"¿Confiamos en la asistencia del Espíritu Santo? Jesús prometió que su Padre nos lo enviaría" Ascensión del Señor: La esperanza está garantizada por la presencia de Jesús

"¿Por qué es una hermosa celebración la Ascensión de Jesús al cielo? Porque nos llena, y nos debe llenar de esperanza"
"La esperanza está garantizada por la presencia de Jesús resucitado, que está ahora en la casa del Padre: !Allá nos espera!"
| Cardenal Carlos Aguiar Retes arzobispo primado de México
“No se alejen de Jerusalén, hasta que se cumpla la promesa de mi Padre”.
¿Por qué es una hermosa celebración la Ascensión de Jesús al cielo? Porque nos llena, y nos debe llenar de esperanza.
El libro de los Hechos de los Apóstoles afirma y expresa que la obediencia a las enseñanzas, a las instrucciones de Jesús, es lo fundamental para que surja la esperanza.
“En primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó… Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: No se alejen de Jerusalén…aguarden aquí hasta que se cumpla la promesa de mi Padre… Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó de sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, dos hombres vestidos de blanco les dijeron: Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo?”

Primera pregunta que nos debemos hacer: ¿eso hacemos?, ¿está bien para nosotros nomás mirar al cielo? ¿Qué deben hacer los discípulos? Obediencia a las enseñanzas de Jesús.
La segunda lectura de la carta a los hebreos afirma: “Él se manifestó una sola vez, y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo”.
Entonces conviene preguntarnos: ¿y yo, cómo voy?, ¿estoy contento, alegre, de que se me ha abierto este camino nuevo y viviente en Cristo?
Si tienes miedo, recuerda lo que advirtió Jesús, como expresa el mismo evangelista San Lucas: No vamos solos, nos asiste el Espíritu Santo: “Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto”.
¿Confiamos en la asistencia del Espíritu Santo? Jesús prometió que su Padre nos lo enviaría. Para eso hemos recibido el sacramento de la Confirmación. ¿Tengo esa esperanza bien fundada? La esperanza está garantizada por la presencia de Jesús resucitado, que está ahora en la casa del Padre: !Allá nos espera!
Si tenemos alguna duda o interrogante de esta expectativa, de esta esperanza, abramos nuestro corazón a nuestra Madre, que ella nos acompañe siempre, que nos ayude a tener ésta obediencia a las instrucciones de su hijo Jesús, y la confianza de que nos espera allá también ella, en la casa del Padre, al final de nuestra vida. !Que así sea!
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