A los canónigos: "¿Por qué no se ha sacado a San Vicente a la puerta de la catedral para bendecir la ciudad?" Cañizares: "Dios nos hará salir de esta pandemia"

Cañizares, durante la misa por San Vicente Ferrer
Cañizares, durante la misa por San Vicente Ferrer M. Guallart (Avan)

"Necesitamos testimonios de hombres de fe, como san Vicente, que devolvió la unidad a la Iglesia y a nuestra sociedad. No olviden que están dándole de lado a la Iglesia, que es salud, salvación y esperanza. Invocamos la ayuda de san Vicente para seguir a Jesús"

La curiosa anécdota de la celebración en confinamiento de la Misa en la fiesta de san Vicente Ferrer, a puerta cerrada, sin público, en la catedral de Valencia, fue la que protagonizó el cardenal Cañizares, antes de impartir la bendición final, al dirigirse a los escasos canónigos presentes, desde su sede, mitrado y en pie, “por qué no han sacado a san Vicente a la puerta de la catedral para que bendijera la ciudad”. Lo hizo diplomáticamente, pero con intencionalidad y sinceridad, en su habitual estilo que tiene a la hora de decir las verdades, breve, elegante y contundente.

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Llovera, presidió la Misa de la festividad de san Vicente Ferrer, patrón principal del histórico Reino de Valencia, que concelebró con los obispos auxiliares Javier Salinas y Vicente Juan, y algunos miembros del Cabildo Catedralicio, la cual se celebró en parte en Lengua Valenciana, y en parte en castellano, con cantos en latín y valenciano, a puerta cerrada.

Predicó, como es costumbre, un fraile dominico, Vicente Grau Monrós, en valenciano, quien en parte del texto homilético hizo hablar al santo sobre su experiencia y participación en las epidemias que afectaron al territorio y los milagros que hizo en cada una de ellas.  “En mis predicaciones hablaba de moral, de comportamientos, mi intención era provocar la conversión, que era lo que hacía Jesús”.

Cañizares en la Misa de san Vicente.
Cañizares en la Misa de san Vicente.

Al referirse al momento actual –siguió hablando figuradamente el santo- en que estamos viviendo una pandemia histórica, en un tiempo en el que impera el relativismo, la falta de valores, en una sociedad apartada de Dios y que no le tiene en cuenta com si no existiera. Esta pandemia y su confinamiento puede cambiarnos si hay una verdadera conversión del corazón y si dejamos un lugar a Dios en nuestra vida la manera de pensar. El mejor remedio que tenemos es volver, confirmando nuestro corazón en la fe y perseverar en una vida santa. Y no tengáis miedo.

Ya en palabras propias, fuera del imaginario relato del santo, el P. Grau se refirió a la popular frase de las filacterias iconográficas de san Vicente Ferrer (Timete Deum et date illi honorem) que explicó como un don del Espíritu Santo de respeto y valoración de Dios y no una frase que arengaba a tenerle miedo a Dios. Es una invitación a la fe y confianza en Dios.

MIsa con la catedral vacía.
MIsa con la catedral vacía.

Citó algunas ideas del “Tratado espiritual” de san Vicente Ferrer sobre la idealidad de vivir como peregrinos, sin aferrarse a las cosas materiales. “No paséis ansia,…buscad primero el Reino de Dios y todo lo demás os lo dará de sobra”.

 El P. Grau antes de su ingreso en la Orden trabajó como Profesor de Enseñanza primaria en la ciudad de Xátiva. Tras su ingreso ha compaginado su vocación docente en el colegio de los Dominicos en Valencia con su vocación de fraile predicador.

¿Por qué no se ha sacado a san Vicente a la puerta?

La anécdota curiosa de la celebración la protagonizó sorpresivamente el cardenal Cañizares antes de la bendición fnal cuando desde su sede preguntó a los canónigos por qué no habían sacado la imagen de san Vicente a la puerta de la catedral para que bendijera a la ciudad. Uno de ellos contestó que porque pesaba mucho.

Así inició el prelado unas breves palabras en las que invitó a todos a volver a Dios, como lo hacía san Vicente, para que nos ayude a vivir estos momentos, al igual que él vivió con una unidad de la Iglesia más que amenazada y una humanidad que andaba dividida. “Somos todos conscientes de la necesidad imperiosa de la unidad de los cristianos, que todos seamos uno para que el mundo crea, que superemos nuestras rencillas y volvamos a la paz. Necesitamos testimonios de hombres de fe, como san Vicente, que devolvió la unidad a la Iglesia y a nuestra sociedad. No olviden que están dándole de lado a la Iglesia, que es salud, salvación y esperanza. Invocamos la ayuda de san Vicente para seguir a Jesús. Dios nos hará salir de esta pandemia.” Concluyó con un “Vixca san Vicent”.

Imagen de San Vicente Ferrer

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