Durante la procesión de san Vicente mártir Dos jóvenes hicieron un posado insinuante en las puertas del palacio arzobispal

Posado fotográfico en una de las puertas del  palacio arzobispal durante la procesión.
Posado fotográfico en una de las puertas del palacio arzobispal durante la procesión.

Tuvo lugar en la Catedral la clausura de la fase diocesana de beatificación de 91 valencianos, cuya documentación incluye más de 3500 documentos y la declaración de 270 testigos. que incluye a 66 sacerdotes diocesanos; 8 religiosos y religiosas; y 17 laicos y laicas que entregaron su vida por Cristo, en la persecución religiosa que hubo en España en la pasada guerra civil.

Presidió los actos el obispo auxiliar Javier Salinas, al estar afectado por coronavirus el cardenal Cañizares.

El escándalo estuvo a punto de ser protagonista destacado en la fiesta del patrón de la ciudad y Archidiócesis de Valencia, san Vicente mártir, joven diácono oscense, protomártir del cristianismo en Valencia, cuando concluida la Misa de Pontifical  celebrada en la Catedral de Valencia, que presidió monseñor Javier Salinas, obispo auxiliar, en ausencia del cardenal Cañizares afectado por coronavirus, se hizo la tradicional procesión con la imagen del santo que recorre sus lugares martiriales sitos en el entorno del templo catedralicio.

Por la pandemia hubo menos gente en los actos y el anda con la imagen del santo no llevaba piquete militar de escolta como es habitual. El grupo de autoridades civiles, militares y policiales que iban en la presidencia civil de la procesión estaba fuertemente escoltado por agentes de paisano.

La procesión recorrió  con normalidad el breve itinerario de la carrera, haciendo estación en los lugares de cárcel y martirio del joven diácono, y cuando ya estaba de regreso a la catedral, una pareja de veinteañeras, una de ellas a medio vestir, se colocó junto a una de las puertas del palacio arzobispal, frente a la puerta románica de la catedral por la que iba a ingresar el cortejo procesional.

Se dedicaron a hacer un posado de video y fotos adoptando la modelo gestos típicos de este tipo de actividades, de tipo erótico sensual,  estando el lugar lleno de gente que esperaba que el desfile procesional accediera al templo matriz de la Diócesis, si saberse bien que estaban allí como una forma de provocación o que no se habían enterado de la celebración religiosa y la pronta llegada de la cruz alzada. Por parte de quienes esperaban la llegada de la procesión no se produjo ninguna tensión con las jóvenes y la actuación de la policía fue cortésmente disuasoria, más bien explicativa, de que no era aquel el momento ni el lugar para hacer una sesión gráfica tan llamativa, rogándoles esperaran que terminara. Ello hizo con toda probabilidad que no se produjera ningún escándalo o enfrentamiento.

Posado fotográfico en una de las puertas del  palacio arzobispal durante la procesión.
Posado fotográfico en una de las puertas del palacio arzobispal durante la procesión.

Cuando ya faltaba poco para ese instante, una pareja de motoristas de la Policía Nacional que iba delante del cortejo procesional llegó hasta la plaza de la Almoyna, donde se desarrollaban estos hechos, y vio a la extraña pareja  en plena sesión fotográfica. Uno de los agentes habló con ellas y logró convencerles de que depusiesen, al menos hasta que finalizara la procesión, su sesión fotográfica, cosa que hicieron, vistiéndose y sentándose en tierra, resolviéndose una situación que hubiera podido complicarse.

Cierre de la causa de mártires

Antes de la procesión , en la Catedral tuvo lugar  la clausura de la fase diocesana de beatificación de 91 valencianos, cuya documentación incluye más de 3500 documentos y la declaración de 270 testigos. que incluye a 66 sacerdotes diocesanos; 8 religiosos y religiosas; y 17 laicos y laicas que entregaron su vida por Cristo, en la persecución religiosa que hubo en España en la pasada guerra civil.

Durante el acto de clausura, Ramón Fita, delegado episcopal para las Causas de los Santos, ha presentado el trabajo realizado para la documentación “de la vida, martirio y fama de martirio de los 91 Siervos de Dios, encabezados por el que fuera vicario general y deán de la Catedral Miguel Payá Alonso de Medina”.

Un total de 60 cajas contienen las pruebas testificales, documentales y forenses que avalan este proceso, divididas en tres partes, cada una de ellas compuesta por 11.514 folios, lo que suma un total de 34.547 páginas. Una vez clausurada la fase diocesana, y tras la lectura del acta notarial, Ramón Fita, designado portador de las actas, hará entrega de toda la documentación a la Congregación para la Causa de los Santos en Roma.

Después de un “minucioso estudio”, estos 91 mártires fueron seleccionados entre los 250 que formaban parte de la Causa que en el año 2004 formó el entonces arzobispo de Valencia monseñor Agustín García-Gasco quien, “obedeciendo al sentir del clero y de los fieles, no quiso que se perdieran las pruebas de los posibles testigos, ya que habían transcurrido más de 60 años de aquellos acontecimientos”, explica Fita.

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