La pandemia agrava la situación de vulnerabilidad por pobreza Las 439 Cáritas parroquiales atienden a unas 100.000 personas en coronavirus

Nacho Grande
Nacho Grande

En el principal centro de Cáritas en la ciudad de Valencia se atiende a una media diaria de 1.000 personas.

El coronavirus está poniendo la economía de muchas familias al límite, a cero o menos cero, y son muchos los hogares que han visto como uno o los dos progenitores se han quedado sin empleo, con las consecuencias materiales y psicológicas que ello conlleva.

Unas 100.000 personas aproximadamente –a falta de estadísticas que probablemente se tendrán la próxima semana-  están siendo atendidas por las 439 Cáritas Parroquiales de la Archidiócesis de Valencia de distinta manera de acuerdo con las necesidades que presentan, por lo general comida, dada la situación de vulnerabilidad en que se encuentran a causa de la pandemia del coronavirus, que ha hecho aumentar y agravar la pobreza. Sólo en el principal centro de Cáritas en Valencia la atención diaria media es de 1.000 personas.

El suministro de alimentos suele hacerse principalmente a través de los economatos o repartiendo vales canjeables en productos de primera necesidad canjeables en supermercados o tiendas con los que Cáritas ha establecido acuerdos. Los párrocos están urgiendo a la feligresía, ahora que ya están abiertos los templos, a que acudan con alimentos no perecederos a los oficios religiosos para la cesta común de Cáritas. Igualmente dirigen sus peticiones a almacenes, tiendas, comercios y supermercados que puedan aportar cualquier cosa de necesidad básica lo hagan.

El director de Cáritas Diocesana, Nacho Grande, ha vuelto a llamar la atención sobre la imperiosa necesidad detectada, que vacía con rapidez las estanterías y almacenes de las Cáritas Parroquiales, primera ventanilla solidaria de la Iglesia, que procura hacer frente a las demandas en la medida de los posible. En atención a ello, Grande ha vuelto a insistir en la necesidad de que todos quienes puedan aportar alguna colaboración del tipo que sea que ayude a paliar esta dramática situación será bienvenida.

Cáritas llama la atención sobre el impacto del coronavirus en las condiciones de desprotección de las familias más vulnerables, que están agravándose a causa del confinamiento y la ausencia de ingresos. Si antes de la actual pandemia el proceso de integración de muchas familias y hogares españoles en situación de pobreza y exclusión social se mostraba todavía débil en su recuperación e inestable en su duración, ahora el retroceso está siendo importante.

El coronavirus está poniendo la economía de muchas familias al límite, a cero o menos cero, y son muchos los hogares que han visto como uno o los dos progenitores se han quedado sin empleo, con las consecuencias materiales y psicológicas que ello conlleva. Muchas familias, cuando aún no habían podido recuperarse de los efectos de la crisis económica del 2008, han visto que su situación no ha hecho más que agravarse tras la irrupción devastadora de la Covid-19.

Nacho Grande
Nacho Grande

La presencia de menores en el hogar incrementa el riesgo de caer en exclusión. El 21% de los hogares con menores a cargo se encuentran en situación de exclusión (el 16% en el caso de hogares sin menores), una cifra que se dispara hasta el 28% cuando se trata de un hogar monoparental y al 33% en el caso de familias numerosas.

Según datos del año 2018 del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, España fue el país de toda la Unión Europea que menos porcentaje de PIB invirtió en políticas familiares. Las graves consecuencias de ello las estamos evidenciando en éstos momentos, cuando las familias necesitan unas garantías de protección que están ausentes.

En estos momentos de incertidumbre para muchas personas en situación de gran precariedad, Cáritas está respondiendo a estos vacíos de las políticas públicas y aportando apoyo, escucha y cercanía a todas ellas, a través de un abanico de recursos que van desde la respuesta a derechos fundamentales, como el acceso a una vivienda digna y a sus suministros domésticos, a garantiza una alimentación sana y equilibrada dentro de un modelo de ayuda dignificada u ofrecer vías formativas y de orientación laboral para acceder a un empleo digno.

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