Con 9 personas y el sacerdote dentro La Policía Nacional desaloja la parroquia de san Isidoro en un acto eucarístico

Templo parroquial san Isidoro obispo
Templo parroquial san Isidoro obispo

La Iglesia, desde que comenzó el confinamiento, permaneció abierta una hora y media por la mañana (de 9.15 a 10.30) y una hora por la tarde (de 20.00 a 21.00). A esas horas había un sacerdote confesando, por si alguien entraba en la iglesia y quería recibir el sacramento de la reconciliación

"Les dije que primero iba a concluir las letanías y haría seguidamente la reserva del Santísimo, y que sólo entonces saldría la gente de la iglesia. Consintieron y así se realizó. Todo transcurrió sin violencia, y los hermanos regresaron a sus casas sin más incidencias"

El Domingo de Pascua, la Policía Nacional interrumpió el rezo del Rosario en el transcurso de un acto de adoración Eucarística y ordenó el desalojo del templo parroquial de san Isidoro obispo, sito en la calle Jaume Roig, 23, de Valencia, cercano a los Jardines de Viveros. La parroquia está regentada regentada por los PP. Carmelitas de la Antigua Observancia (no confundir con los Carmelitas Descalzos).

La planta del templo es rectangular con dos pasillos laterales, de menor altura, separados por, soportes, de la nave principal, con una capacidad para un millar de personas. Situado al fondo de la nave, está el presbiterio, de amplias proporciones y forma rectangular, con tres altares, uno central con el Crucifijo, de gran tamaño, al fondo, y otros dos laterales, encabezados por sendos cuadros, que se refieren a San Isidoro, titular de la iglesia. Las grandes proporciones del templo hacen difícil la integración entre los fieles y el presbiterio, que se encuentra muy alejado de aquellos. Esto es necesario explicarlo para mejor entender lo sucedido.

La Iglesia, desde que comenzó el confinamiento, permaneció abierta una hora y media por la mañana (de 9.15 a 10.30) y una hora por la tarde (de 20.00 a 21.00). A esas horas había un sacerdote confesando, por si alguien entraba en la iglesia y quería recibir el sacramento de la reconciliación; además, durante la hora vespertina, se exponía el Santísimo y se rezaba el rosario con los pocos fieles que acudían a lo sumo una docena. Dada la amplitud del espacio del templo, en el que caben unas 700 personas sentadas, la docena de feligreses se sentaban separados, con mucho espacio entre ellos; algunos  iban con mascarilla y guantes.

No se permite salir de casa para ir a la iglesia

El Domingo de Resurrección por la tarde a las 20.00 horas como de costumbre fue abierto el templo. El P. Salvador Villota estaba rezando el rosario, con el Santísimo expuesto, cuando a las 20.30 horas, entraron dos policías y le dieron un gran susto, le instaron a concluir la oración y a desalojar el templo.

P. Salvador Villota Herrero.
P. Salvador Villota Herrero.

“A esa hora, estábamos nueve personas rezando y distanciados unos de otros, realidad que el policía que a mí se dirigía reconoció. Con todo no se atuvo a razones. Les dije que primero iba a concluir las letanías y haría seguidamente la reserva del Santísimo, y que sólo entonces saldría la gente de la iglesia. Consintieron y así se realizó. Todo transcurrió sin violencia, y los hermanos regresaron a sus casas sin más incidencias”, cuenta el P. Villota.

“Entre las cosas que me dijeron es que por aplicación del Decreto nadie puede salir de casa para venir a la iglesia, y también me avisaron de que, en esta ocasión, no nos iban a sancionar, pero — dejó sobrentendido — así lo harían, si hubiera reincidencia. Según su interpretación, por lo tanto, nadie puede salir de casa para acercarse a un templo a orar y lo publicado en el nº 11 del BOE tendría que ser interpretado así”, dice el carmelita.

“¿Se puede entrar armado en un lugar sagrado y paralizar sin más el acto que se está llevando a cabo? ¿No es necesario un requerimiento judicial para tal actuación? ¿Se atienen verdaderamente a lo que dictamina la ley arriba indicada y va también vinculada a ella la amenaza de sancionar o denunciar?”, se pregunta el P. Villota.

Enterado el Cardenal Cañizares de lo ocurrido se solidarizó con la comunidad carmelitana y la Parroquia. Le llamó personalmente por teléfono y suscribió palabra por palabra, punto por punto, la carta que los religiosos habían escrito a sus parroquianos, bajo el título “Templos abiertos para rezar”,  que en su integridad pueden leer aquí (http://cuadernosdelalma.blogspot.com/2020/04/templos-abiertos-para-rezar.html?m=1). Los carmelitas han agradecido enormemente este gesto solidario del arzobispo, para ellos un “apoyo importantísimo porque abre una puerta para que el Señor obre visiblemente en este mundo, en este momento y en estas circunstancias concretas… esconderse en este tiempo de pandemia y no acudir visiblemente a la Iglesia ni siquiera un instante puede convertirse en un antitestimonio por ocultar la luz de Cristo a los hombres”.

Son partidarios de “abrir sin miedo las parroquias y permitir que los fieles, igual que van a adquirir las cosas esenciales para subsistir, comprar tabaco o pasear el perro, puedan también entrar en la iglesia y orar un tiempo ante el Sagrario y confesarse, incluso, comulgar, dependiendo de las condiciones y del orden que cada párroco vea oportuno”.

Templo parroquial san Isidoro obispo
Templo parroquial san Isidoro obispo

En un mensaje dirigido a la comunidad parroquial. Los Padres Carmelitas de la Antigua observancia se mantienen que “abriremos el templo como hemos hecho hasta ahora: de 9.15 a 10.30 horas por la mañana y de 20 a 21 horas por la tarde, también expondremos el Santísimo y rezaremos el rosario durante la hora vespertina” con las debidas distancias y precauciones. Aquí se puede leer el texto íntegro de las misivas que firman el P. Salvador Villota Herrero y el superior de la comunidad P. Salvador Batalla Villalonga. (http://cuadernosdelalma.blogspot.com/2020/04/carta-confirmacion-arzobispo.html?m=1)

P. Salvador Villota Herrero

El P. Salvador Villota Herrero es un prestigioso teólogo y biblista, fraile carmelita de la Antigua Observancia, profesor de la Facultad de Teología san Vicente Ferrer de Valencia. Cursó sus primeros años de estudios teológicos en la Facultad de Valencia, los continuó en Dublín y finalmente, en el Instituto Bíblico de Roma presentó su tesis doctoral sobre el capítulo 13 del evangelio de Marcos. Imparte, en el Ciclo Institucional, las asignaturas de Griego bíblico y la exégesis del Evangelio de Juan, además de dirigir algún Seminario en el Ciclo de Licenciatura. Tiene publicados varios libros, así como artículos en distintas revistas especializadas en exégesis y teología. Destacamos la publicación de tu tesis doctoral en la editorial Verbo Divino, bajo el título: “Palabras sin ocaso. Función interpretativa de Mc 13,28-37 en el discurso escatológico de Marcos”.

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