arzobispo emérito de Nuevo Hamburgo – Río Grande del Sur – Brasil. Jornal ciência e Cultura, XXIV, Nº 237, p.5, maio 2005, - J.ª A Schierbolt)”.

“Hay que responder a las llamadas del Espíritu”

El Espíritu del Señor sigue apremiando a “discernir en los acontecimientos, en las exigencias y en los deseos,... los signos de la presencia o plan de Dios... La fe dirige la mente a soluciones plenamente humanas” (GS 11). Este apremio brilla hoy en los trabajos preparatorios del Sínodo sobre la Amazonia. Lo sugiere claramente el obispo de Juina (Brasil), miembro del Consejo Presinodal del Sínodo, Neri Tondello:

“Hablando sobre los ministerios y juntándolos con esa Iglesia con rostro amazónico, ¿cuáles serían esos posibles ministerios, cuál sería el rostro amazónico de la Iglesia?

Tenemos muchos animadores y animadoras de comunidades que son laicos. En Brasil, inclusive, tenemos el documento de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil), sobre el laico y la laica como sujetos eclesiales, ese es un punto de partida. Pero después, cuántos animadores y animadoras de comunidades, cuántos catequistas..., pero hay que avanzar, y que la Iglesia se dé cuenta de que existen muchos medios de evangelizar, que no es sólo el medio célibe. Hay muchos hombres que tienen vocación para el celibato, pero otros muchos no, pero que pueden hacer muchas cosas. Es necesario revisar. Como otras Iglesias de Oriente, nuestra Iglesia necesita dar un salto en ese sentido. ¿Por qué no pensar en los “viri probati”?, que ya es un asunto bastante abierto, en debate. Es necesario tener el coraje, las propuestas valientes del Papa Francisco van en esa dirección, pero esta vez siento que nuestra realidad de Amazonía, necesita mostrar la carencia, pero también propuestas”.

Rufo González

Leganés (Madrid), marzo 2019

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