En la Misa fue presentado Vicente Juan, nuevo Obispo auxiliar de Valencia Discreción, sencillez y silencio en el acto de desagravio de la Catedral por la profanación de la Capilla del Hospital Clínico

Las órdenes Religiosas llenaron la Catedral
Las órdenes Religiosas llenaron la Catedral B. Bueno

En la Misa, dedicada a la Jornada de la Vida Consagrada, fue presentado el nuevo obispo auxiliar, Vicente Juan, desvinculado ya de Ibiza

Quienes esperaban una arenga o soflama incendiaria en el acto de desagravio celebrado en la Catedral de Valencia por la sacrílega profanación de las Sagradas Formas y la Capilla del Hospital Clínico Universitario se quedaron con las ganas, pues las únicas palabras alusivas a ello fueron las del Canónigo Maestro de Ceremonias,  Juan de simple titulín o ladillo, dando pasando al acto dijo que se iba a hacer  “con toda devoción y veneración al Cuerpo y Sangre de Jesucristo” que fue profanado en dicha Capilla el pasado domingo.

Ni tan siquiera en la homilía, el cardenal arzobispo Antonio Cañizares hizo mención a lo sucedido, resultando el acto estrictamente eucarístico, sin que nadie lo convirtiera en apasionada protesta o queja. Dio la impresión de que todo estaba perfectamente medido para que resultara sencillamente eso, sentimiento de pesar, dolor, sin estridencias, y de oración. No hubo exaltación de nada y el tono fue de silencio y recogimiento.

La catedral estaba llena de representantes de todas las Órdenes Religiosas masculinas y femeninas presentes en la Diócesis de Valencia. Comenzó con la bendición del fuego y las candelas, al ser la fiesta de la presentación del Señor en el templo, la Candelaria. Todos encendieron sus velas y se hizo la procesión por el interior del templo, que prologó a Misa, con quien concelebraron sus auxiliares y eméritos, seis en total.

Cañizares, con Vicente Juan
Cañizares, con Vicente Juan

Antes de la Liturgia de la Palabra fue leído por el Canciller del Arzobispado el Breve del Papa Francisco por el que “constituía Obispo auxiliar de Valencia”, a Vicente Juan, en ayuda del cardenal Cañizares, quien lo había solicitado, indicándole que en su cura pastoral debía preocuparse especialmente por las familias y los niños y debía predicarla Palabra de Dios con unción y alegría. En el mismo decreto, Su Santidad le desvinculaba de su anterior Diócesis, Ibiza.

En su texto homilético, de 18 minutos, Cañizares dio la bienvenida al nuevo Obispo auxiliar,  Vicente Juan, al que presentó. “Valencia te recibe con los brazos abiertos”. El resto de sus palabras fueron íntegras para los religiosos y religiosas, a quienes animó en su vocación al servicio de la Iglesia, de la gente. En nombre propio y de sus auxiliares les dio las gracias por todo lo que estaban en los distintos ámbitos donde estaban trabajando, insistiéndoles en la  necesidad de llevar una vida de santidad y al servicio de las bienaventuranzas. Les urgió a atender de manera especial a niños y jóvenes.

“Servir a Dios y a los hombres en el amor en toda su radicalidad. Yo pido a Dios para que suscite vocaciones religiosas que vivan en su radicalidad las bienaventuranzas. Que Dios os bendiga y os acompañe siempre”, concluyó el prelado. Las preces de las fieles y las ofrendas corrieron a cargo de distintas órdenes. El coro fue el de los jóvenes novicios Dominicos, ciolín incluido. Los obispos distribuyeron la comunión.

Al término de la Misa vino el acto e adoración del Santísimo. Los obispos y el vicario general acompañaron al cardenal al altar. Se rezó en público y privado. Se cantó los Benditos. El cardenal dio la bendición con el Santísimo. Y en la despedida fue cantado el Himno de la Virgen de los Desamparados.

Desagravio al Santísimo
Desagravio al Santísimo

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