Gracias a que el Consell de la Ciutat ha sido ideador, patrocinador, organizador, administrador y legislador de la solemnial processó de Corpus de Valencia, desde el siglo XV, hoy seguimos teniendo en Valencia la procesión eucarística más espectacular de todas las de España, digan lo que digan Toledo, Granada o Sevilla, ciudades que se ufanan de tener las mejores.

Y lo podemos afirmar, si volvemos la vista atrás y recorremos la larga e interesantísima historia de nuestra procesión de Corpus, que es historia de Valencia, además de reflejo y expresión de lo que hemos sido y seguimos siendo como pueblo aparatosamente estético, barroco y mediterráneo, los valencianos.

Historia de la fiesta de Corpus que, gracias a ser eminentemente municipal, sólo la podemos encontrar, estudiar e investigar aquí, en este Palacio de Cervelló, sede del Archivo Histórico Municipal,  a través principalmente de los Manuals del Consell de la Ciutat, que son los libros registro donde se recopilaban las decisiones de gobierno de Valencia.

La colección de la ciudad de Valencia, una de las más completas y antiguas de Europa, se conserva desde el año 1306 y, con pocas interrupciones, continúa a lo largo de la Edad Media y gran parte de la Moderna. El conjunto bajomedieval está formado por cincuenta volúmenes plurianuales, muy voluminosos, que constituyen una fuente de información inestimable para aproximarse a la historia de la ciudad.

No hay otra manera de conocer la Historia del Corpus de Valencia, pues, desgraciadamente, los pirómanos incendiarios del Palacio Arzobispal de Valencia destruyeron 13.000 legajos de su rico archivo en julio de 1936, inicio  de la pasada guerra civil. La memoria histórica y democrática ha de ser sobre todo memoria de la verdad, como bien ha dejado claro el profesor José Vicente Gómez Bayarri.

¿Qué ocurre en esta fiesta que la celebramos desde hace casi siete siglos con tanta aparatosidad?  La fiesta de Corpus, teológicamente, esla insistencia de Dios en quedarse entre nosotros, en la sencillez del pan y el vino,  de una manera vere, realiter et substantialiter, según la doctrina de la Iglesia Católica.

Influencia valenciana

Una fiesta que fue instituida para toda la Iglesia Universal en 1264 por el Papa Urbano IV mediante la Bula Transiturus de hoc mundopara reafirmar la fe en la Eucaristía ante los sectores que la negaban  einfluenciado por dos grandes milagros eucarísticos acontecidos en la primera mitad del siglo XIII, el ocurrido en Llutxent(Valencia) en 1239  y el sucedido en  Orvieto (Italia) en 1263.  De ahí que tenemos que sentirnos orgullosos de que un milagro acontecido en tierras valencianas haya alumbrado fiesta tan entrañable en la liturgia católica y en la religiosidad popular.

Y en Valencia, esta fiesta que tiene ya casi siete centurias, la celebramos de manera más moderna imposible: bíblica y audiovisualmente. Recuerdo que un miembro eclesiástico del tribunal de mi doctorado me pregunto si todo estos de nuestra procesión de Corpus no era hoy algo muy casposo. El hombre ni se había leído la tesis que iba a juzgar.

Catequesis bíblica audiovisual

Hoy los teólogos insisten en volver al relato bíblico, a las fuentes, nuestra procesión de Corpus nunca se ha salido de la Biblia. Y hoy en la sociedad, lo que impera es lo audiovisual, y la procesión ha sido desde hace siete siglos audiovisual, una catequesis  audiovisual de la Biblia, que cumple rigurosamente con los tres elementos constitutivos del proceso comunicador:  emisor (Iglesia-Consell de la Ciutat),  receptor (el destinatario del mensaje) y el propio mensaje (Historia de la Salvación-Eucaristía), empleando un sistema de signos a través del cual el mensaje es transmitido (teatralizado, visualizado), en medio de un contexto (histórico-social), utilizando un contacto (un canal físico o psicológico-la procesión por las calles).

Cuando uno contempla el total desarrollo de la procesión, y la vive,  no puede quedarse igual, pues ante sus ojos han desfilado los personajes y estampas más importantes de la Biblia que prefiguran la Eucaristía. Todo está engarzado, concatenado, de manera que predisponen y preparan a lo último que ha de venir, la Eucaristía, el Santísimo.

La procesión de esta manera es, en palabras del recordado historiador y canónigo don Vicente Castell Maiques, un bello poema teofórico en honor a la Eucaristía, que es el culmen y la cima de la procesión, la cual es portada en el majestuoso trono de la Custodia, de la que se dice o decimos que es la más grande del mundo.

"Cuando uno contempla el total desarrollo de la procesión, y la vive,  no puede quedarse igual, pues ante sus ojos han desfilado los personajes y estampas más importantes de la Biblia que prefiguran la Eucaristía"

Hugo de Fenollet, la primera procesión de Corpus, 1355

El obispo Hugo de Fenollet tomó posesión de la sede episcopal de Valencia en 1348, pero por mucho que se empeñó no pudo hasta 1355 hacer la primera solemnial e general processó de Corpus, al no lograr que el Consell de la Ciutat  se hiciera cargo de organizar la primera procesión de Corpus.

Fenollet utilizó la admiración que despertó el Miracle dels Peixets, ocurrido entre Alboraya y Almàssera, en julio de 1348, como caldo de cultivo para macerar su proyecto de procesión de Corpus, que lograría siete años después de asumir como obispo de Valencia.

El hombre murió al año siguiente, en 1356, y la procesión general dejó de hacerse, entre motivos, porque las luchas intestinas entre los Vilaragut y los Centelleseran frecuentes tanto en la ciudad como en el Reyno y parece  que ello no invitaba a mucha fiesta.

"Fenollet utilizó la admiración que despertó el Miracle dels Peixets, ocurrido entre Alboraya y Almàssera, en julio de 1348, como caldo de cultivo para macerar su proyecto de procesión de Corpus, que lograría siete años después de asumir como obispo de Valencia"

Jaime de Aragón, el largo paréntesis hasta la  segunda procesión

En 1369, fue nombrado por primera vez desde la Reconquista,  un valenciano para la sede episcopal de Valencia, Jaime de Aragón, quien hasta 1372 no ordenó se volviera a hacer de nuevo la solemnial processó,  17 años después de la primera procesión de Corpus, se volviera a organizar, aprovechando un período de relativa paz y tranquilidad en la guerra fratricida de las familias nobles, teniendo en cuenta que el obispo estaba abanderado con los Vilaragut y alguna intervención tuvo en las refriegas.

Hasta ahora siempre se había achacado el largo paréntesis entre la primera y la segunda procesión a que el Consell de la Ciutat no estaba para gastos por las obras de restauración de la ciudad tras la conquista jaimina.

En 1369, fue nombrado por primera vez desde la Reconquista, un valenciano para la sede episcopal de València, Jaime de Aragón, quien hasta 1372 no ordenó se volviera a hacer de nuevo la solemnial processó, aprovechando un período de relativa paz y tranquilidad.

Jaime de Aragón 1369-1396 Nacido en Valencia. 1341. Hijo de Pedro de Aragón, conde de Ampurias y de Juana de Foix. Nieto del rey Jaime II de Aragón. A la muerte de Vidal de Blanes, el cabildo catedralicio elige al canónigo chantre Fernando Muñoz como nuevo obispo de la diócesis en contra de los deseos del rey Pedro IV de Aragón. El papa Urbano V da la razón al rey, anula el nombramiento y es elegido nuevo obispo el 5 de marzo de 1369, el obispo de Tortosa, Jaime de Aragón, primo del rey.

"¿Qué pudo determinar al Consell de la Ciutat que aceptara volver a organizar y patrocinar la procesión?"

En 1376 creó la cátedra de Derecho Canónico, siendo elegido primer director fray Bonifacio Ferrer. En 1379 se concluyó el Hospital de pobres sacerdotes. En 1387, es nombrado cardenal de Santa Sabina de Roma, por  Clemente VII. Falleció el 30 de mayo de 1396. Su retrato imaginario fue pintado por Joan de Joanes en 1568.

¿Qué pudo determinar al Consell de la Ciutat que aceptara volver a organizar y patrocinar la procesión? Indudablemente, una conveniencia política motivó que el Consell se volcara de nuevo con la procesión, la organizara, patrocinara y pagara.

Un cortejo para congraciarse con los judíos

En 1371, al querer expandirse la comunidad judía fuera del barrio asignado para ella, los cristianos entraron en conflicto abierto con los judíos. El Consell de la Ciutat pensó en adoptar medidas que previeran y evitaran más tensiones de las ya existentes, fórmulas que relajaran la difícil y complicada coexistencia entre ambas comunidades culturales y religiosas. Había entre los cristianos un cierto odio y recelo hacia los judíos, lo que ocasionó múltiples incidentes que el Consell de la Ciutat trataba de evitar y resolver, pues le interesaba estar a bien con los judíos, controladores y tenedores del poder financiero.

A ellos solían acudir, como lo hacían los reyes y funcionarios reales, a solicitar préstamos en condiciones “razonables”. Por el contrario, la autoridad eclesiástica era contraria y hostil a judíos y musulmanes por razones estrictamente religiosas. El Consell de la Ciutat, ya que la tenía que organizar y pagar vio que era una oportunidad para convertir el evento en un instrumento político de pacificación de las tensiones entre las distintas culturas y religiones en conflicto, contentaba a los cristianos y se congraciaba con los judíos.

"El Consell de la Ciutat, ya que la tenía que organizar y pagar vio que era una oportunidad para convertir el evento en un instrumento político de pacificación de las tensiones entre las distintas culturas y religiones en conflicto, contentaba a los cristianos y se congraciaba con los judíos"

¿Cómo lo hizo? De varias maneras, una de ellas con una curiosa estratagema, potenciando los contenidos vetero-testamentarios de la Procesión, que aún hoy casi toda ella contiene más Antiguo Testamento que el Nuevo, debido a que los judíos sólo creen en el Antiguo Testamento, no en el Nuevo, ni en Jesús.

Cuenta Teixidor que “para que esta procesión fuese lucidissima procuró la Ciudad que en ella fuesen varios personajes vestidos de trajes que representasen aquellos misterios de la Ley Antigua que fueron sombra y figura del misterio de la Eucharistia, para que el pueblo que los ignora, tuviese motivo de preguntar su significado, y se excitase a la mayor devoción de tan soberano misterio.”

El Consell de la Ciutat, legislador de la procesión

De lo que cabe inferir que fue el Consell de la Ciutat , y no la Iglesia, el que decidió que en la Procesión de Corpus fuesen f igurantes vestidos de personajes bíblicos y que dichos personajes fueran del Antiguo Testamento. El Consell de la Ciutat tanta importancia le dio a la procesión de Corpus que asignó funcionarios, uno de ellos el administrador del Corpus, dedicados a todo lo concerniente a ella, así como al cuidado y conservación de los útiles y elementos empleados en el cortejo religioso, que se guardaba en la Casa de les Roques, en 1435, que para la f iesta construyó, disponiendo al efecto las correspondientes partidas presupuestarias municipales. El propio Capellà de les Roques era un sacerdote funcionario municipal, que se alojaba en la Casa de les Roques, la cual regía.

El Consell de la Ciutat aprovechó su dominio sobre la procesión, el que paga manda, para utilizarla como aparato protocolario lúdico festivo que desplegaba en obsequio a los visitantes especiales de la ciudad, ordenando su realización, aunque no fuera la fiesta, y sin ser llevado el Santísimo en ella, dado el boato y espectacularidad que le música alrededor del Corpus de Valencia caracterizaba, lo cual da idea de la impresionante belleza de la misma y de que se la consideraba un aliciente cultural, incluso “turístico”, que alcanzó mucha fama fuera de nuestras fronteras atrayendo el interés de importantes personalidades.

El Consell de la Ciutat legisló en razón de la fiesta de Corpus hasta en el ámbito de lo urbanístico, para mejor favorecer el decurso de la Procesión. Adoptó acuerdos para que ésta pudiera discurrir holgadamente por las calles, llegando a ordenar la demolición de edificios, cercenando otros y removiendo aquellos obstáculos que molestaran o impidieran su normal tránsito. También, cambió horarios y modificó su itinerario por diversos motivos. El Consell como organizador de la posesión, la convocaba. La primera crida o bando del Consell de la Ciutat4 , que repetía todos los años, decía:

“De part dels honrats Justicies jurats e prohomens de la Ciutat de Valencia a tuyt en general… per lo señor Huch… bisbe de Valencia… es stat statuit e ordenat que cascun any en el dia de la festa del Corpus cristi a honor e reverencia de Jesucrist e del seu precios cors una general e solemnial proceso per la Ciutat sia feta… ab mayor solemnitat e honor e ab deguda reverencia, lo nom de Jesucrist sia loat… per retre lahors a nostre SenyorDeu tot poderos e per acompañar seguir e servir si a ell plaura lo molt sant e precios cors de nostre señor Deu Jesucrist, lo cual será portat per lo dit señor bisbe en la dita proceso a honor e lahor e reverencia del qual será feta en lo dit dia de festa. Al tiempo que ordenaba: […] a tots los habitants e frontalers dels carerrs damunt declarats que al diades susdit per lo mati en reuerencia de deu e honor de la dita proceso haien nedejats ordenats e apparelats los dits carrers cascu en sa partida, de bells draps, e rams verts, e flors e altres apparellaments".

Toldos del Corpus

En 1415, se encuentra documentada la costumbre que existía de cubrir las calles y plazas de València para protegerse del rigor del sol en las procesiones con grandes lonas y lienzos, que eran propiedad del Consell de la Ciutat. La costumbre debió tener su origen bastantes años antes, pues se acordó añadir a las existentes las que fossen prestades veles e entenes e xarcia de les que son en la daraçana del Grau de la Mar per fer ombres en les places e lochs de la Ciutat donde tenía que predicar el dominico fray Vicente Ferrer, con cuyo motivo fueron confeccionados dichos velámenes, dadas las aglomeraciones de gente que a sus sermones concurrían y la larga duración de los mismos.

En 1444, el Consell de la Ciutat acordó que la Misa del día del Corpus en la Catedral fuese celebrada a las siete de la mañana, para iniciar pronto la procesión, dado que por media general solía durar siete horas y concluía a las horas de mayor intensidad del sol y calor. […] e tantost dita la Misa hisca la proceso sens pus sperar, e sensfer en la Seu algunes representacions. Car en aço, se perdia la major part del temps.

En 1640, tenemos noticias del disparo de fuegos de artificio en la procesión. El pirotécnico encargado de los juegos de artificio ese año, Pere Lleo, polvoriste, describe en una memoria elevada al Consell de la Ciutat los fuegos a preparar para el acontecimiento.

La Memoria dels focs que se han de fer lo dia del Corpus explicaba … un dimoni de dos cares una de ome i altra de dona de alsada de tres pams i dit diablea de estar armat de foc sinse coets boladors sino sols piula i capellet i per compañía un drac que vacha llansant foc per la boca i de davant la roca a de aver les armes de la Siutat posades en alt i lora tpenat damunt i tot a la rroca a destar rodada de foc iro des bombes i penachos de foc i tinc de pintar la rroca a mon conte aso esfer la blanca i pintar unes armes de la Ciutat a cada pla de la roca cladona a deporta runes serps Señides… una anima de imfer pera la roca nova dels diables ap unes Serps en les mans i que llanse foc de fames al contorn.