La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia Desaparece el banco que nació bajo el patronato de la Virgen de los Desamparados

Hucha doméstica.
Hucha doméstica.

De la Caja y Monte de PIedad pasó a Bancaja, de ahí a Bankia y ahora se hadiluido para siempre en  Caixabank.

Nació el día de la Virgen de los Desamparados en 1878 y murió el día de la Virgen de los Dolores de 101º.

Un día de la Virgen de los Desamparados, 12 de mayo de 1878,  fue fundada la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, bajo su patronato, y un día de la Virgen de los Dolores, Viernes de Dolor, ha desaparecido el último vestigio de la que fue una de las más potentes entidades financieras de Valencia y España.

Los anagramas de CaixaBank serán de inmediato colocados en sustitución de los de Bancaixa, como ocurrió con los de Bancaja y los de la propia Caja de Ahorros. Los manirrotos de los políticos y sus corrupciones han acabado con una brillante historia financiera, cultural y benéfica autóctona que se remonta en sus precedentes a casi dos siglos. No ha habido ni habrá Exequias por el luctuoso suceso.

Se salía de los convulsos días de la Revolución Cantonal de Valencia, concluía la Guerra de Cuba con una sangría importante en las familias valencianas y la huerta que rodeaba la ciudad ardía material y políticamente. Los huertanos estaban en fuerte conflicto con los propietarios y rentistas de las tierras que trabajaban por las injusticias que sufrían. Y surgió, en la embravecida tormenta social, política y económica la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, fundada el 12 de mayo de 1878, día de la Virgen,  “bajo el Patronato de Nuestra Señora de los Desamparados”.

 Tuvo su precedente, una Caja fundada en 1842 que acentuaba la vertiente social y benéfica, que se convirtió en una Caja-Banco, impulsada por la Asociación de Amigos del País y que se entregó en 1851 a la Sociedad Valenciana de Crédito y Fomento, resultando que una entidad benéfica sería dirigida por otra financiera. Funcionó bien aquella fórmula hasta que el Gobierno comenzó a meter baza con sus regulaciones e intromisiones en 1853, viéndose gravemente afectada la entidad hasta el extremo que llegaría a desaparecer en la década de los sesenta del XIX, relata Angel Pascual Martínez Soto.

En ese tiempo, un ingeniero de montes, Juan Navarro Reverter, director de la Fábrica de Gas de Valencia, cuyo propietario era el Marqués de Campo, y había sido director del Banco Peninsular Ultramarino también de su propiedad, junto con la Sociedad  Económica de Amigos del País, impulsó la creación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, cuyo primer Reglamento hizo él mismo, “sobre bases tan firmes que ha venido funcionando sin interrupción, prestando sus servicios a Valencia, favoreciendo considerablemente a las clases populares”, escribía Vicente Gascó Pelegrí con motivo de su primer centenario celebrado a lo grande en 1978.

La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia se intitulaba como la “Única institución benéfica de ahorro en Valencia” y animaba a abrir cuenta en la Caja porque “con ello evitarás acudir a que te auxilie el  Monte de Piedad y contribuirás al sostenimiento de las obras sociales apoyadas por la Entidad”. La expansión fue rápida tanto en la ciudad como en los pueblos de la provincia. En 1928 levantó el edificio que sería su sede central en la Glorieta. Además de que se podía ingresar dinero en las libretas de ahorro, la Caja facilitaba huchas para que quienes lo desearan pudieran ahorrar en casa. Era costumbre en las familias abrir libreta a nombre de los recién nacidos con una pequeña aportación, tras inscribirles en el Registro Civil.

La profesora María Angeles Pons Brias, que ha estudiado a fondo la vida e historia bancaria en Valencia cuenta que la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia “inició una fuerte expanisón en el período de posguerra al ampliar su campo de operaciones… el depósito de valores, el descuento de cupones y la compra y venta de valores por cuenta de sus clientes. Este aumento en su oferta de servicios coincidió con una caída importante en su actividad tradicional como monte de piedad, el empeño. De esta forma, la Caja de Ahorros iba adquiriendo de forma clara un carácter más bancario”.

Y  “consolidó la expansión en los sesenta y setenta, hasta alcanzar una importancia superior a la dela banca autóctona”.  Agregaba en su estudio  que  el grupo de entidades  financieras con mayor expansión durante toda la década de los ochenta y los noventa han sido las cajas de ahorros. Tanto Bancaja como la Cam ocuparon un puesto muy destacado en el conjunto del sistema financiero español. El grupo Bancaja, sucesora en el tiempo por evolución de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia “ocupaba  a finales del siglo XX el noveno puesto en el ranking global de los grupos bancarios españoles según activos totales”.

El resto de la historia ya es sobradamente conocida: de Bancaja a Bankia. Esta colocando peligrosos paquetes de Preferentes a los abuelitos clientes de toda la vida. Y de Bankia a Caixabank. Más el Banco de Valencia desaparecido y su presidente José Luís Olivas, que también lo era de Bancaja, huido a Madrid, alegando que reinaba (y cobraba), pero no gobernaba. Y piénsese lo que ocurrió con la CAM y la masacrada Caja Rural que con tanto brío, brillantez  e inteligencia había tejido y levantó Juan José Moya, por añadidura.

Los políticos hundieron y acabaron con nuestra banca propia valenciana. Desapareció, fue deglutida, subsumida, ha muerto. Bankia lo hizo este pasado viernes, Viernes de Dolor, de la Virgen de los Dolores, sin que ningún político se haya escandalizado, ni abierto la boca. Sin que ninguno de ellos, sobre todos sus matarifes, hubiesen asistido a la despedida sin Exequias, silenciosa, anónima y vergonzante que “a mayor inri” ha tenido. Y como, con tantas otras cosas, no ha suscitado el menor interés ni inquietud entre lla mayoría de los valencianos.

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