Para poder construir la persona sumergidos en nuestra actual cultura y en pro de los derechos humanos hay que tener, ante todo y principalmente, una visión adecuada de lo que es la persona humana y un conocimiento lo más aproximado posible de la realidad que nos envuelve, para no dar palos en el aire y encauzar lo más aproximadamente posible nuestra tarea educadora.

Lo que en este libro se transmite son reflexiones que han ido emanando a lo largo de los años de docencia, que para mí consiste en ayudar al educando a tomar conciencia de todas las dimensiones que
tiene la persona humana, dando uno mismo ejemplo, pese a sus propias limitaciones, de que intenta y desea andar por el camino de la fraternidad.

Por descontado que hay que respetar las diferentes opciones del educando, pero eso no
obsta para que el auténtico maestro manifieste claramente sus creencias y sus opciones, dejando libre al discípulo para que opte por las suyas. Así se puede establecer un auténtico
diálogo en el respeto mutuo. Proceder de otra manera con la excusa de hacer una educación neutra, una educación sin el compromiso personal del maestro, no conduce a nada, es poco estimulante y produce un vacío de valores.
Educar la mirada para no pasar de largo por los rincones oscuros de nuestra sociedad, tiene, a nuestro entender, un momento álgido desde el punto de vista de la ética: es el aguantar la mirada interpelante de la persona desfavorecida y caída, que llama a nuestra conciencia diciéndonos que somos responsables de su infortunio. Tenemos que cargar con él. No hacerlo significa no ser humanos: no tener la categoría de persona digna. Compasión y búsqueda de la mediación política para evitar que las situaciones inhumanas se repitan, son las dos caras de una misma moneda.

Hay que realizar las ayudas concretas necesarias e imprescindibles, pero al mismo tiempo, para no hacer el juego al neoliberalismo imperante, hay que incorporar una visión más estructural y política, que realice plenamente los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad de la Revolución Francesa, recogidos hoy en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En Construir la persona hemos agrupado diversas reflexiones en tres partes: En la primera realizamos un análisis de la cultura que hoy nos impregna junto a la situación de los Derechos Humanos. En la segunda hacemos una propuesta educativa sobre la cultura y los Derechos Humanos. Y, finalmente, en la tercera exponemos lo que puede significar un compromiso con la cultura y los Derechos Humanos, llegando a una propuesta de cuatro puntos en la conclusión del trabajo.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………. 9
PRIMERA PARTE: ANÁLISIS DE LA CULTURA Y DE
LOS DERECHOS HUMANOS…………………………………….. 11
I. La democracia como farsa y mentira redonda …… 13
II. Toda cultura es deudora de las demás culturas …. 21
III. Una cultura de la frivolidad y del envoltorio ……. 29
IV. La sociedad consumista del usar y el tirar ………… 35
V. La cultura como un producto más de la industria
del consumo …………………………………………………. 39
VI. Lo esencial es invisible a los ojos……………………. 43
VII. Racismo e incomprensión ante el inmigrante……. 49

SEGUNDA PARTE: EDUCAR EN LA CULTURA Y EN
LOS DERECHOS HUMANOS…………………………………….. 53
VIII. Educar en el sentido de la vida……………………… 55
IX. Educar en el arte de vivir……………………………….. 61
X. Educar en la subversión y en la utopía……………… 65
XI. Educar en la no-violencia ………………………………. 69
XII. Educar en la bondad …………………………………….. 77
XIII. Educar en el espíritu de acogida …………………… 83
XIV. Educar en la sabiduría …………………………………. 87

TERCERA PARTE: EL COMPROMISO CON LA CUL-
TURA Y LOS DERECHOS HUMANOS …………………… 93

XV. Un compromiso personalista-comunitario……… 95

XVI. Un compromiso ético………………………………….. 99
XVII. Un compromiso solidario …………………………… 103
XVIII. Un compromiso liberador …………………………. 109
XIX. Un compromiso contemplativo…………………….. 111
XX. Un compromiso testimonial ………………………….. 115
XXI. Un compromiso martirial…………………………….. 119
CONCLUSIÓN……………………………………………………… 123

Descripción

• Colección Sinergia. Serie roja, nº 71, 2025
• ISBN: 978-84-15809-92-0
• Páginas: 125

Construir la persona es la tarea primordial que tenemos todos entre manos. Por esto lo primero que propone este texto es ser conscientes de la realidad social en la que estamos inmersos. En segundo lugar, encontrar el sentido de la vida. Y finalmente ver el compromiso que comporta todo lo anteriormente analizado como realización de la persona en su entrega total.

José Luis Vázquez Borau (Barcelona 1946). Doctor en Filosofía y en Teología. Profesor y escritor especializado en ciencias religiosas. Autor de obras de filosofía, teología, espiritualidad y semblanzas de personajes. Presidente de honor del Instituto Emmanuel Mounier de Cataluña y fundador y animador de la Comunidad Ecuménica Horeb-Carlos de Foucauld.

Fuente: http://mounier.es/index.php/catalogo/sinergia/serie-roja/construir-la-persona-detail