Itinerario de Espiritualidad Cristiana y Contemplación
ESCUELA HOREB
Proceso interior
Con profundo agrado y agradecimiento al hermano José Luis, quien ha permitido que un hermano e hijo de La Comunidad Ecuménica Horeb por él fundada, escriba unas simples palabras sobre esta obra referida a nuestro padre Espiritual, el hermano Carlos de Foucauld, que creo, sin temor a equivocarme, es uno de los padres del desierto de estos últimos tiempos.
Como podrán apreciar, en el relato del libro, la historia de este hombre enamorado de Dios, a partir de su Conversión, punto de inflexión en su vida tras haber perdido la fe, y haberle permitido su Amado, volver a encontrarla; inicia un camino de despojo profundo de todo lo material y relaciones del mundo, pero sobre todo una ascesis extremadamente tajante en relación a su propia voluntad libre, para que todo su ser se abra como una grieta honda para que sea llenada solo por la voluntad de Dios de las maneras que él considera, Revelación del Espíritu Santo, y sobre todo a través de las personas que conoce, que viven el Evangelio o han bebido de sus aguas, como su director Espiritual, el padre Huvelin, las lecturas de Santa Teresa de Jesús, San Juan Crisóstomo, las palabras de su prima, Maria de Bondy, santa mujer, su abad en el Monasterio Cisterciense, las abadesas de Nazareth y Jerusalén, mientras estuvo allí como ermitaño laico.
Podrán entrar a través de los renglones de esta hermosa obra, en detalles sutiles de su simplicidad y su misticismo de alta profundidad contemplativa , y siempre con el objetivo de unirse a su Bienamado y hermano y Señor Jesucristo, como centro de su dimensión espiritual a través de la prolongada Adoración Eucarística, quieta y silenciosa, con Evangelio en mano, y la puerta de su Ermita abierta para el hermano que solicita su ayuda, ya sea alimentos, remedios, escucha, un abrazo.
Y justamente, para esto fue al desierto, para unirse a Jesús y ayudar a salvar almas en el medio del Islam, las más abandonadas, las que están en «el último lugar», sin proselitismos, solo con la amistad, la bondad, el ejemplo, con pocas palabras, las necesarias, y una vida de extrema sobriedad, viviendo la dimensión de Nazaret adaptada al desierto, matriz de su forma de estar en el mundo, y de una alta obediencia a su director espiritual, con la renuncia a su voluntad libre.
Y este último punto, la renuncia a su libre querer, de acuerdo a lo que he podido observar al leer y rumiar detenidamente su vida, es el gran detalle, que como un vértice en la cima de su alma, se destaca, en todo este camino espiritual, nada fácil. Y este núcleo vital, creo, desde mi perspectiva, es una verdadera Teología de la Voluntad, que consiste básicamente en trabajar sobre lo que en la actualidad se denomina Fuerza de Voluntad, capacidad de diferir una respuesta inmediata a favor de una a largo plazo, y mas apropiada, que exije una renuncia inquebrantable a través de un intenso esfuerzo ascético, para despojarse del querer propio y con la ayuda de la Gracia, abandonarse con certeza, y muchas veces en la oscuridad, en silencio y postrado, en los brazos y el querer de su Amado Señor Jesús.
«….lo acepto todo,
con tal que tu Voluntad se cumpla en mí, y en todas tus creaturas.
No necesito nada más Padre… «
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