Teresa de Jornet, asilos en 220 países del mundo El regalo de la Virgen a la ancianidad en plena Revolución Cantonal

Cuidado de ancianos en tiempos de Covid.
Cuidado de ancianos en tiempos de Covid.

“Cuiden con interés y esmero a los ancianos, ténganse mucha caridad, y observen las Constituciones; en esto está su santificación”.

Canonizada el 27 de enero de 1974 por Pablo VI. Sus restos mortales se encuentran en la Casa madre de la Congregación, Valencia. Su fiesta litúrgica se celebra el 26 de agosto.

Cada  26 de agosto la Iglesia celebra santa Teresa Jornet. Las comunidades de religiosas-2.500-  de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que atienen asilos en 220 países donde atienden a miles de ancianos sin familia festejarán hoy son suma alegría a su fundadora, cuyos restos mortales descansan   en la Casa Madre de Valencia, el antiguo convento de los Agustinos de Santa Mónica. En la Comunidad Valenciana la congregación cuenta con 120 religiosas que atienden a 1.500 personas mayores.

En la Casa Matriz, el acto más importante será la Misa que presidirá el obispo auxiliar de Valencia, Vicente Juan, quien tiene a su madre allí residenciada desde que fuera Obispo de Ibiza y a la que visita con mucha frecuencia.

Nada más fundarse la Orden, por tren desde Barbastro llegaron a Valencia las primeras religiosas. La fundadora fue Teresa Jornet de la mano del canónigo de Huesca Saturnino López Novoa. En Barbastro no las dejaron establecerse. Su primer destino y fundacional fue Valencia, porque aquí se veneraba con especial devoción a la Virgen de los Desamparados, bajo cuya advocación fue puesta la Congregación.

Gobernaba la Diócesis de Valencia el cardenal Mariano Benito Barrio Fernández, natural de Jaca y que había sido profesor en Huesca, quien se extrañó de la valentía de las primeras monjitas que llegaron a la ciudad, cuando ésta se encontraba en plena convulsión de la I República y a las puertas de la Revolución Cantonal. Con el asombro, pronto les dio casa donde alojarse y abrir lugar donde acoger ancianos desvalidos.

 El 11 de mayo de 1873 inauguraron un silo, muy cerca de la Real Capilla de la Virgen y en julio desde el balcón de la Casa Vestuario, frente el templo mariano, fue proclamado el Cantón Valenciano, herencia genética de los reinos de Taifas. La proclamación fue acompañada por volteo general de campanas en todas las iglesias. El Gobierno de Madrid ordenó al Ejército reprimir las ansias revolucionarias y desmontar los Cantones, lo que los militares resolvieron en pocos días a base de artillería pesada y fusilería por dentro de la ciudad.

La Junta Revolucionaria de Valencia, constituida en el Paraninfo de la Universidad, tuvo que celebrar sesión en el Aula Capitular de la Catedral en la que se debatió la conveniencia de su disolución y rendición, la propuesta salió ganadora por 32 votos contra 21. El Cantón de Valencia duró desde el 19 de julio al 7 de agosto de 1873.Como señal de rendición fue izada bandera blanca en lo alto de la torre de la catedral, el popular Micalet.

Las Hermanitas se pusieron a trabajar en la misión que se habían propuesto y no cejaron en el empeño, guiadas por la Madre Teresa Jornet, que en días tan aciagos y violentos era como un regalo bálsamo, iluminador y de paz que la Virgen de los Desamparados ofrecía a Valencia, donde germinaría y se expandiría por todo el mundo.

Teresa Jornet

 Teresa Jornet Ibars nació el 9 de enero del año 1843, en Aytona, Lérida, Su tía Rosa consigue de sus padres llevársela a vivir con ella a Lérida donde cursa sus primeros estudios. Más tarde, Teresa se traslada a Fraga (Huesca) para continuar los estudios de Magisterio. A los 19 años ya tiene las oposiciones y el Ministerio de Educación la destinó como maestra a Argensola (Barcelona).

Su tío, Francisco Palau y Quer, -hoy beato- carmelita descalzo exclaustrado, le invita a trabajar, con su título de maestra, en el Instituto de Hermanas Terciarias Carmelitas recientemente fundado por él. Le pareció sentirse llamada a la vida contemplativa y sus pasos se dirigieron al monasterio de Clarisas en Briviesca (Burgos) del que tuvo que salir, poco después, por motivos de salud.

Cañizares visitando el asilo de Valencia
Cañizares visitando el asilo de Valencia

En junio de 1872, un sacerdote,  Pedro Llácera, a los  30 años de edad de Teresa, le comenta  los planes de una proyectada fundación religiosa para acoger, en ambiente de familia, y prodigar toda clase de asistencia inspirada en la caridad evangélica, a los ancianos más pobres; fundación nacida del celo sacerdotal de Saturnino López Novoa.

 El 11 de octubre de 1872, se une a las aspirantes de la naciente fundación. Se convierte en superiora. Fue siempre el alma y la vida del Instituto,  condujo a la Congregación por caminos de santidad. Confía en la Divina Providencia.

Con gran consuelo de su alma, recibe la aprobación definitiva de las Constituciones, días antes de morir, el 26 de agosto de 1897, en LLiria, que arrancan de su corazón el famoso testamento que legó a la Congregación, desde su lecho de muerte: “Cuiden con interés y esmero a los ancianos, ténganse mucha caridad, y observen las Constituciones; en esto está su santificación”.

Fue beatificada por Pío XII el 27 de abril de 1958 y canonizada el 27 de enero de 1974 por Pablo VI. Sus restos mortales se encuentran en la Casa madre de la Congregación, Valencia.

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