Año nuevo de esperanza PEREGRINOS DE ESPERANZA

El futuro se presenta máscomo motivo de preocupación que como escenario deposibilidades, aunque por doquier encontremos personas deesperanza y signos de una nueva primavera en la humanidad

La esperanza no es sinónimade sueño irrealizable porque Dios promete y se compromete

Para estatarea la familia foucauldiana tiene unos referentes extraordinarioscomo lo son la Hermanita Magdeleine, René Voillaume y CarloCarretto y actualmente los testimonios de “los santos de la puertade al lado” y que con toda modestia recogemos en la sección detestimonios y experiencias.

peregrinos-de-esperanza4
peregrinos-de-esperanza4 José Luis Vázquez Borau


    La virtud teologal de la esperanza es la gran olvidada. En la
actualidad, además del olvido que sufre hay que añadir la herida
provocada por la conciencia de poquedad y limitación que han
generado en el ser humano las nuevas tecnologías, en especial,
aquellas aplicadas a la comunicación con su horizonte casi sin
límites que afecta a todos los ámbitos de la vida y, como no puede
ser de otro modo, a la Iglesia que peregrina por el mundo aquí y
ahora.
La iniciativa del Papa Francisco de dedicar el año 2025 a
profundizar en esta virtud teologal es un acierto, no solo por la
situación actual de desesperanza ante el futuro con las sombras de
soledad, enfermedad, vejez, así como la preocupación por nuestro
mundo con tantas amenazas y tantos conflictos y situaciones
donde la humanidad se siente atenazada por el miedo a un
conflicto nuclear, la contaminación de mares y ríos y la
desesforestación de bosques. En verdad, el futuro se presenta más
como motivo de preocupación que como escenario de
posibilidades, aunque por doquier encontremos personas de
esperanza y signos de una nueva primavera en la humanidad.
La ilusión de un mundo feliz de hace unos años atrás en el
mundo occidental se ha desmoronado hundiendo a una mayoría
en la decepción y en una profunda crisis de realismo. ¿Dónde han
quedado aquellos sueños de acabar con las injusticias allí donde
las hubiera, el afán de eliminar las diferencias abismales entre
pobres y ricos, la eliminación de la desigualdad entre el mundo
desarrollado y los pueblos en vías de desarrollo?
En momento de crisis de un modelo de civilización como el
presente, después de la ruina moral y económica de la pandemia,
se constata con desconcierto que la distancia entre los
empobrecidos y los ricos cada día es mayor además de todas las
corrupciones imaginables de fraudes, corrupciones y propuestas
consumistas programadas que nos unifican en la mediocridad y
que, al fin y a la postre, manifiestan la crisis moral y la nueva
esclavitud.

amistad
amistad José Luis Vázquez Borau

No pretendo en manera alguna sembrar desesperanza, pero
si espolear nuestro ánimo para volver a lo esencial. En tres ejes
axiales describiré esquemáticamente las fuentes donde ha de beber
nuestra esperanza:
1.El deseo de Dios es un componente esencial de la esperanza
cristiana. Esperamos a Dios. Cuando buscamos la plenitud, aun
sin saberlo, estamos buscando a Dios: “Dios mío, te busca todo mi
ser, tengo sed del Dios vivo” (Sal 42). La esperanza no es sinónima
de sueño irrealizable porque Dios promete y se compromete.

2. Cristo resucitado es nuestra esperanza. En nuestro
entorno, a poco que contemplemos, encontramos semillas de
esperanza: iniciativas en favor de la paz, proyectos ecológicos,
defensa de los excluidos, programas de promoción, … Miremos el
mundo con los ojos de Dios.

3.En la Iglesia florecen, entre otros lugares, las semillas del
Reino ya comenzado. Al servicio del Reino de Dios, vive la Iglesia
que tiene vocación de servidora, a través de la Palabra
(evangelización), por el Servicio (caridad), la apertura a los valores
que nos sobrepasan (celebración).
El número del BOLETÍN que te ofrecemos es una oportunidad
para reavivar nuestra esperanza volviendo a las fuentes –Sagrada
Escritura y Magisterio- leídas y oradas en comunidad. Para esta
tarea la familia foucauldiana tiene unos referentes extraordinarios
como lo son la Hermanita Magdeleine, René Voillaume y Carlo
Carretto y actualmente los testimonios de “los santos de la puerta
de al lado” y que con toda modestia recogemos en la sección de
testimonios y experiencias.
En las páginas para la oración hemos querido recoger la
catequesis del Papa y sus ecos y, al tiempo, informar de algunos
encuentros de los pasados meses que muestran el hoy de nuestro
caminar fraterno. También se añaden algunas oraciones y textos
que pueden iluminar nuestra oración con semillas de esperanza.
MANUEL POZO OLLER,
Director

PARA LEER EL BOLETIN

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