La “Síntesis española sobre la fase diocesana del Sínodo” margina a los sacerdotes casados El tema de los sacerdotes casados ¿“nunca se ha puesto sobre la mesa”? (I)

Después de lo “último”, lo marginal, lo que no interesa a casi nadie

El mes pasado, los cardenales, Secretario y Relator Generales del Sínodo, presentaron dos documentos para la segunda sesión del Sínodo del próximo octubre (S. Cernuzio, de Vatican News. RD 15.03.2024). Uno: “¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión? Cinco perspectivas para profundizar teológicamente con vistas a la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos". El otro es la Carta del Papa al Secretario General del Sínodo (22.02.2024). “Diez puntos” para la próxima sesión: 1. Relaciones Iglesias orientales y latina. 2. Escucha de los pobres. 3. Misión en digital. 4. Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis. 5. Cuestiones teológicas y canónicas de ministerios específicos. 6. Obispos y Vida Consagrada, Agregaciones. 7. Ministerio episcopal: selección, función judicial, visitas ad limina. 8. Representantes Pontificios. 9. Criterios teológicos y metodologías para discernir cuestiones doctrinales, pastorales y éticas. 10. Recepción de los frutos del camino ecuménico en la praxis eclesial.

Ambos cardenales pretenden justificar la selección de temas y el hecho de que los temas más novedosos y decisivos para el cambio eclesial, demandados por muchos cristianos, sean postergados y dejados para el futuro. 

El cardenal Jean-Claude Hollerich, Relator General del Sínodo dijo que la “elección y subdivisión fueron consecuencia directa de lo que surgió en el Informe de Síntesis final de la primera sesión”, resultado de las discusiones en la asamblea, fruto de la implicación de las Iglesias locales. “Somos servidores del proceso sinodal”. No implica “tratar todos los puntos que surgen en la discusión del sínodo, sino sólo los que presenta el pueblo de Dios. No hacemos política eclesiástica, somos servidores de este proceso sinodal. Nunca he puesto contenidos propios, sino contenidos del pueblo de Dios”.  

La historia enseña que hay muchos modos de teledirigir las propuestas populares. La “Síntesis sobre la fase diocesana del Sínodo sobre la sinodalidad de la Iglesia que peregrina en España”, presentada en la Asamblea Final Sinodal de la Conferencia Episcopal Española (Madrid, 11.06.2022), es ejemplo claro.

Veamos el esquema en que colocan los temas. “Parte III. Temas que han tenido una fuerte resonancia en el proceso sinodal”. Cuatro categorías: “cuestiones prioritarias”, “temas específicos”, “cuestiones relevantes” y “otras cuestiones”.

Las prioritarias son “cuestiones anteriormente destacadas” -del interior de la Iglesia y de cara a la sociedad- “omnipresentes” en los grupos: “Comunión, comunidad, escucha y diálogo, corresponsabilidad, formación, presencia pública, misión”.

          “Junto con ellas, han resonado con fuerza algunos temas específicos que conviene destacar y sobre los que resulta necesario un mayor ejercicio de discernimiento”: “papel de la mujer, jóvenes, familia, abusos sexuales, de poder y conciencia, ministerios laicales, diálogo con confesiones cristianas y con otras religiones”.

          “Por último, destacamos algunas otras cuestiones relevantes” surgidas en diálogo sinodal, con menor presencia: presencia de la Iglesia en el mundo rural, religiosidad popular, pastoral de mayores, atención a colectivos: presos, enfermos o inmigrantes.

Después de lo “último”, lo marginal, lo que no interesa a casi nadie:

          “Junto con todo lo anterior, aunque se trata de cuestiones suscitadas solo en algunas diócesis y, en ellas, por un número reducido de grupos o personas, vemos conveniente incorporar a esta síntesis, por su relevancia en el imprescindible diálogo eclesial y con nuestros conciudadanos, la petición que formulan acerca de la necesidad de discernir con mayor profundidad la cuestión relativa al celibato opcional en el caso de los presbíteros y a la ordenación de casados; en menor medida, ha surgido igualmente el tema de la ordenación de las mujeres”.

¿Tan lejos de la Iglesia alemana está "la que peregrina en España"? "El 95% de los católicos alemanes apuestan por abolir el celibato" (Vida Nueva 16.11.2023).

El remate definitivo llega en el párrafo final. Dan hasta la solución:

          “En cualquier caso, en relación con estos temas, se detecta una clara petición de que, como Iglesia, dialoguemos sobre ellos a fin de permitir conocer mejor el Magisterio respecto de los mismos (cf. Francisco: Exhortación apostólica postsinodal Querida Amazonia, 87-88 y 99-105) y poder ofrecer una propuesta profética a nuestra sociedad”.  

Diálogo para “conocer mejor” lo que piensan los dirigentes máximos. Como si no lo conociéramos. Retratan aquí la actitud supremacista y paternalista clerical. No hay nada que cambiar. Sólo saber y cumplir lo que ellos han decidido. ¡Excelente sinodalidad! Estamos en las mismas tesis de san Pío X:

          “La iglesia es por esencia una sociedad desigual, es decir, una sociedad que contiene dos categorías de personas, los pastores y el rebaño, los que ocupan un rango en los diferentes grados de la jerarquía y la multitud de los fieles. Y estas categorías son de tal manera distintas entre ellas que sólo en el cuerpo pastoral residen el derecho y la autoridad necesaria para promover y dirigir a todos los miembros hacia el fin de la sociedad; en cuanto a la multitud, no le compete más deber que dejarse conducir, y como rebaño dócil, seguir a sus pastores” (Enc. “Vehementer Nos”.11 febrero 1906).

Menos más que 58 años después, el Vaticano II puso las cosas en su sitio:

          “Aun cuando algunos, por voluntad de Cristo, han sido constituidos doctores, dispensadores de los misterios y pastores para los demás, existe una auténtica igualdad (vera ínter omnes viget aequalitas) entre todos en cuanto a la dignidad y a la acción común a todos los fieles en orden a la edificación del cuerpo de Cristo (LG, 32).

          “Es propio de todo el Pueblo de Dios, pero principalmente de los pastores y de los teólogos, auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina…” (GS 44).

La Síntesis hispana no acepta a sacerdotes casados y a promotores de la igualdad bautismal ante los ministerios como “voces de nuestro tiempo” capaces de “auscultar, discernir e interpretar” la voluntad divina. Sus tesis huelen más a las de san Pío X.

Es la triste realidad que canta dolorido, Sebastián Cózar Gavira, Presidente de la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados, en su libro publicado recientemente: “Poemas de un sacerdote casado”. Versión Kindle (RD 21.04.2024). “Describe la lucha de más de 36 años por ser escuchado y reconocido, encontrando apoyo en algunos obispos… A través de poemas, que reflejan sus emociones más profundas, expresa tristeza, dolor, agradecimiento y esperanza, abogando por un diálogo fraterno y sin discriminación dentro de la Iglesia, buscando que el celibato sea opcional y que los sacerdotes casados puedan contribuir a la evangelización”. Aquí uno de sus poemas:

“NO ESCUCHA”

Es una Iglesia que no escucha al sacerdote casado,

porque eligió vivir el amor con una mujer enamorado.

Una Jerarquía que predica el amor que no practica en su vida,

son sólo ecos vacíos que se lleva el viento cada día.

No acepta al sacerdote casado que eligió vivir el amor

con la mujer de sus sueños, formando una familia con ilusión.

No nos aceptan con cariño, tienen más represalias extrañas,

perdidos en otros mundos, no saben lo que se pierden cada mañana.

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