Martín Gelabert, Vicario Episcopal para la Vida Consagrada en la Archidiócesis de Valencia "Las religiosas contemplativas son felices, porque saben que su vocación es de Dios"

Martín Gelabert
Martín Gelabert

"Ellas han vivido la pandemia rezando mucho por los enfermos, por los médicos, por todas aquellas personas implicadas en esta desgracia, en esta pandemia para que mantuvieran el ánimo y el valor"

Ha sido "una manera de decir que el Espíritu de Dios está con esas personas que hacen el bien y ayudan a los demás: enfermeros, médicos, policías, toda la gente que ha tenido mucho que ver para que estos días se pudiera vivir con orden y se pudiera atender bien a los enfermos”

En la Archidiócesis de Valencia hay 400 religiosas en 27 conventos y monasterios consagradas a la vida contemplativa y una veintena de frailes en la histórica Cartuja de Porta Coeli. De su supervisión y acompañamiento se encarga un clarividente teólogo, dominico, colaborador de Religión Digital, fray Martín Gelabert, vicario episcopal para la Vida Consagrada. Este domingo de la Santísima Trinidad, la Iglesia lo dedica, bajo la denominación “Pro Orantibus” a rezar por la Vida Consagrada y Contemplativa, “a rezar por quienes rezan por nosotros”, que traducido al Román paladín podría decirse “cuidar a quienes cuidan de nosotros”.

La pandemia que en parte ha sido un gran enclaustramiento de la sociedad en sus casas con sus problemas materiales, físicos y psíquicos, para las religiosas y religiosos en lo esencial no ha sido algo distinto a la vida que llevan siempre, “es su modo de vida habitual. La suya es una clausura evidentemente voluntaria”, explica Martín Gelabert.

Sí que les ha afectado en algunos asuntos de su vida habitual, pero “sobre todo en lo fundamental, ellas han vivido todo esto con preocupación, por si ellas tenían algún caso, lo han vivido con la esperanza de que su oración tenía sentido. Ellas han vivido este tiempo rezando mucho por los enfermos, por los médicos, por todas aquellas personas implicadas en esta desgracia, en esta pandemia para que mantuvieran el ánimo y el valor… lo cual siempre es una manera de decir que el Espíritu de Dios está con esas personas que hacen el bien y ayudan a los demás: enfermeros, médicos, policías, toda la gente que ha tenido mucho que ver para que estos días se pudiera vivir con orden y se pudiera atender bien a los enfermos”, reflexiona en Paraula el P. Gelabert.

"Habrá menos monasterios, ¿y qué?.... Lo que habrá que hacer es reestructurar las cosas, ver cómo podemos reorganizarnos mejor"

Las religiosas contemplativas son felices
Las religiosas contemplativas son felices

Saca a colación el lema de este año “Con María en el corazón de la Iglesia” y explica. “Es una manera de recordar que la vida religiosa en general y la contemplativa en especial, sólo se entienden en el corazón de la Iglesia, sólo se entienden como una vida profundamente eclesial, en el sentido de profundamente solidaria con todo el pueblo de Dios, con todos los cristianos”.

Gelabert atribuye la alegría de las religiosas contemplativas a su ser de y estar en Dios, “están convencidas de su vocación, que viene de Dios, están contentas con su modo de vida. Es muy importante estar contento con el modo de vida que uno lleva… Las monjas no se sienten frustradas, porque ésa es su vocación. Ahí se sienten realizadas y ahí sienten que está su vida y que está lo que es bueno para ellas”.

Sobre la crisis vocacional y la disminución de religiosas y conventos Martín Gelabert afirma que “hay una crisis vocacional generalizada en toda la Iglesia… En la historia de la Iglesia ha habido altibajos… Habrá menos monasterios, ¿y qué?.... Lo que habrá que hacer es reestructurar las cosas, ver cómo podemos reorganizarnos mejor… y las monjas de vida contemplativa serán menos, serán más pequeños los conventos, pero eso no quita que serán un testimonio allí donde estén. Y eso es lo importante. Lo importante no es el número, es que sean un buen testimonio, que sean felices y que cada una se sienta realizada en su vida y en su vida cristiana”.

Hace un apunte a las familias para cuando un hijo o hija de la familia manifieste sentir una vocación religiosa. ”No se tome como una desgracia, porque es una suerte… Es verdad que hoy la sociedad no ayuda, no estamos en una época de cristiandad, pero eso no quiere decir que la Iglesia, los cristianos, los que estamos dentro y comprometidos o tengamos que ayudar y poner ahí todas nuestras fuerzas”.

Opción de vida consagrada
Opción de vida consagrada

Volver arriba