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ZAPATOS DE AUSCHWITZ

Gracias al éxito alcanzado por la tecnología,que es un razonamiento impersonal, situado en el hemisferio izquierdo del cerebro, ponemos en ella mucha confianza. Es el pensamiento práctico de cada día. La aritmética mental es un buen ejemplo. La fase de análisis de cualquier proyecto implica separar el problema o la situación en sus partes lógicas más simples y luego hacer la predicción de las relaciones causales que puedan surgir.La ventaja de este pensamiento lineal es que es riguroso y eficaz. El problema está en despreciar los caminos hacia la verdad, más profundos e intuitivos que están situados en el hemisferio derecho del cerebro, y que siempre guiaron a la humanidad . Así, si independizamos los hemisferios, por un lado caemos en el control frío y por el otro en el emotivismo blando. Los dos lóbulos son necesarios para abordar la realidad. Pero, por encima de todo esto está encontrar el sentido de nuestra vida, ya que «El ser humano no tolera el vacío existencial» (Viktor Frankl).

El Rabino Menajem Mendel Schneerson explica esta anécdota: Viktor Frankl (1905-1997) escritor y psicólogo de fama mundial, sobrevivió de los treinta y siete a los cuarenta años (desde 1942 hasta 1945) en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. Cuando tenía cincuenta y cinco años (1960) tuvo una fuerte crisis y estaba decidido a abandonar su búsqueda e ir a vivir a Australia. Habiendo sobrevivido los horrores inimaginables del Holocausto ya no podía soportar la constante burla de su trabajo por parte de sus colegas. El punto de vista de Frankl sobre la naturaleza humana difería en ciertas áreas clave de los puntos de vista freudianos que dominaban la disciplina de la psicología tras la guerra, lo que convertía a él ya su trabajo en un blanco constante de sus colegas.

Pudo sobrevivir a los ataques de los nazis en su cuerpo, pero ya no podía soportar en su alma los ataques de sus compañeros. Fue en este momento cuando Marguerite Kozenn (1909-2000), una conocida cantante de ópera y descendiente del jasidim de Vizhnitz llamó a su puerta en Viena. Cuando el Dr. Frankl abrió, encontró a una mujer vestida con ropa muy elegante, a la que nunca había visto antes, parada en la puerta de su casa. Se anunció a sí misma como la portadora de un mensaje personal dirigido a él por el Rebe jasídico, R. Menachem Mendel Schneerson, de Brooklyn, Nueva York. Al escuchar esta sorprendente presentación de su visita, y en reconocer el nombre del Rebe, el Dr. Frankl rápidamente invitó a esta Sra.a hablar en privado. “El Rebe me pidió que le dijera“, comenzó, “que no debe rendirse. Debe ser fuerte. No se deje molestar por quienes lo ridiculizan. Tendrá éxito y su trabajo conseguirá un gran avance “.

Al escuchar esta voz tranquilizadora que venía de lejos, el Dr. Frankl rompió a llorar. Desalentado, se había dado por vencido, pero las palabras de aliento del Rebe le devolvieron la vida al Dr. Frankl, que respondió vigorosamente con un compromiso renovado de continuar el trabajo de su vida. Y, de hecho, lo hizo. Después de este encuentro decisivo, el Dr. Frankl redobló sus esfuerzos para difundir sus ideas y sus enfoques terapéuticos para curar la psique humana. Poco tiempo después, su obra maestra El hombre en busca de sentido fue traducida al inglés, lo que despertó un interés popular inmediato en su trabajo y visión del mundo que ha continuado hasta nuestros días. Sólo este libro se ha traducido a veintiocho idiomas y se han vendido más de diez millones de copias, dando lugar a un género completo de literatura de autoayuda, tanto en el campo de la logoterapia, como la filosofía y práctica de ls salud y curación psicológica promovidas por Frankl.

Pero, ¿por qué el Rebe estaba tan preocupado por el Dr. Frankl y, particularmente, por el destino de su trabajo? Había muchos psicólogos judíos en ese momento, el propio Freud era judío.Entonces, ¿que había en la visión del Dr. Frankl de la psique humana que despertó tanto el interés del Rebe y atrajo su atención y apoyo personal?

En la década de 1920, Viktor Frankl era un buen estudiante de Sigmund Freud. De hecho, desde el inicio mismo del campo del psicoanálisis, Frankl fue uno de los primeros en adoptarlo y fue un adepto de las teorías y prácticas radicales de Freud. Sin embargo, después de un tiempo, sus ideas sobre la forma y la sustancia de la naturaleza humana empezaron a divergir. Donde Freud vio como piedra angular de la conciencia humana el placer puramente egoísta, Frankl vio el potencial del alma para trascender las limitaciones del yo a través de la búsqueda de significado y las obras de bondad. Esta brecha fundamental entre sus perspectivas se fue haciendo cada vez más amplia y más pronunciada a lo largo de los años.

Sigmund Freud, que murió en 1939, nunca se vio obligado a enfrentar la inhumanidad extrema del Holocausto, que la hubiera ajudado a aclarar sus concepciones sobre la naturaleza psíquica del ser humano.Viktor Frankl, por otra parte, sobrevivió a Auschwitz. Escuchó sus terribles sonidos y vio sus oscuras visiones; probó sus aguas pútridas y olió sus cadáveres podridos, pero también fue testigo de milagrosos hechos de absoluto desinterés. “Si Freud hubiera estado en los campos de concentración”, escribió Frankl, “habría cambiado su posición. Más allá de los impulsos naturales básicos y los instintos de las personas, se habría encontrado con la capacidad humana de autotrascendencia. Los que vivimos en campos de concentración podemos recordar a los hombres que caminaron por las cabañas consolando a los demás, regalando su último trozo de pan. Puede que hayan sido pocos en número, pero ofrecen pruebas suficientes de que todo se puede sacar de un hombre, menos una cosa, la última de las libertades humanas: elegir la propia actitud en cualquier conjunto de circunstancias; escoger el propio camino»

Una vez que terminó la guerra, el Dr. Frankl no pudo eludir la inevitable colisión con sus principios fundacionales y los de los seguidores devotos de su antiguo maestro. El Dr. Frankl sintió que Freud y sus colegas redujeron al ser humano a una mera criatura mecánica, privándola de su verdadera essència.El creía que las personas están impulsadas principalmente por un “esfuerzo para encontrar el significado en la propia vida “. Frankl ayudaba a sus compatriotas en el campo de exterminio a pensar en alguna cosa o en alguien en la que ellos tenían responsabilidad y si no lo hacían ellos nadie más lo haría. De esta manera insuflaba esperanza a sus compañeros del campo de concentración. Cuando surge la esperanza, cuando surge la razón por la que vivir, crece también el sentimiento de solidaridad y compasión.

Fuentes: (www.algemeiner.com/2010/06/25/the-rebbe-and-viktor-frankl/)

https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/4472493/jewish/Captulo-3-Por-qu-el-Rebe-eligi-a-Frankl-por-sobre-Freud.htm