El vertiginoso crecimiento poblacional de la ciudad de Caracas y sus alrededores después de la segunda guerra mundial dio lugar a la aparición de nuevas urbanizaciones y/o barrios populares en distintos puntos de la ciudad. En el sureste de la capital Baruta y El Hatillo eran pueblos distantes de Caracas a los que se accedía por la estrecha y sinuosa carretera rodeada de verde vegetación o pequeños cultivos, salpicada de trecho en trecho con alguna casa solariega o finca de caña, café o cacao.

En mis recuerdos de muchacho tengo presente una propaganda en la novedosa televisión caraqueña que había una cuña que ofrecía en venta parcelas en La Trinidad y el eslogan decía: “compre en La Trinidad, una ciudad en el campo y un campo en la ciudad. Agua abundante y superabundante” … La urbanización La Boyera es una comunidad a medio camino por la serpenteada carretera que une a Baruta y El Hatillo, al pie del cerro El Volcán; su proceso urbanístico se inicia en los años de 1960.

Eclesiásticamente La Boyera que comprendía la urbanización del mismo nombre y Los Geranios, La Cabaña, los Pinos, los Chalets y El Cigarral, era territorio de la parroquia Santa Rosalía de El Hatillo. Su crecimiento exigía mayor atención espiritual y la búsqueda de un terreno para la construcción de la iglesia y casa cural. Desde comienzos de los años 1970 el Padre Policarpo Krautle se dio a la tarea de formar y animar lo que culminó en la creación de la parroquia según decreto del arzobispo coadjutor sede plena, Mons. José Alí Lebrún Moratinos. 

El Padre Policarpo nació en Dieterskirch, Wuttemberg, Alemania Occidental, el 23 de octubre de 1915. Ingresó en la congregación de los Padres Salvatorianos a los 16 años con vocación misionera que lo llevó a venir voluntariamente a América Latina donde concluyó sus estudios filosóficos y teológicos en el Seminario Conciliar de Cartagena y en la Universidad Pontificia Javeriana en Bogotá, recibiendo la ordenación sacerdotal de manos del obispo auxiliar de Bogotá Mons. Luis Andrade Valderrama. Trabajó dos años en la costa colombiana y pasó a Venezuela donde conoció a Mons. Rafael Arias Blanco.

Hombre dinámico y emprendedor, de profunda espiritualidad que irradió a su alrededor. Entre 1959 y 1967 ejerció de párroco de los Ángeles Custodios en Catia y San Luis Gonzaga en Chuao y la Transfiguración del Señor en El Cafetal. Fundó escuelas en el oeste de Caracas, construyó iglesias y capillas, promovió y dio vida a la participación laical consolidando comunidades vivas dando formación espiritual y preocupación social en los sectores más pobres de su alrededor. Dos años en Altagracia de Orituco al comienzo de los años 70, siendo el fundador de la parroquia San José Obrero de esa localidad guariqueña de la mano de Mons. Miguel Antonio Salas, obispo a la sazón de la diócesis de Calabozo. 

Regresa a Caracas y por disposición de Mons. José Alí Lebrún se dedicó a formar una nueva parroquia en La Boyera. Con la tenacidad de siempre celebraba la eucaristía, primero en el centro comercial y luego en la cancha del polideportivo, buscando un terreno en la urbanización donde construir templo y casa parroquial bajo el patrocinio de la Anunciación del Señor. Son numerosos los testimonios de las múltiples diligencias para conseguir los permisos y los recursos para la hermosa edificación que contemplamos hoy. Su devoción por San Antonio de Padua era proverbial, y aunque quería que fuera el patrono principal consiguió que quedara como vicepatrono de la parroquia y su sello está estampado en varios lugares del templo. La erección canónica oficial tuvo lugar el 13 de junio de 1976 según consta en el documento constitutivo de la parroquia firmado por Mons. Lebrún Moratinos. 

Por disposición del actual párroco Pbro. Honegger Molina y su consejo parroquial, el viernes 13 de junio de 2025 se abre el año jubilar de las bodas de oro de la parroquia con un amplio programa pastoral de formación de los grupos apostólicos, de la pastoral social con sendos programas que favorecen a la población marginal de la zona y a muchos otros lugares de donde vienen a recibir ayuda material y formación humana y cristiana, jóvenes y hombres y mujeres de todas las edades. En la actualidad son muchos los servicios parroquiales destacando el Jardín de la Esperanza como camposanto para las cenizas de difuntos que reposan con dignidad y oración para bien de los familiares y de toda la comunidad parroquial que atiende y acoge a quienes visitan con frecuencia a sus deudos en este singular cementerio. La parroquia ha desarrollado también un amplio servicio comunicacional a través de las nuevas tecnologías. 

La misa inaugural del año jubilar el día de San Antonio de Padua (13-6-2025) será presidida por el Sr. Arzobispo Mons. Raúl Biord Castillo, concelebrada por el Sr. Nuncio Apostólico en Venezuela, Mons. Alberto Ortega Martín, el Cardenal Baltazar Porras y un nutrido grupo de sacerdotes del arciprestazgo con una programación cuidadosamente preparada por el equipo litúrgico y el consejo parroquial.

Han sido párrocos en estos cincuenta años: primero, el fundador, Pbro. José Policarpo Krautle (13-06-1976), Nombramiento de Mons. José Alí Lebrún Moratinos Arzobispo Coadjutor y Administrador Apostólico Sede Plena de la Arquidiócesis de Caracas. En segundo lugar, el Pbro. Luis Armando Tineo Rivera (21-02-1988), Nombramiento del Cardenal José Alí Lebrún Moratinos Arzobispo de la Arquidiócesis de Caracas. El tercero, Pbro. Omar Yánez Córdova (02-09-2007), Nombramiento: Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de la Arquidiócesis de Caracas. Y el cuarto y actual, el Pbro. José Honegger Molina García (13-09-2012),Nombramiento: Cardenal Jorge Urosa Savino, Ratificado el 2 de julio del 2019 por el Cardenal Baltazar Porras Cardozo.

Felicitaciones muy sinceras a esta comunidad viva y pujante que se ha comprometido con un amplio programa jubilar hasta el próximo año 2026 que se clausurará en la fiesta de San Antonio de Padua. Ad multos annos.