Es un ex guardia civil, expulsado del cuerpo, dedicado a la brujería Detenido un santero que profanó en Jueves Santo las tumbas de un policía y guardia civil asesinados

Signos del acto satánico dibujados en una lápida.
Signos del acto satánico dibujados en una lápida.

Cementerios parroquiales y municipales son escenarios de  rituales satánicos y misas negras de sectas dedicadas a la nigrSe invoca a los muertos para consultas, profecías o para utilizarlos con propósitos mágicos, práctica peligrosa, repulsiva, asociada a la brujería y la magia negra.omancia.

En la madrugada del pasado Jueves Santo, en pleno tiempo de confinamiento, varios individuos accedieron al cementerio municipal de Moncada (Valencia) para realizar ritos satánicos o misas negras en los que se utiliza gallinas decapitadas y huesos de cadáveres. En este caso reventaron dos nichos, uno de ellos el de un policía nacional asesinado por ETA en Pamplona, Juan José Visiedo, y el otro el de un guardia civil tiroteados por dos hermanos delincuentes en Godella, del cabo primero Agustín Gómez Pérez, ambos sucesos ocurridos en 1984.

Denunciado el hecho, la Benemérita se puso a investigar a partir de una serie de indicios que le hicieron establecer prontamente una hipótesis de trabajo muy delimitada: los individuos se habían movilizado con toda tranquilidad a pesar de los controles del confinamiento, habían cometido su tropelía en las sepulturas de un policía y un guardia civil asesinados, dejaron pistas y residuos  evidentes de los rituales satánicos que habían realizado entre ellas una pizarra con dibujos e inscripciones  de estos ritos, se estaba ante uno de los rituales de invocación a los muertos para conseguir algún fin. Ello les inclinó de inmediato a pensar en santeros y grupos dedicados a las prácticas satánicas del pueblo y alrededores, que de sobra conocían que aquel policía y guardia estaban allí enterrados.

El hecho de la fecha en que ocurrieron los hechos, Jueves Santo, les llevó a concretar aún más sus sospechas. Las grandes profanaciones e invocaciones a los muertos en América Latina suelen hacerse los días sacros de Jueves y Viernes Santo. Preveían estar con estos datos ante una secta específica. Los indicios apuntaban a ritos de invocación a los muertos asesinados en actos de santería y brujería muy al uso en tierras americanas y del Caribe. El autor o autores podrían tener alguna relación originaria con países de aquella zona.

Este tipo de actos entra dentro de la nigromancia. Según la Real Academia Española de la Lengua, la nigromancia es Adivinación mediante la invocación a los muertos o Magia negra o diabólica.

“La palabra nigromancia, de la que se cree que derivó el concepto de magia negra por confusión de términos, proviene del latín y éste a su vez de las palabras griegas νεκρο´ς, muerto, y µαντει´α, adivinación, es decir, adivinación invocando a los muertos. Durante la Edad Media el término fue derivando hacia la designación de la magia negra o magia diabólica, ya que, obviamente, se creía que era imposible que los muertos volvieran a la vida mediante conjuros, mientras que se consideraba más probable que fuesen demonios los que acudiesen a la invocación del nigromante adoptando la forma humana o animando los cuerpos de los difuntos”, dice el profesor Manuel José Pedraza García.

Se invoca a los muertos para consultas, profecías o para utilizarlos con propósitos mágicos, práctica peligrosa, repulsiva, asociada a la brujería y la magia negra. La nigromancia ha tenido grandes adeptos y ha sido muy perseguida, lo fue especialmente por la Inquisición.

Huellas dactilares

Muy valiosas fueron las huellas dactilares halladas en las botellas alcohólicas que dejaron en el lugar de los hechos los intervinientes, sobre todo una, que fue introducida en el sistema informático que contiene el banco de huellas dactilares de delincuentes fichados, saltando de inmediato una con la que coincidía en un 80% sus puntos y rayas. Se disparó la primera alerta, se trataba de un delincuente de 40 años de origen chileno y nacionalizado español con antecedentes penales y que, aquí la sorpresa, había sido expulsado del Cuerpo de la Guardia Civil tiempo atrás. Por el “punto neutro” se localizó su residencia, en un municipio cercano a Moncada. Se requirió información, resulta que el sospechoso se dedicaba a la santería, fue sometido a vigilancia, y provistos de las debidas pruebas solicitaron orden judicial para su detención y registro el domicilio. El operativo que se montó reunió a medio centenar de agentes, por si estaba armado. Interrogado e instruido el correspondiente atestado fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de guardia de Lliria.

Continúan las investigaciones para lograr la detención del resto de profanadores, si los hubo, que pudieron participar en la extracción de huesos de los fallecidos para dichos  ritos satánicos, algunos de los cuales fueron hallados junto con restos de animales que en sus rituales los santeros suelen utilizar en estos actos. Los autores tras abrir los féretros depositaron en su interior gallinas degolladas.

El simbolismo

El gallo en Sudamérica y el Caribe es guía de las ánimas en los ritos de iniciación, así como ofrenda de celebraciones extáticas –en éxtasis– magicorreligiosas. De la creencia en una vinculación entre los difuntos y esta ave –por lo general negra– derivan los sacrificios de gallos para entrar en contacto con los muertos.

Los casos más habituales en los que se utiliza el gallo –y la gallina– son para brujería y principalmente santería. Se usan para barrer a personas enfermas y por los trabajos hechos. Por ello, los creyentes en ello recomiendan no tocar estas aves muertas. A veces se utilizan otro tipo de animales, como sapos, patos o gansos. En estos rituales suelen ir de negro y las caras pintadas de blanco.

 En la mayoría de intervenciones policiales realizadas en España sobre rituales con gallos, el animal casi siempre es encontrado degollado. En este sentido, en 2012 la Sección de Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía de Málaga pidió medio año de cárcel para cada uno de los seis acusados por haber decapitado a un gallo durante un supuesto ritual de santería llevado a cabo en enero del mismo año en la capital.

Tiempo atrás en la ciudad de Valencia se encontraron los restos de un ritual que incluía un gallo degollado y con las patas atadas, velas, puros, tres copas de vino, una nota con el nombre de una persona y un pañuelo con varios nudos. Y  fueron encontrados en la misma ciudad dos gallos decapitados, sus cabezas sobre dos platos con flores, rodeados de velas encendidas. Seguramente se trataba de un ritual de vudú. En los últimos años, en cementerios de la Comunidad Valenciana se han producido hechos similares, siendo la mayoría de ellos, sobre todo en los pueblos, cementerios parroquiales.

La Iglesia enseña que todas las formas de adivinación deben ser rechazadas . El recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone "desvelan" el porvenir. Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la salud-, son gravemente contrarias a la virtud de la religión... Llevar amuletos es también reprensible. (Catecismo de la Iglesia Católica, 2215-2117).

El Código Penal español dice en su Artículo  526 "El que, faltando al respeto debido a la memoria de los muertos, violare los sepulcros o sepulturas, profanare un cadáver o sus cenizas o, con ánimo de ultraje, destruyere, alterare o dañare las urnas funerarias, panteones, lápidas o nichos será castigado con la pena de prisión de tres a cinco meses o multa de seis a 10 meses."

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