Comienzan las fiestas de la Virgen de los Desamparados Un Papa muy social y un arzobispo periodista hicieron Patrona de Valencia a la Virgen de los Desamparados, en 1885

Virgen de los Desamparados
Virgen de los Desamparados

El Papa León XIII lo aprobó a instancias del arzobispo Antolín Monescillo, luego creado Cardenal, potenciador de la devoción popular  de esta advocación.

”Es tal el afecto de piedad que los fieles de la ciudad de Valencia profesan a la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora de los Santos Inocentes Mártires y Desamparados, que han querido elegirla por su Patrona principal para con Dios… Su Santidad accedió benignamente a la súplica y concedió que en adelante pueda celebrarse como de Patrona de la ciudad de Valencia la fiesta de la misma Bienaventurada Virgen María bajo el mencionado título, con todos los honores y privilegios que de derecho corresponden a los celestiales patrones de los lugares…”

Un Papa muy social, León XIII, y un arzobispo de clara vocación periodística,  Antolín Monescillo, hicieron a la Virgen de los Desamparados Patrona de la ciudad de Valencia en 1885. La propuesta inicial fue de la entidad cultural Lo Rat Penat, que Monescillo, de La Mancha, acogió de inmediato de buen grado y la apoyó con energía. A la Virgen de los Desamparados se le tenía gran devoción, su fama y popularidad fue creciendo superando a las advocaciones de El Puig y Gracia, y teniendo la consideración de ser la principal y patrona, pero sin serlo canónicamente, hasta que  se produjo su intitulación canónica oficial.

El papa León XIII  (que gobernó la Diócesis de 1878 a 1903) destacó por ser el papa más social que ha tenido la Iglesia Católica, sintetizando lo que entendió por entonces debía ser la doctrina social de la Iglesia en su famosa Encíclica “Rerum Novarum”, donde hizo un gran esfuerzo por “aggiornar” la institución eclesial a la convulsa, revolucionaria y cambiante situación política y social de su tiempo.

En la Carta donde fijó las bases de la doctrina social católica,  publicada en 1891, trató de los problemas de las desigualdades sociales, de la justicia social, de los derechos de los trabajadores y los deberes del capital. A partir de ella, los documentos papales y oficiales de la Iglesia alusivos a estos temas seguirían siempre sus directrices generales, donde aparece por primera vez el principio de subsidiariedad local y descentralizadora.

Fervor por la Virgen de los Desamparados
Fervor por la Virgen de los Desamparados

Durante su pontificado, en 1885,  concedió el título de Patrona de Valencia a la imagen histórica de la Virgen de los Desamparados, la que desde el siglo XV se conserva en su Real Basílica. Lo Rat Penat pidió a Roma dicho título, pero el Vaticano, tan meticuloso en materia de diplomacia y protocolo, respondió que lo correcto era que tal solicitud la hicieran las primeras autoridades de la ciudad, devolviendo la instancia. Ante tal requisito, el alcalde, arzobispo, el Ayuntamiento de Valencia y el Cabildo de la Catedral decidieron hacer y encabezar un escrito en el que solicitaban dicho honor y privilegio para la Virgen María en su advocación de Desamparados, al que se adhirieron entidades diversas de la ciudad.

El 22 de abril de 1885 llegó un telegrama procedente de Roma a Valencia, puesto a las ocho de la mañana en el telégrafo de la posta vaticana, en el que se leía: “El Santo Padre ha concedido a la Virgen de los Desamparados el carácter canónico de Patrona de Valencia”. Las campanas de todas las iglesias de la ciudad alborozadas fueron lanzadas al vuelo con el fin de que la gente se enterara de la noticia.

La Bula Pontificia había sido firmada en su Palacio Apostólico la víspera, 21 de abril, y llegaría por correo postal a manos del arzobispo Monescillo el 5 de mayo. En su preámbulo se  motivaba así la resolución.”Es tal el afecto de piedad que los fieles de la ciudad de Valencia profesan a la Virgen María bajo el título de Nuestra Señora de los Santos Inocentes Mártires y Desamparados, que han querido elegirla por su Patrona principal para con Dios… Su Santidad accedió benignamente a la súplica y concedió que en adelante pueda celebrarse como de Patrona de la ciudad de Valencia la fiesta de la misma Bienaventurada Virgen María bajo el mencionado título, con todos los honores y privilegios que de derecho corresponden a los celestiales patrones de los lugares…”

El arzobispo a quien le cupo el honor de encabezar la petición fue Antolín Monescillo Viso, un buen escritor, con clara vocación periodística, colaborador habitual en publicaciones como "El Católico" o "El pensamiento español". Fundó, además,  en 1842 el diario "La Cruz". Asistió al Concilio Vaticano I. Fue diputado a Cortes y senador. En 1884,  un año antes de conseguirse el patronazgo canónico de la Virgen, fue creado por el papa León XIII cardenal, lo cual, evidentemente, debió influir sobremanera en el logro del título.

La Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados
La Ofrenda de flores a la Virgen de los Desamparados

En 1877,  fue propuesto por el Gobierno conservador para la sede arzobispal de Valencia, de la que toma posesión el 5 de octubre del mismo año. Llegó después de la Revolución Cantonal. En las elecciones que hubo, Monescillo exhortaba a no votar a los los anticlericales y liberales que las ganaron, comenzando un período de ataques a lo religioso, reflejado muy bien por el joven Blasco Ibáñez en ·”Cañas y barro”.

Cultivó todo lo relacionado con la devoción a la Virgen de los Desamparados, para cuya basílica logró honores y privilegios y la dotó de un órgano, el más grande de España entonces.

En el mismo 1885, sufrió un accidente en Carlet cruzando el río y estuvo a punto de ahogarse. También hubo epidemia de peste en Valencia que dejó 5.000 muertos.

Algún sector de la Iglesia de Valencia le creó problemas, enfrentándose a él, que le hastiaron bastante, y cuando ya nonagenario fue nombrado arzobispo de Toledo y cardenal primado, al llegar a Toledo hizo unas declaraciones  a un periodista de El Liberal declaró el 31 de octubre de 1894: “ Yo no me encuentro a gusto más que en Toledo (…). Por este cielo y este país me intereso tanto, que preferiría ser sacristán de nuestra Primada que Arzobispo de Valencia.”

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