Cubrió en vida numerosos actos de la Iglesia valenciana Fallece Manolo Guallart, fotógrafo de lo religioso en Valencia

Manolo Guallart
Manolo Guallart

Especialmente era un enamorado de la Mare de Déu dels Desamparats a la que siguió hasta  en los últimos pasos de su vida

Su último trabajo, horas antes de fallecer, fue fotografiar la imagen histórica de la Virgen de los Desamparados, para renovar sus estampas.

De la Basílica marchó al Hospital, donde falleció al poco, sabedor por los méedicos de que le quedaba poco tiempo de via.

Ha fallecido en el Hospital 9 de octubre afectado de una grave enfermedad que le cursaba desde hace meses el fotógrafo Manolo Guallart, especializado en temas religiosos y de la Iglesia en Valencia.

Especialmente era un enamorado de la Mare de Déu dels Desamparats a la que siguió hasta  en los últimos pasos de su vida. El cáncer de hígado que le afectaba en los dos últimos años no impidió que le siguiera allá donde iba, su penúltima proeza fue ir tras ella fotografiándola a su paso por los pueblos de la Diócesis durante la pandemia, y la última hacer las fotos para las nuevas estampas de la Virgen que había que renovar, las de la imagen histórica.

El trabajo lo hizo en el camarín, fue laborioso y difícil, pero lo logró. El se sabía cercano a la muerte, un amigo sacerdote y médico le iba acompañando en eta etapa, se preparó espiritualmente para el trance del paso y no se le advertía nada eternamente. La ilusión y el amor por la Virgen, su intensa fe cristiana, le sostenían y no aparentaba en absoluto el fuerte padecimiento que internamente debía tener. Se le veía feliz y sereno en todas sus intervenciones, no decía no a nada, acudía a todo. Fue fuerte como una roca.

Guallart, con Cañizares

Empleado de banca en su jubilación se dedicó por completo a la fotografía en su vertiente religiosa, habiéndose convertido en el fotografió siempre presente en cualquier actividad relacionada con la vida de la Iglesia en Valencia.

Colaboraba con la agencia informativa Avan, del Arzobispado de Valencia, y con la Real Basílica de la Virgen en todo aquello que se le pedía o él mismo sugería de forma voluntaria y desinteresada, así como con cualquier asociación religiosa que demandaba sus servicios.

A pesar de saber de la gravedad de su enfermedad, puede decirse de él que murió con las botas puestas, con la cámara en la mano, no quiso retirarse y entre los trabajos realizados vocacionalmente estuvo el ser el fotógrafo del recorrido de la imagen de la Virgen de los Desamparados por Valencia y pueblos de la Diócesis con motivo de la Virgen.

Y el ulíísimo de todos fue hace pocos días cuando el rector de la Basílica de la Virgen, Jaime Sancho, le encargó hacer las nuevas estampas de la Patrona de Valencia, que él mismo hizo en el camerino. Al terminar el trabajo se presentó en el hospital y ya fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos para tratamiento y donde falleció. Sabiendo de su gravedad, quiso él mismo hacer el trabajo y dejó dictadas a sus colaboradores instrucciones para la edición final de las nuevas fotos de la imagen de la Virgen de la que era un gran enamorado.

Guallart

Paralelamente llevaba adelante varios blogs de fiestas y tradiciones valencianas y vicentinas, así como de espiritualidad. Con tiempo fue preparándose para afrontar el hecho de la muerte y durante un tiempo en su propio blog iba explicando el proceso de su enfermedad desde una óptica profundamente cristiana, lo que asombraba como también su gran actividad gráfica al servicio de la Iglesia, sin que se le advirtiera cansancio alguno. Lo hacía todo con gran naturalidad.

 Quienes desconocían su estado en absoluto podían detectarlo dada la actitud, la profesionalidad y la  que tenía, una actitud admirable y valiente que le mantuvo muy vivo y activo hasta el final. En la terminología de los valores evangélicos puede afirmarse de él que aprovechó y rentabilizó los talentos de que Dios le dotó al máximo.

Este año, mañana, tendrá que fotografiar desde el cielo la procesión más antigua de la ciudad, la de la Virgen de la Seo, titular de la Catedral, Virgen de la Asunción, que tanto él estimaba y captaba en sus objetivos cuando la venerada imagen tenía por fondo el Micalet.

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