Terrorismo ¿Sendero Luminoso?

El apelativo «intelectual del terror», se justifica al no participar en ningún enfrentamiento militar, ya que no era capaz de realizar físicamente ninguna de esas acciones

Para conseguir sus fines, eliminaba a los líederes, alcaldes o cualquier tipo de autoridad. Con este sistema logró controlar un tercio del territorio nacional. No daba discursos ni salía en televisión, pero el era el verdadero gobierno de buena parte de la Sierra peruana.

Los alumnos de Guzman estaban dispuestos a matar incluso sin armas, cuerpo a cuerpo, con piedras y cuchillos, ya que su jefe se negaba a comprar armas para no depender de otras guerrillas o Estados

Bajo el liderazgo de Guzman, Sendero Luminoso asesinó más de 30.000 personas. Logró crecer donde el Estado no existía. Puso profesores donde no los había, aunque fuesen profesores fanáticos. Hizo juicios donde no había jueces y ofreció una milicia a la población.

Los grupos conservadores asocian de forma tácita el modelo económico del libre mercado, impuesto luego del autogolpe de Fujimori en 1992, con la victoria sobre Sendero Luminoso. Por eso que todo aquel que cuestione el modelo económico es calificado como pro-senderista o terrorista

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El 11 de septiembre de 2022 moría en la prisión de Lima, a los 86 años, Abimael Guzman, también conocido por el «camarada Gonzalo», profesor de filosofía y fundador y máximo líder del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), un partido comunista revolucionario y grupo armado maoísta, fundado en 1970 y activo en el Perú, el cual dio comienzo al conflicto armado interno (1980-2000). El apelativo «intelectual del terror», según la crónica del escritor peruano Santiago Roncaglioio (El País, 14/9/2021), lo justifica al no participar en ningún enfrentamiento militar, ya que no era capaz de realizar físicamente ninguna de esas acciones. En su casa tampoco había armas. Después de la lectura de los periódicos y obtenidas las informaciones, estudiaba los lugares donde había descontentos populares. Pedía a sus colaboradores informaciones que procesaba en su oficina del terror. Seguidamente planeaba campañas para captar los descontentos y tomar el control de estas comunidades. Generalmente, para conseguir sus fines, eliminaba a los líederes, alcaldes o cualquier tipo de autoridad. Con este sistema logró controlar un tercio del territorio nacional. No daba discursos ni salía en televisión, pero el era el verdadero gobierno de buena parte de la Sierra peruana.

Guzman, hijo ilegítimo de un próspero hacendado, fue acogido por su padre, educado en un colegio religioso y obtuvo dos carreras, pero no podía heredar nada, quedando al margen de la clase social que lo rodeaba. Tenía en él un coptel explosivo: la rabia de los pobres y la formación académica de los ricos. Y esta fue su estrategia: Durante los años sesenta llegó a ser jefe de personal del departamento de Educación en la universidad San Cristóbal de Huamanga, Ayacuso. Desde esta plataforma irradió profesores maoístas hacia los colegios de toda la Sierra Sur. Así, cuando inició la lucha armada en 1980, había formado una generación entera de jóvenes.

Los alumnos de Guzman estaban dispuestos a matar incluso sin armas, cuerpo a cuerpo, con piedras y cuchillos, ya que su jefe se negaba a comprar armas para no depender de otras guerrillas o Estados. Abimael les había hablado de la «cuota de sangre» para cambiar la historia. La muerte los convertía en heroes.Y si alguna acción no salía bien, los miembros del comando organizaban una asamblea para culpar al camarada encargado, por permitir que su miedo, su incapacidad o su individualismo estropeasen el plan. Su objetivo era volar el Estado en pedazos.

Bajo el liderazgo de Guzman, Sendero Luminoso asesinó más de 30.000 personas. Logró crecer donde el Estado no existía. Puso profesores donde no los había, aunque fuesen profesores fanáticos. Hizo juicios donde no había jueces y ofreció una milicia a la población.Su muro de contención han sido los servicios públicos, y en particular la educación. Algunos remanentes de Sendero Luminoso han continuado activos, aunque en 1999 abandonaron el objetivo de Guzmán de "derrocar al estado". Sus nuevos cabecillas optaron por dedicarse a la extorsión y el narco. Se convirtieron en una secta terrorista basada en el culto a la personalidad de Guzmán y en una lectura dogmática leninista y maoísta del poder político. Desde hace más de veinte años ningún grupo armado reivindica a Guzmán ni ha cometido actos terroristas en su nombre. Pese a ello, se escucha a diario a políticos, líderes de opinión y una parte mayoritaria de la prensa hablar de los senderistas como si existieran columnas armadas atacando a diestra y siniestra. Esto ocurre porque no ha habido un proceso de reconciliación en el país, pese a los esfuerzos de la Comisión de la Verdad, un ente que trató de esclarecer los crímenes y divulgar un relato común. “Guzmán ha muerto sin pedir perdón y Fujimori purga su condena sin mostrar arrepentimiento por sus crímenes. Este largo periodo de violencia ha dejado traumas muy reales en las personas. En lugar de propiciar superarlos, se usa el trauma políticamente, manipulando el miedo, gobierno tras gobierno”. La Comisión de la Verdad señala que la violencia dejó como saldo más de 69.000 muertos, y Sendero Luminoso fue el responsable de más de la mitad de ellos. A su vez, las fuerzas del orden causaron miles de víctimas fatales y más de 20.000 desaparecidos. Por otro lado, el régimen de Fujimori usó como pretexto la lucha contra Sendero Luminoso para que un destacamento del Ejército asesinara a opositores, entre ellos líderes sindicales y universitarios. Decenas de militares han afrontado juicios por violación de derechos humanos entre 1980 y 2000, y militares y policías que combatieron el terrorismo han llegado al Parlamento en partidos de derecha y extrema derecha. Los grupos conservadores asocian de forma tácita el modelo económico del libre mercado, impuesto luego del autogolpe de Fujimori en 1992, con la victoria sobre Sendero Luminoso. Por eso que todo aquel que cuestione el modelo económico es calificado como pro-senderista o terrorista. El nuevo y flamante Presidente Peruano, Pedro Castillo Terrones, ha declarado: «Falleció el cabecilla terrorista Abimael Guzmán, responsable de la pérdida de incontables vidas de nuestros compatriotas. Nuestra posición de condena al terrorismo es firme e indeclinable. Solo en democracia construiremos un Perú de justicia y desarrollo para nuestro pueblo».De una manera o de otra, lo que queda patente es que la violencia, de cualquier orden, no es el camino de la construcción de un pueblo.

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