"Si algún continente vive atropellado por estructuras de pecado social es Latinoamérica y el caribe" El milagro social del beato Charlie

El milagro social del beato Charlie
El milagro social del beato Charlie

Charlie fue “un laico terciario benedictino católico, nombrado Beato por Iglesia Católica en el año 2001, el primero de Puerto Rico y el Caribe”

"También experimentamos “milagros sociales” y en nombre de Dios considero éste como un de ellos"

"Cuando miro mi amado Caribe, este rosario de islas y costas, este archipiélago tan atribulado por los huracanes y los imperios, pienso que para nosotros la noción del milagro social es muy importante"

Escribo este comentario ante la conmemoración del sesenta aniversario  de la “pascua” del ahora venerado como beato Carlos Manuel Rodríguez Santiago, “campeón de la fe y apóstol de la doctrina social y la jóvenes puertorriqueños” en la Iglesia. 

Charlie fue “un laico terciario benedictino católico, nombrado Beato por Iglesia Católica en el año 2001, el primero de Puerto Rico y el Caribe”. 

De las muchas cosas inspiradoras que podemos recordar sobre “Charlie”, hay una que siento que me urge compartir.

Charlie

 Hacían ya casi cuarenta años desde su fallecimiento, cuando en una capilla de Roma, católicos puertorriqueños de visita en El Vaticano invocaron su nombre con una mezcla de desesperación y fe. Alguien podrá decirme que esas palabras no caben juntas en la lógica de una misma oración, pero las experiencias de la vida son así y las peticiones de los fieles a Dios muchas veces le pasan por encima a las reglas de la naturaleza, no digamos a las reglas gramaticales.

 El caso era que los puertorriqueños tenían bastantes motivos para reclamar la intervención de Dios. Era casi como último recurso. La Armada de los Estados Unidos bombardeaba sin clemencia la isla puertorriqueña de Vieques y fracasaban todos los intentos -sociales, políticos y legales- para que se respetara el derecho de los viequenses a vivir en paz. Hasta todo un señor almirante había dicho que las prácticas de bombardeo naval tenían que continuar sobre Vieques y no se podían trasladar a la costa este de EEUU porque allá vivía “gente”. ¿Y qué era lo que vivía en la pequeña isla puertorriqueña?

Aquellos católicos de Puerto Rico le pidieron a “San Charlie” un milagro. Le pidieron que fuese abogado nuestro e intercediera con Dios para que se lograra el milagro de que la marina de guerra desistiera de seguir con los bombardeos.

Beato Charlie

 No escribo esto para promover la superstición, ni una concepción mágica de la vida. Lo escribo porque ocurrió, porque me consta en primera persona cómo obispos, curas, monjas y laicos católicos, protestantes y de cuanta denominación religiosa hay se alzaron en Puerto Rico para luchar contra aquellos bombardeos. Me consta también cómo, por un momento, de todas las creencias políticas e ideológicas parecía que Puerto Rico hablaba con una sola voz para clamar por la paz. El triunfo de Puerto Rico tiene todas las trazas que permitirían describirlo como un milagro social.

Aunque la experiencia que vivimos de “bendiciones y milagros” normalmente los identificamos como físicos (el cáncer y otras enfermedades), no olvidemos que también experimentamos “milagros sociales” y en nombre de Dios considero éste como un de ellos

Si algún continente vive atropellado por estructuras de pecado social es Latinoamérica y el caribe. Así que demos gracias por este milagro social en medio de las crisis.  

 El tema me hace recordar cuando el pueblo francés, agobiado por la Guerra de los Cien Años, estaba desesperado por la opresión de Inglaterra y expresó su fe recordando la creencia de que a los ingleses los sacaría una joven doncella. Fue una muchachita analfabeta de un pueblito de la frontera cerca de Alemania, la que apareció y revitalizó la voluntad de resistencia del pueblo francés. La joven, traicionada por los que sacaban provecho de aquella opresión, terminó quemada en la hoguera. Sin embargo, poco después su lucha triunfó y Francia logró su independencia. Hoy la doncella es recordada como Santa Juana de Arco.

Cuando miro mi amado Caribe, este rosario de islas y costas, este archipiélago tan atribulado por los huracanes y los imperios, pienso que para nosotros la noción del milagro social es muy importante.

Santa Juana de Arco

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